Predicar con el ejemplo

Antes de renunciar –ya era hora– a su cargo como mindefensa, Iván Velásquez se despidió con una desconcertante confesión de incompetencia, cuando aseguró, durante el ‘show’ televisado del gabinete del martes 4, que el Estado había sido incapaz de recuperar El Plateado, en el Cauca, que lleva meses en poder de las bandas criminales, “porque no ha habido una decisión articulada del Gobierno”. Cuando un ministro se queja de ese modo, está acusando al Presidente de falta de liderazgo y gestión.

Por eso tuvo sentido que renunciara. Por eso y por su calamitosa gestión. Bajo el mando –o la falta de este– de Petro y de Velásquez en el sector de la defensa, las bandas del Eln, las disidencias de las Farc y diversos clanes narcos consolidaron su poder en Cauca, Nariño, Chocó, Arauca y el Catatumbo, mientras las Fuerzas Armadas quedaban paralizadas por los apresurados ceses del fuego que el Presidente ordenó, y de los que solo se beneficiaron los hampones que siguieron extorsionando, matando y traficando.

Pero el daño va más allá. Presidente y ministro maltrataron al mando militar y de Policía, barrieron con décadas de institucionalidad en el sistema de ascensos y, de paso, les recortaron el presupuesto cuando la arremetida criminal arreciaba. Esta semana, Petro acusó a un sector del mando policial de estar comprado por el capo del contrabando, Diego Marín, alias Papá Pitufo, capturado en Portugal.

A juzgar por grabaciones reveladas por la Unidad Investigativa de EL TIEMPO, hay una profunda infiltración del clan de ‘Papá Pitufo’ en la Policía Fiscal y Aduanera. Pero también en la Dian, desastrosamente gestionada por Luis Carlos Reyes, durante la primera mitad del mandato de Petro: mientras se hacía llamar ‘Mr Taxes’ en las redes sociales, este charlatán permitía la mayor caída del recaudo de impuestos en varias décadas. Sabemos ahora que, además, Reyes fue incapaz de impedir que ‘Papá Pitufo’ y otros capos del contrabando hundieran sus garras en la Dian. Petro premió su incompetencia con el cargo de ministro de Comercio, Industria y Turismo.

En el mar de revelaciones sobre ‘Papá Pitufo’, quedó claro que, en 2022, se reunió con Petro, Armando Benedetti y otros directivos de la campaña, a la que aportó, en efectivo y sin que de ello quedase registro en la contabilidad de esta, al menos $ 500 millones. Petro asegura que, conocida la identidad del personaje, ordenó devolver esa plata y que esa devolución quedara registrada en video. La tarea la tenía otro oscurísimo personaje: el catalán Xavier Vendrell, hoy asesor del Gobierno con entrada libre a Palacio. Pero nadie sabe si la plata fue devuelta, o si una parte o la totalidad se esfumó por el camino.

Semejante cercanía de la campaña de Petro con este capo del contrabando alentó, por la vía del mal ejemplo, a algunos mandos de la Policía a ayudar a ‘Papá Pitufo’. Los dos personajes de la campaña que trataron con el capo gozan ahora de poder en el Gobierno. La foto de Benedetti y Vendrell, en animada conversación el mismo día del consejo de ministros televisado durante el cual el director de la UNP, Augusto Rodríguez, acusó a Benedetti de traer la plata sucia de ‘Papá Pitufo’ a la campaña, habla por sí sola.

Ahora que estalló el escándalo –otro más sobre dineros de su campaña–, el Presidente desató una sarta de acusaciones en X contra ‘Papá Pitufo’ y sus amigos en la Policía. Pero rasgarse las vestiduras de manera tan melodramática no convence. Si de verdad Petro quisiera golpear el poder del capo, no tendría a quienes lo lidiaron en la campaña entre sus más cercanos colaboradores, el uno como jefe del despacho presidencial, y el otro como asesor de cabecera. Ahora que el daño está hecho, más que trinar contra ‘Papá Pitufo’, Petro debería predicar con el ejemplo y sacarlos. Pero Benedetti y también Vendrell saben demasiado y el Presidente los prefiere cerca.

MAURICIO VARGAS

IG: @mvargaslinares

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