Los parques públicos en pandemia se han vuelto un atractivo para los bogotanos. Han sido el espacio para compartir con amigos y familia al aire libre, sin riesgos del contagio de covid-19, y ahora a ese ambiente familiar se le agrega un nuevo actor: el libro.
Angie Buitrago llega de viernes a domingo al parque Salitre Greco para abrir un mundo mágico. La P, que parece un paradero de transporte público y está pintada de amarillo y rojo, resguarda cientos de libros colombianos y de literatura universal que no solo invitan a leer, sino a tertuliar y compartir en comunidad.
A las 9 a. m., Angie no solo abre la puerta, sino que pone los carteles que siempre la acompañan: ‘¡Ven a leer!’, ‘Actividades y escritores del barrio Salitre Greco’.
En horas de la mañana no transita mucha gente por la zona, pero sí les causa curiosidad ver que al frente del stand está colgada una hamaca, ella ambienta con el sonido de la guitarra y carga en su mochila café los materiales didácticos necesarios para que los niños se diviertan con pinturas, cartillas y libros.
“Cuando la comunidad no se acerca a mí, yo me acerco a ellos para realizar actividades de lectura”, cuenta Angie, quien utiliza el teatro y la lectura compartida en este espacio.
Los encuentros
Los paraderos paraparques paralibros (PPP) surgieron a través de una iniciativa distrital hacia finales de los 90. A partir de entonces, los bogotanos han podido disfrutar de la lectura en sus barrios. Si bien en algunos años se han presentado recortes de presupuesto, en los que se han tenido que cerrar algunos espacios, otros siguen vivos. Por pandemia se habían cerrado, pero en este mes, caracterizado por los eventos culturales asociados al libro, volvieron a operar.
El tipo de literatura que se encuentra en las P depende del contexto social de los barrios. En Salitre, que es un lugar en el cual viven muchos adultos mayores, se encuentra más que todo novelas para adultos, poesía y libros que explican lo acontecido en el conflicto armado colombiano.
Estos paraderos literarios cumplen una labor social. Angie tiene tres años de experiencia como mediadora, y además de atender el punto de Salitre, ha podido compartir en el PPP del parque Cayetano Cañizares en la localidad de Kennedy, que se encuentra muy cerca de uno de los mayores expendios de droga en la ciudad.
“Las lecturas son totalmente distintas. Hay muchos niños que se acercan al espacio porque son los hijos de vendedores ambulantes. Como las mamás y papás no saben qué hacer con ellos, se dirigen a la P y empezamos a leer literatura infantil”, relata esta gestora, quien además se valía de otras actividades para estimular la imaginación de los niños.
Con la cartilla de Hugo y el dragón de la noche, los niños que se acercan a este lugar empiezan a construir sus sueños. Incluso, los habitantes del barrio pueden dejar sus escritos para compartirlos con la comunidad, como lo hizo el escritor Eduardo Yáñez, quien también fue partícipe de los primeros años de la famosa Radio Sutatenza.
¿Qué hacer para utilizarlos?
Antes, las personas podían tomar prestados los libros para devolverlos en el sitio, pero por las circunstancias ligadas a la pandemia esto ya no es posible. Para préstamo a domicilio los requerimientos se hacen con las bibliotecas mayores.
Actualmente, la ciudad cuenta con 95 PPP y a través de la página de
www.biblored.gov.co/visita/ppp se puede identificar el que quede más cercano a los hogares. Los horarios varían según el punto,
pero usualmente funcionan entre las 9 a. m. y 3 p. m.En época de pandemia es obligatorio usar el tapabocas, que cubra nariz y boca, y mantener el distanciamiento al momento de realizar las actividades de lecturas. Aunque la Red Distrital de Bibliotecas Públicas ofrece catálogos digitales de lectura, estos espacios fueron reabiertos para que la experiencia de lectura se haga en compañía y alrededor de los vecinos.
REDACCIÓN BOGOTÁ