La oficialización de la ruptura política entre el presidente Juan Manuel Santos y su exvicepresidente
Germán Vargas Lleras tiene, entre muchas consecuencias,
que este último irá por el poder en 2018 sin el apoyo del actual gobierno.Santos, quien ya había amenazado la semana pasada con que “quien no apoye el proceso de paz no puede estar en mi gobierno”, aceptó la renuncia del ministro Pumarejo, que solo estuvo dos meses en su cargo. A Murillo le pidió que siguiera en el Gobierno, porque no contaba con el respaldo de Cambio Radical (CR) desde hace más de cuatro meses.
EL TIEMPO pudo establecer que desde mayo pasado los congresistas de CR le habían quitado el respaldo a Murillo y desde entonces Santos decidió dejarlo en el gabinete a título personal.
El anuncio oficial
“Cambio Radical se retira del gabinete ministerial y de la coalición de Gobierno”, itió la Casa de Nariño.
Santos hizo saber que la razón de la ruptura es que Vargas Lleras y Cambio Radical han tenido “un distanciamiento” de la “política más importante del Gobierno que ha sido la de consolidar el proceso de paz”.
Desde hace varios meses muchos sectores políticos acusaban al mandatario de haberse inclinado a favor de la candidatura presidencial de Germán Vargas.
El último en decirlo públicamente fue el nuevo jefe del liberalismo, César Gaviria. En el Congreso de su partido acusó a Santos de tener una “fuerte inclinación por las aspiraciones políticas del exvicepresidente” y deploró que el jefe del Estado “no garantice una elección sin cartas marcadas”.
Humberto de la Calle y Juan Fernando Cristo, los dos principales precandidatos liberales, tienen una gran resistencia frente a Vargas Lleras. De la Calle dijo públicamente que no haría alianza con él para 2018.
En ‘la U’, Vargas tiene algunos amigos, pero también detractores. El senador de ese partido Mauricio Lizcano ya anunció que apoyará su candidatura presidencial, pero Armando Benedetti y Roy Barreras, los dos congresistas con mayor influencia en esa colectividad, también han negado cualquier posibilidad de ir en su apoyo.
En el conservatismo, el exvicepresidente podría tener otros respaldos. Efraín Cepeda, presidente del Congreso y con amplia influencia en las huestes azules, dijo públicamente que le gustaría apoyar a Vargas.
Santos hizo saber que la razón de la ruptura es que Vargas Lleras y CR han tenido “un distanciamiento” de la “política más importante del Gobierno que ha sido la de consolidar el proceso de paz”
Distancia de Santos
Vargas Lleras, quien para muchos fue el dirigente más “protegido” por Santos durante casi 7 años de gobierno, fue ministro del Interior y de Vivienda, en su gabinete. Y desde 2014, su vicepresidente.
Además de tener una amplia participación en el gabinete, Vargas ejecutó los más grandes presupuestos, cobró alta influencia y tuvo a su cargo la dirección de sectores estratégicos como infraestructura, vivienda y agua, gracias a lo cual ganó prestigio como gran ejecutor.
Pero Vargas nunca fue un convencido del proceso de paz con las Farc. Si bien acompañó al Presidente a algunos actos realizados con ocasión del acuerdo, no hay antecedentes de una defensa suya del acuerdo.
Sus reservas con el proceso con las Farc, que es el gran legado histórico de Santos, fue lo que finalmente lo sacó de la órbita del mandatario y lo deja sin su apoyo en la búsqueda del poder para 2018.
Aunque Vargas alega que aún tiene una buena relación con el Presidente (el marteslo llamó por teléfono para explicarle su postura) y se queja de que muchos han querido “erosionarla”, lo cierto es que Santos seguramente no estará a su lado en la lucha por el poder en 2018.
La salida de CR de la coalición la mella, pero muchos proyectos en el Congreso serán aprobados sin sus votos.
Lo que está por verse es quién llena el espacio en el corazón de Santos, sobre todo de cara a la contienda electoral de 2018.
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