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'El mundo se unió a la batalla': líder de equipo multado por no usar bikini
EL TIEMPO habló con Katinka Haltvik, la capitana del equipo noruego que envío un mensaje al mundo.
Se disputaba el partido por el bronce ante España. Foto: Redes sociales.
Las mujeres del equipo femenino de balonmano de playa noruego la semana pasada no se estaban jugando solo el tercer lugar en el campeonato europeo 2021. Tenían un objetivo más simbólico, uno que no iba agregar una medalla más a sus títulos pero sí marcaría la historia en la lucha contra la sexualización en el deporte.
En las reglas de la Federación Internacional de Balonmano no está escrito, pero eso no las frenó para salir a la cancha con un uniforme que las hiciera sentir cómodas y no con el que está establecido en las normas actualizadas en el 2014: unas “braguitas bikini” que cumplan con las especificaciones de este gráfico:
Este es el uniforme establecido para las mujeres en las reglas. Foto:Federación Internacional de Balonmano
En vez de usar ese atuendo, las balonmanistas europeas salieron a enfrentar a la selección de España usando un short azul más largo ceñido al cuerpo y un top. La decisión de realizar este acto de protesta no fue fácil y entre las personas que motivaron al grupo a hacerlo estuvo Katinka Haltvik, la capitana, quien conversó con EL TIEMPO.
“Otro miembro del equipo y yo fuimos los que tuvimos la última palabra para decidir que sí íbamos a hacer eso. Siempre lo habíamos querido. Antes de salir a la cancha me sentí muy bien porque llevábamos mucho tiempo luchando por un cambio en el código de vestimenta”, aseguró la deportista.
Haltvik, quien también trabaja en una firma de abogados, le contó a este diario que pensaron varias veces en qué momento harían el cambio de uniforme y sobre todo, qué tanto afectaría el nivel de concentración de las jugadoras, pues aunque no debería ser así, el foco podría llegar a estar en sus atuendos y no en su rendimiento deportivo.
“Eso atraería mucha atención y era un partido importante. Pero después concluimos que eso no nos iba a desconcentrar, así que seguimos adelante (con la idea) como una forma de dar buen ejemplo”, aseguró.
Para la noruega, realizar esto significaba ir en contra de lo que ha visto a lo largo de su vida que ha estado marcada por el balonmano, pues su madre jugaba tanto en la liga élite de Noruega, como en la selección nacional.
Además, prácticamente todos sus amigos de infancia jugaban este deporte también, así que creció con él, por eso desde los cinco años lo practica. Su prometido, con quien tiene una hija de un año y cuatro meses, es entrenador de balonmano, así que con él también comparte la pasión por este deporte.
Katinka Haltvik tiene 30 años y juega en la posición media. Foto:Equipo noruego de balonmano femenino
A lo largo del tiempo ha perfeccionado su técnica para transportar la pelota con las manos, ya que en eso consiste este juego tradicional en su familia.
Cada equipo está compuesto por siete jugadores. El objetivo principal es desplazar la pelota en la cancha únicamente con las manos para lograr introducirla en el arco del rival. A eso se le denomina como goles y quien anote más en los partidos que duran una hora, gana.
Y si de victorias se trata, Haltvik, quien ha jugado en la primera división y en la liga élite, tiene varias.
“En el balonmano de playa empecé en el año 2014. Hemos ganado la medalla de bronce del Campeonato del Mundo en 2014 y 2016; la plata en la Eurocopa 2015 y el Campeonato del Mundo 2018 y el oro en la Eurocopa 2017”, afirma.
Aunque esperaba sumar otra medalla de bronce a esa gloria de títulos, esta vez se le escapó la presea de sus manos y la noticia no fue la derrota, sino la multa que recibió el equipo por no jugar en bikini.
Siempre y cuando la ropa no te dé ventaja, se te debe permitir llevar lo que te resulte cómodo
El hecho, por supuesto, generó todo tipo de reacciones y la fotografía de todas las balonmanistas vestidas con su pantaloneta y top le dio la vuelta al mundo.
Una de las más virales fue la de Pink, la cantante estadounidense que se ofreció a pagar la multa de €1.500 que les impuso la Federación Europea de Balonmano.
La capitana relata que precisamente cuando vieron lo que la artista publicó en sus redes sociales, entendieron que su acción había tenido repercusiones que traspasaron las fronteras europeas: “Ahí nos dimos cuenta de que esto le había llegado a todo el mundo. Y tuvimos a todo el mundo con nosotros en la batalla”.
El activismo contra la sexualización que llegó para quedarse
Esta lucha que emprendieron las jugadoras noruegas se puede sumar a la lista de acciones que han liderado desde hace tiempo algunas deportistas para erradicar la sexualización hacia el cuerpo de la mujer en los escenarios deportivos que se sigue presentando en pleno siglo XXI.
Hace poco, por ejemplo, la doble campeona mundial paralímpica Olivia Breen fue amonestada en el Campeonato de Inglaterra por llevar una pantaloneta, según le dijo una funcionaria del torneo, “demasiado corta e inapropiada”. Ella optó por no callar lo sucedido y protestó públicamente.
A través de su cuenta de Twitter, cuestionó si lo que le sucedió a ella en ese momento también le habría podido pasar a un hombre. “Espero que ninguna otra atleta femenina haya tenido problemas similares”, dijo el pasado 18 de julio.
Un día después, compartió que otras deportistas le comentaron que también habían recibido comentarios parecidos.
En abril de este año, durante el Campeonato Europeo de Gimnasia Artística, la deportista alemana Sarah Voss salió a realizar su rutina con un traje que cubría sus piernas y brazos, lo cual asombró a muchos, pues este tipo de uniformes solían usarse solamente por motivos religiosos.
Voss, en ese momento, le dijo a la televisión pública de su país: “De niña, no pensaba mucho en los ‘maillots’, pero cuando empezó la pubertad, cuando me vino la menstruación, empecé a sentirme más y más incómoda”.
Gimnastas alemanas usan uniforme completo en protesta en Juegos Olímpicos Foto:EFE
Y la alemana lo volvió a hacer, esta vez junto a sus compañeras que están participando en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. "Queríamos demostrar que cada mujer, cada una, debe decidir qué ropa llevar", dijo la tres veces olímpica Elisabeth Seitz. "No significa que no queramos seguir usando el atuendo tradicional. Es una decisión que se toma día a día, en función de cómo nos sintamos y de lo que queramos", añadió.
Según las deportistas alemanas, es un gran paso que las gimnastas usen uniformes que no las obliguen a estar pendientes de si se mueven o de lo que dejan ver cuando hacen sus ejercicios, una acción que ha sido contemplada como una forma de evitar dicha sexualización de las competidoras.
En eso coincide también Haltvik, quien aplaude las acciones como las que se están viendo en los Olímpicos, ya que, en sus palabras, “es increíblemente bueno que más gente siga en la lucha contra el sexismo”.
Varias deportistas coinciden en que continuar luchando contra el sexismo es importante para evitar que las mujeres eviten practicar algún deporte por el miedo a qué tan criticadas serán o a cómo lucirá su cuerpo.
Para la capitana noruega, las personas deberían poder escoger qué ropa llevar cuando se practica un deporte. “Siempre y cuando la ropa no te dé ventaja, se te debe permitir llevar lo que te resulte cómodo”, concluye. Por ahora, en lo que tiene que ver con ella y su equipo, la batalla la seguirá enfrentando mientras divide su tiempo entre el trabajo, la familia y por supuesto, el balonmano.