Hombre que estuvo muerto por 28 minutos tras ser alcanzado por un rayo contó lo que vio en el más allá

El estadounidense Dannion Brinkley compartió su testimonio luego de ser declarado clínicamente muerto durante 28 minutos, tras recibir el impacto de un rayo en 1975. 

Durante ese lapso, Brinkley aseguró haber tenido una experiencia que lo llevó a comprender lo que ocurre más allá del final de la vida física, un tema que ha sido motivo de debate en diferentes culturas y religiones desde tiempos remotos.

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Brinkley afirmó que la descarga ingresó por un lado de su cabeza, pasó por su oreja y recorrió toda su columna vertebral. Después de sentir cómo su cuerpo ardía, relató que percibió su alma saliendo del cuerpo y observó cómo lo transportaban en ambulancia. Una vez en la morgue, los médicos ya habían desistido de reanimarlo, pues no presentaba signos vitales.

“Estuve muerto por 28 minutos, completamente paralizado por seis días y parcialmente paralizado por siete meses. Me tomó dos años volver a caminar. Jamás hubiera sobrevivido si no hubiera vivido lo que ahora se llama una clásica experiencia cercana a la muerte”, expresó durante una entrevista con CBS. En ese mismo testimonio, añadió: “El dolor se volvió tan intenso que me salí de mi cuerpo para estar seguro. En ese momento podía ver, no sentía dolor. Vi todo lo que estaba pasando a mi alrededor”.

Brinkley también mencionó que, como muchas personas describen, “caminó hacia la luz”. Detalló que no se trataba de un sitio aterrador, sino de un entorno apacible y con una sensación de bienestar.

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Tres años después del primer incidente, Brinkley fue impactado nuevamente por un rayo. En esta ocasión no vivió una experiencia extracorporal. Sin embargo, este nuevo suceso afectó su salud y, nueve años más tarde, fue sometido a una cirugía a corazón abierto, momento en el cual indicó haber tenido otro encuentro con lo que él llama “el más allá”. Lo mismo le ocurrió durante una operación en el cerebro.

Brinkley dedicó los años siguientes a dar conferencias y escribir libros en los que expone sus vivencias. Sostiene que estas experiencias transformaron su perspectiva y que, después de ver con claridad lo que ocurre tras la muerte física, aprendió a vivir de una forma diferente.

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Tessa Romero, una socióloga de 50 años residente en Málaga, España, compartió un episodio que vivió tras sufrir un paro cardíaco cuando dejaba a sus hijos en el colegio. Durante 24 minutos, su corazón dejó de latir y fue declarada clínicamente muerta, según relató en una entrevista con The Sun.

El evento ocurrió en una mañana cualquiera, pero marcó un antes y un después en su vida. Mientras era atendida por personal médico, su cuerpo no presentaba signos vitales. En ese lapso, Romero aseguró haber vivido una experiencia que, según dice, transformó su manera de entender la existencia.

“Lo primero que sentí fue una paz inmensa, por primera vez en mucho tiempo, ya no había dolor físico ni emocional, el sufrimiento había terminado”, relató. Explicó que sintió cómo una carga desaparecía y que su conciencia se mantenía activa, aunque no podía interactuar con el entorno. Señaló haber flotado por encima del cuarto donde se encontraba internada y ver su cuerpo sin poder comunicarse. A pesar de eso, aseguró sentirse “viva, despierta y consciente”.

Romero también comentó que alcanzó a oír a los médicos mientras discutían su diagnóstico: "Los escuché hablar de un infarto agudo de miocardio [un ataque cardíaco] y paro cardíaco repentino. Pero no hubo consenso. Nunca sabremos qué pasó realmente”.

Tras recuperar la conciencia, sostuvo que su visión del mundo cambió de forma total. “No creía en este tipo de fenómenos, pero cuando me desperté, supe con absoluta certeza que lo que había experimentado no había sido un sueño”, afirmó. Desde entonces, percibe el paso del tiempo de forma diferente y asegura haber aprendido a valorar más a sus seres queridos y su entorno.

Antes del incidente, había presentado síntomas de salud sin un diagnóstico claro. “Mi cuerpo estaba fallando y no podían encontrar una causa concreta”, declaró al medio británico. Esa incertidumbre le generaba preocupación constante y miedo a lo desconocido. Sin embargo, después de su vivencia, Romero describe la muerte como una “transición” y no como un fin.

“Es como cruzar una puerta hacia un lugar donde todo tiene sentido, donde el amor y la paz lo envuelven todo“, señaló. Desde entonces, dice vivir cada instante con plena conciencia y sin temor al final de la vida.

Este tipo de testimonios sobre vivencias fuera del cuerpo han sido descritos por personas que han atravesado situaciones extremas. Quienes han pasado por ellas suelen afirmar que observan el mundo desde otro plano y que su percepción de la realidad se transforma por completo.

La Nación (Argentina) / GDA