La estrategia de patrullaje aéreo con drones con la que la Policía de Bogotá ha logrado más de 160 capturas

Escuchar fuertes zumbidos durante el día en las ventas de las casas y edificios se ha convertido en parte de la cotidianidad de algunos bogotanos. En un periodo del inicio del 2024, fueron varios los ciudadanos que se preguntaron por qué el Halcón de la Policía Metropolitana de Bogotá hacía constantes patrullajes tan cerca de sus viviendas; luego aparecieron los zumbidos más livianos que marcaron el ingreso de un equipo de drones, más discretos pero igual de potentes, a la estrategia de seguridad de la capital del país.

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La estrategia con drones ha sido fundamental para entregar resultados positivos en materia de seguridad en la ciudad. Durante el año pasado se realizaron más de 25.000 horas de vuelo con estos dispositivos, entre patrullajes, operativos, seguimientos o investigación. Esta actividad de las autoridades en el aire fue esencial para lograr más de 160 capturas durante lo corrido del 2024, y en lo que va de este año ya son 20 más.

En ese sentido y en el marco del plan Bogotá Camina Segura, la tecnología se ha convertido en una pieza clave de las estrategias de seguridad en Bogotá. De hecho, desde diciembre del año pasado se ha venido implementando la Estrategia 5/4 de la Policía Metropolitana de Bogotá, que consiste en el despliegue de cinco acciones destinadas a prevenir y contrarrestar el hurto, el homicidio, la extorsión y mejorar la convivencia en los puntos más críticos de la ciudad, y en la que se incluye el uso de sistemas aéreos remotamente tripulados, más conocidos como drones.

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“Es un sistema en el que los drones, equipados con un sistema estadounidense, pueden conectarse a las patrullas en tierra, desde donde se puede observar en tiempo real todo el seguimiento que hacen los aparatos (...), entonces, cuando hay algún caso de policía, nosotros sacamos los drones para que hagan la verificación, identifiquen el recorrido de vehículos o personas y puedan orientar a las patrullas en terreno para que nosotros podamos ir bloqueando los semáforos y, en general, la ciudad, y podamos lograr la captura del criminal”, explicó el coronel Jesús Eduardo Cruz, comandante operativo de la Policía Metropolitana de Bogotá.

Los 12 drones con los que cuenta la ciudad en este momento están equipados con cámaras de alta resolución de diferentes tecnologías, como las infrarrojas y las de largo alcance. También, sensores multiespectrales láser (LiDAR) y otros RGB. Además del sistema de posicionamiento global (GPS) y las lámparas y luces de seguimiento.

Los drones realizan la transmisión de imágenes de video en tiempo real, lo que facilita la ubicación, persecución de delincuentes y su identificación en hechos delictivos. Asimismo, con los equipos del Sistema Aéreo Remotamente Tripulado, las autoridades pueden ejercer vigilancia desde el aire y coordinar en tiempo real con las patrullas en tierra la respuesta en operativos focalizados.

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“Aunque los drones tienen algunas limitaciones frente al Halcón, son dispositivos que también nos permiten hacer operativos nocturnos, que tienen identificación de calor, que cuentan con infrarrojos y que, sobre todo, ayudan a complementar el patrullaje aéreo en la ciudad”, anotó el coronel.

Este tipo de herramientas cobra especial relevancia en plena época en la que Bogotá libra una dura lucha en contra estructuras del multicrimen, de bandas dedicadas al narcotráfico, al hurto, la extorsión y la delincuencia común que se han escondido en las zonas más vulnerables de la ciudad y a las que, por lo general, es muy complicado el de las capacidades operativas de las autoridades debido a las condiciones áridas de los terrenos.

Este es justamente uno de los puntos más importantes de la nueva estrategia con aeronaves no tripuladas. Dicen desde la institución que la capital no es ajena a los problemas de orden público que se están presentando en los bordes del país y que, por el contrario, han desplegado todo un esquema operativo en seguridad que permite blindar a los bogotanos y, sobre todo, proteger a los de la Fuerza Pública de ataques de grupos armados.

“Estamos en un momento en el que el país está recibiendo ataques en zonas lejanas a Bogotá; sin embargo, desde la seguridad operativa hacemos verificaciones para que los uniformados no vayan a ser blanco de ataques terroristas con temas de ‘señuelos’ y ahí usamos los drones para hacer las verificaciones”.

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En esa misma línea y teniendo en cuenta la situación de orden público del país, la Metropolitana también ha dicho que tiene a su disposición un equipo de tres inhibidores de drones con los que pueden derribar cualquier artefacto no tripulado que se cruce por el espacio aéreo y que no cuente con autorización para ello. Se trata del Dronebuster III, el cual tiene un radio de distancia de 1 kilómetro. Según le explicó el coronel Cruz a este medio, lo que hace este dispositivo es quitarles la señal a los drones y los desconecta del máster control, dejándolos perdidos en el aire. También es posible retornarlo de manera automática al punto de partida, lo que, a su vez, les permite a las autoridades conocer de dónde viene la amenaza.

Escuchar fuertes zumbidos durante el día en las ventas de las casas y edificios se ha convertido en parte de la cotidianidad de algunos bogotanos. En un periodo del inicio del 2024, fueron varios los ciudadanos que se preguntaron por qué el Halcón de la Policía Metropolitana de Bogotá hacía constantes patrullajes tan cerca de sus viviendas; luego aparecieron los zumbidos más livianos que marcaron el ingreso de un equipo de drones, más discretos pero igual de potentes, a la estrategia de seguridad de la capital del país.

El trabajo permanente con la comunidad y el esfuerzo de la capacidad operativa nos ha permitido impactar de manera positiva la reducción del homicidio, la neutralización del hurto de vehículos y el hurto callejero. Esperamos poder entregar más resultados en los próximos días y dar un parte de seguridad a la ciudadanía.

Desafortunadamente estamos en 58 homicidios. Son menos que el año pasado, pero igual seguimos trabajando para bajar aún más esa cifra.

Nosotros tenemos el servicio de forma permanente, y todo el tiempo están en patrullaje. Cuando es necesario recargar las baterías, la operación de los drones la suplimos con el Halcón. Sin embargo, ahí también es importante decir que todo es una estrategia integral en la que también participa el sistema de cámaras que permite hacer monitoreo conjunto en tiempo real.

No. El dron tiene una capacidad operativa que no es igual a la del Halcón, que tiene la opción de sobrevolar toda la ciudad. Con las aeronaves no tripuladas solo podemos patrullar, en promedio, por 20 kilómetros a la redonda, y eso también depende de factores como las condiciones climáticas que pueden afectar esa capacidad de vuelo.

El país está en un momento de tensión con la acción de los grupos armados, y Bogotá no es ajena a esa realidad. Nosotros estamos con todas las capacidades dispuestas para proteger a la ciudad, pero también para evitar que nuestros uniformados sean blanco de ataques en diferentes modalidades. Nosotros siempre estamos alerta a cualquier eventualidad.

JONATHAN TORO ROMERO 

Redacción BOGOTÁ 

EL TIEMPO