La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) emitió una alerta a la comunidad sobre actos de vandalismo que amenazan la conservación de la fauna silvestre. El más reciente caso ocurrió en el corredor biológico de la cuenca del río Negro, donde fue hurtada una de las cámaras trampa utilizadas para monitorear felinos como el jaguar (Panthera onca), el puma (Puma concolor), y otras especies de alto valor ecológico.
Según el reporte oficial, personas no identificadas talaron el árbol en el que se encontraba asegurado el dispositivo en el nacimiento de la quebrada La Tigra. "Este hecho no solo representa una pérdida económica, sino que compromete la continuidad del monitoreo ambiental y la investigación científica en la región", expresó la corporación.
Entre las especies monitoreadas también se encuentran:
El margay (Leopardus wiedii)
El ocelote (Leopardus pardalis)
El yaguarundí (Herpailurus yagouaroundi)
Las cámaras monitorean a especias presentes en los ecosistemas andinos. Foto:Corporación Autónoma de Cundinamarca
Alfred Ballesteros, director de la CAR se pronunció sobre el tema: "Vemos con profunda preocupación el caso del hurto de una de estas cámaras en la cuenca del río Negro".
Además, el director de Ordenamiento Ambiental de la CAR, Yoagen Díaz Fontecha hizo un llamado a la ciudadanía: “Invitamos a todas las personas que transiten por zonas protegidas a no manipular ni intervenir las cámaras trampa, y a reportar cualquier irregularidad ante las autoridades ambientales o de Policía”.
La importancia de las cámaras en el ecosistema
Actualmente, la CAR tiene instaladas 26 cámaras trampa en puntos clave del Distrito Regional de Manejo Integrado (Drmi) de la cuenca del río Negro, cerca de los ríos Ático, Terama, Guaguaquí, Terán y las quebradas Aquapala y La Tigra.
Estas herramientas operan con sensores de movimiento que capturan imágenes o videos del paso de animales, lo cual permite conocer su comportamiento, desplazamiento, distribución y abundancia.
Díaz Fontecha explicó que las cámaras trampa son dispositivos que solo funcionan anclados a un programa de monitoreo. "No tienen ningún valor en el mercado negro”, aclaró el funcionario.
Así se ven las cámaras trampa. Foto:Corporación Autónoma de Cundinamarca
El director de Ordenamiento señaló que, más allá del daño material, el retiro de estos dispositivos paraliza la obtención de información clave para la investigación y caracterización de la fauna.
Acciones legales
El caso ya fue notificado a la Fiscalía General de la Nación, que inició la investigación correspondiente con base en las imágenes y videos almacenados por el dispositivo, gracias al software de monitoreo que permite guardar la información incluso si la cámara es retirada del lugar.
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