Un del sistema de transporte
TransMilenio en Bogotá decidió tomar una medida extrema ante las demoras y aglomeraciones en el servicio. La situación se tornó tan caótica en una de las estaciones, que
el joven, harto de la espera, decidió subirse al techo de un articulado, sorprendiendo a quienes se encontraban en el lugar.
Según testigos en la estación, el joven habría escalado por un costado del bus, aparentemente decidido a evitar la larga espera para abordar el siguiente vehículo. Tras lograr posicionarse sobre el techo, se acomodó en posición boca abajo, sosteniéndose de una claraboya en un intento de viajar sin esperar un nuevo bus.
Un testigo, quien presenció el acto inusual, comentó: “Yo estaba en ese TransMilenio, venía sumamente lleno y él intentó subirse; así que le dijimos varios de los que íbamos en la puerta: en el techo hay espacio. Se lo tomó muy a pecho el hpta”.
Opiniones divididas en redes sociales
El incidente generó una oleada de reacciones en redes sociales, donde las personas expresaron su asombro y descontento. Algunos s, aunque tomaron la situación con humor, consideraron necesaria una intervención para prevenir que otros intenten replicar este tipo de comportamiento, que representa riesgos para la seguridad de los pasajeros y el orden del servicio.
Una de las críticas en redes sugería que se aplicaran correctivos para desalentar tales conductas, recordando que no es la primera vez que alguien intenta viajar en el techo de los buses, ya sea para evitar el pago o para eludir la incomodidad de la multitud.
Los comentarios en redes sociales no tardaron en hacer eco de la escena insólita: “Va más cómodo que el resto de la gente”, afirmó un . Otros, en cambio, lo compararon con escenas de otras ciudades: “En Nueva York se suben al techo de los trenes en marcha y comienzan a caminar o correr y, claro, vienen los accidentes”.
También hubo quienes hicieron referencia a la falta de civilidad en el comportamiento: “No respetan las normas mínimas de comportamiento. Parecen recién bajados de un árbol”, “Anarquía total con la consecuente falta de respeto por sí mismos, la sociedad y sus valores”. Las recomendaciones de algunos ciudadanos incluso apuntaron a reforzar la disciplina en el sistema: “Deben poner mano firme o, de lo contrario, se vuelve costumbre”, “Debe ser la zona VIP”.
MARÍA CAMILA SALAS V
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO
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