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Entrevista
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Rector de la Universidad Nacional: 'Asociar mi propuesta de constituyente universitaria con la del presidente Petro no tiene fundamento'
Leopoldo Múnera, rector de la Universidad Nacional, habla de la batalla jurídica por la rectoría, la propuesta de constituyente, supuestas irregularidades en la institución, y más.
Leopoldo Múnera, rector de la Universidad Nacional. Foto: Nicol Torres. Unimedios
Tras un mes y medio en el cargo, el rector de la Universidad Nacional, Leopoldo Múnera, continúa con la defensa jurídica de su nombramiento, en medio de un proceso en el que el Consejo de Estado deberá definir la legalidad de su designación y de la del profesor José Ismael Peña, quien argumenta que fue legalmente elegido por el Consejo Superior Universitario.
En entrevista con EL TIEMPO, Múnera insiste en la legalidad de su designación, pero sostiene que asumirá la decisión final que tome el alto tribunal.
De igual forma, explicó su propuesta de constituyente universitaria, la cual, insiste, es un tema diferente a la planteada por el presidente Gustavo Petro. Agregó que la comparación "no tiene fundamento".
El rector Múnera también aprovechó para analizar los retos del sector, así como ampliar sobre las supuestas irregularidades que encontró al interior de la Universidad Nacional a su llegada al cargo.
¿Cómo recibe la decisión del Tribunal istrativo de Cundinamarca de revocar un fallo que daba la razón al profesor Ismael Peña sobre la designación de rector?
Lo del Tribunal istrativo de Cundinamarca es una tutela que había resuelto el juez 37 istrativo de Bogotá. Se decide revocar el fallo inicial por una carencia actual de objeto, es decir, que ya la norma que existía. El decreto del Ministro ad hoc no tiene ninguna relevancia porque ya fue nombrado un rector de la Universidad Nacional en propiedad. El Tribunal está ratificando que existe un rector, que sobre el nombramiento hay un principio y una presunción de legalidad que se debe respetar, y que el nombramiento está vigente.
Por otra parte, la Procuraduría General de la Nación pidió al Consejo de Estado suspender su nombramiento…
José Ismael Peña, la otra persona que busca ratificar su designación como rector de la Universidad Nacional. Foto:Universidad Nacional
Hay una serie de procesos de demanda de nulidad, seis contra mi nombramiento y hay cuatro contra el nombramiento del profesor Ismael Peña. En el procedimiento de esas demandas interviene el Ministerio Público. Desde su primera intervención, la Procuraduría dijo que consideraba que la designación del profesor Peña era correcta. Sin embargo, no hizo el análisis sobre el método que fue utilizado, sobre el secretismo, los elementos centrales sobre la falta de posesión, fue un análisis no muy sistemático. En esta ocasión también se tiene que pronunciar sobre mi nombramiento, entonces dice que el nombramiento del profesor Peña se perfeccionó, se culminó la expedición del nombramiento y que por consiguiente no me hubieran podido nombrar a mí, ese es el concepto no vinculante de la Procuraduría. Y en ese caso, todas las decisiones caerían en el Consejo de Estado.
¿En qué se fundamenta la defensa de su designación?
Mi defensa sostiene que el nombramiento del profesor Peña no fue legal y que no solo no fue legal, sino que el Consejo Superior reconsideró la decisión para corregir las irregularidades y que una vez corregidas a partir de la resolución 067 del 2024 decidieron designarme. Entre ambos nombramientos hay una diferencia. En mi caso hay un acta que ya está aprobada, hay acto de designación y hay posesión frente a la autoridad competente. En el caso del profesor Peña ni hay acta, ni hay acto istrativo, ni hay posesión ante la autoridad competente porque él hizo una posesión ante testigos que luego fue protocolizada en la notaría. Eso marca unas diferencias claras entre los dos procesos.
Sin embargo, parte del argumento jurídico es que igual el Consejo Superior eligió a Peña y que esa posesión se debía hacer…
Sí, pero no se hizo de acuerdo con las normas de la universidad porque se adoptó un método que no es permitido en los estatutos. La discusión es si realmente se perfeccionó la designación del profesor Peña. Lo que sostuvo el Consejo Superior es que nunca se terminó, nunca se concluyó el proceso y que no hubo expedición de acto istrativo.
¿En cuánto tiempo se conocería la decisión por parte del Consejo de Estado?
Eso es dificilísimo. Primero hay una decisión del Consejo de Estado que tiene que ser itir la demanda, porque no la ha itido, y decidir sobre la suspensión provisional que es una medida cautelar. Eso en términos generales puede demorarse entre tres y seis meses, pero después viene un periodo largo de un año y medio o dos años.
¿Aceptará la decisión del Consejo de Estado si decide apartarlo del cargo?
Yo lo he dicho con toda claridad. La decisión del Consejo de Estado es el cierre del caso, y sea cual sea el fallo, lo respeto y lo acato.
¿Cómo avanza el proceso de retorno a las actividades académicas tras el paro y la crisis?
Algunos pensaban que si me nombraban, todo esto iba a volver a la normalidad inmediatamente. No era así. El movimiento estudiantil tenía unas reivindicaciones que iban más allá del nombramiento del rector, que tienen que ver con bienestar, con calidad académica, con garantías institucionales para seguir con el semestre. En el último mes logramos una mesa de diálogos en todas las sedes, donde se aceptó volver a clases y retomar todas las actividades de la Universidad Nacional.
¿Ya hay normalidad?
Sí, empezamos clases el 22 de julio para terminar entre julio y septiembre el semestre, y vamos a comenzar el siguiente semestre inmediatamente. Vamos a ver una parte este año, la otra en 2025, y a finales del próximo año esperamos empatar los tiempos.
¿Se afecta el examen de isión y la llegada de estudiantes nuevos?
Todo eso está cuadrado, es lo que hemos hecho en este mes y medio.
¿Cómo recuperar la confianza perdida con la crisis?
Reconstruir la confianza en la universidad es un proceso largo porque haber perdido la confianza fue también un proceso largo. No podemos hacer una análisis simplemente coyunturalista, creyendo que se perdió la confianza porque hubo este debate por la designación del rector. Realmente había mucho malestar en la comunidad universitaria con la istración anterior de la que hizo parte el profesor Ismael Peña sobre el acuerdo de los posgrados, el acuerdo sobre extensión, la discusión del acuerdo sobre bienestar que se estaba haciendo con los estudiantes, sobre la manera como se estaban manejando los planes integrales de cobertura. Entonces podemos decir que la confianza se fue perdiendo con el tiempo, en tiempos largos, y que va a ser demorado recobrarla.
Otro tema clave a su llegada ha sido la investigación por el manejo de unas corporaciones adscritas a la universidad como Rotorr. ¿Qué pasó realmente?
No hemos identificado fenómenos de corrupción para que no haya malentendidos. Lo que hemos encontrado es una estructura paralela de la universidad que está compuesta de corporaciones de régimen privado. No nos parece que sea normal que las funciones de los misionarios de la universidad sean desempeñadas por corporaciones de régimen privado. Y estamos investigando cuál es la naturaleza de esas corporaciones, qué hacen. La más notoria es Rotorr, pero no es la única.
Rotorr logró, en un poco más de un año, contratos por 91 mil millones de pesos. Foto:EL TIEMPO
¿Qué han encontrado?
Encontramos que en los últimos meses se hizo un cambio de estatutos en Rotorr que implica un proceso muy largo y muy complicado para el reemplazo del director ejecutivo, para la reforma de los estatutos y para la liquidación, lo cual no nos causa muy buena impresión porque eso impide que la Universidad Nacional controle esas corporaciones.
¿Cómo encontró la universidad?
Aparte de lo de las corporaciones, hay problemas en el manejo istrativo, como en todas las instituciones. Estamos averiguando qué es lo que pasa con el manejo de regalías, estamos viendo también los problemas que hay de concentración del poder en la istración central de la universidad. Estamos investigando los problemas que hay en algunos proyectos como en Tumaco o en San Andrés. Pero realmente, si usted se fija, a pesar de que hemos estado tres personas en la rectoría este año, la istración de la universidad ha seguido funcionando, lo cual demuestra una solidez istrativa, a pesar de los problemas que existen.
Cuando usted habla de una constituyente universitaria, ¿a qué se refiere? ¿Se asocia, como dicen algunos, a la propuesta del presidente Gustavo Petro?
La diferencia es clara. Mi propuesta está ligada con el proceso de democratización de la vida universitaria,y eso lo tienden a confundir con mala intención con la propuesta del presidente Petro que ya es una constituyente nacional. Del proceso constituyente universitario se viene hablando hace muchos años, no es algo nuevo, parte de algo que está en el programa que yo le presenté a la comunidad, y es la democratización de la vida universitaria para que la comunidad universitaria en general sea el sujeto de la autonomía, es decir, tome las decisiones.
¿Qué implica esta democratización?
Redefinir la composición de los cuerpos colegiados, desde luego respetando las competencias que hay. Esto serían propuestas al Consejo Superior, también de cambios legales, porque en el caso de la Universidad Nacional, algunas de las propuestas pueden implicar la reforma del decreto 1210 de 1993, que es el régimen especial de la institución. Implica cambiar la forma de designación de las autoridades académicas como el rector, los decanos, los jefes de departamento; transformar el porcentaje de participación de los diferentes estamentos, darle un mayor poder a los claustros y a las colegiaturas, ampliar la participación a trabajadores y egresados, entre otros aspectos.
Se ha dicho que con su nombramiento el Gobierno busca hacer de la Universidad Nacional un laboratorio para la constituyente que propone el presidente. ¿Usted cómo ve este tipo de planteamientos?
Eso no tiene ningún fundamento. Ni el Gobierno necesita un laboratorio en la Universidad Nacional, ni es tan científico y experimental como para que tenga un laboratorio en la institución para hacer una transformación constitucional. La constituyente del presidente Petro es una cosa muy diferente; implica cambiar la Constitución Colombiana para impulsar las reformas que él quiere. La de la U. Nacional consiste en una democratización decidida por la misma comunidad para hacer las reformas que quiere la comunidad en la universidad.
¿Cómo analiza las propuestas de reforma educativa que viene planteando el Gobierno?
Creo que los cambios son fundamentales, que una ley estatutaria que garantice el derecho fundamental a la educación desde la educación inicial a la superior es fundamental, pero ese proceso no se llevó de la mejor manera y por eso terminó hundido. Ahora, habría que volver a plantearlo. No sé si en este mandato presidencial se alcance o no, pero necesitamos no sólo garantizar el derecho fundamental a la educación, sino establecer una progresividad en el cumplimiento, una financiación y establecer también una articulación entre los diferentes niveles de la educación.
¿Y respecto a la reforma a la Ley 30 de educación superior?
Es muy necesaria. La Ley 30 ha demostrado sus carencias. Se requieren reformas que tienen que ver con el gobierno universitario, con los tipos de educación superior y su relación con la educación para el trabajo. Se necesita adaptar al sector hacia el uso de nuevas tecnologías y la inteligencia artificial. Sobre todo se requiere reformar los artículos 86 y 87 de la Ley 30 que tiene que ver con la financiación de la universidad pública. La universidad pública no puede seguir con esa inestabilidad en la financiación que depende de la voluntad de cada presidente. Hay que darle una progresión a esa financiación que permita que respiren las universidades y las instituciones técnicas y tecnológicas.
A propósito, desde el Sistema Universitario estatal se habla de un déficit financiero en la educación superior pública. ¿Cómo está la Universidad Nacional en este aspecto?
La Universidad Nacional ha sido manejada responsablemente y no tiene un problema de crisis financiera aparte del la deuda histórica que hay con las universidades públicas, que esa deuda histórica sigue. No estamos boyantes para hacer todo lo que queremos. Hay un llamado de emergencia por los edificios del Instituto de Ciencias Naturales, que es un patrimonio nacional, del Museo de Ciencias Naturales, el edificio de Farmacia tiene problemas serios, hay que intervenirlo y el costo es alto. Estamos en una etapa necesaria de expansión del hospital universitario, el proyecto de recuperación del San Juan. Solo esos dos proyectos cuestan 2 ,2 billones de pesos.
O sea, tienen para funcionar, pero no para invertir…
No para hacer las inversiones que nos gustaría hacer. Tenemos un retraso en la actualización de los laboratorios, por ejemplo, lo cual es grave. No tenemos suficientes recursos para bienestar y en eso tenemos un programa nutricional y alimenticio que es necesario porque hay hambre en la Universidad Nacional. Es decir, tenemos problemas, pero no estamos en una crisis que nos lleve, por ejemplo, a no poder pagar la nómina.
¿Además de la constituyente universitaria, a qué le apuesta con su gestión?
A que la Universidad Nacional recupere el liderazgo que debe tener nacionalmente, no solo en educación superior, sino también con la ciencia, la tecnología y la innovación. También el reconocimiento de la diversidad que tiene la universidad. Tenemos nueve sedes, todas ellas muy distintas. Hay un punto muy importante de bienestar que está ligado también con un problema de igualdad. También tenemos retos en la diversificación en el ingreso y el egreso, donde podamos tener carreras técnicas y tecnológicas de alta calidad, que pensemos también en un grado 12 en los colegios o un tránsito inmediato y cómo eso podría implicar una ampliación de cobertura. Eso, por encima.
¿Cómo es eso de incursionar en ofrecer carreras técnicas y tecnológicas?
Esa es una propuesta. La diferencia es que nosotros consideramos que las carreras tecnológicas tienen que ser de alta calidad y que con frecuencia la formación tecnológica es más costosa que la formación universitaria. Tenemos que hacerlo discutiendo con la comunidad universitaria cuáles son las carreras tecnológicas que podemos implementar que no impliquen una sustitución de las carreras universitarias, sino una oferta alternativa.
¿Cuál es la posición de la Universidad Nacional frente al uso de la inteligencia artificial en la academia?
Yo creo que hay que trabajar la inteligencia artificial, pero el planteamiento que nosotros hicimos es cómo hacemos una reflexión pedagógica sobre la inteligencia artificial, no cómo nos adaptamos nosotros a ella sino cómo la podemos adaptar a nuestros modelos pedagógicos. No es crear un conflicto entre pedagogía e IA, sino un diálogo . También la podemos utilizar en nuestras labores de investigación, pero incluso en función del desarrollo y la relación con las comunidades. No tenemos una posición inmadura de tenerle miedo a la tecnología, pero tampoco la ensalzamos.
¿Y cómo se trabaja en la prevención de ciertas prácticas de plagio o uso de la tecnología para suplantar trabajos académicos?
Hay formas pedagógicas de relacionarse con la inteligencia artificial y esas formas pueden acabar con la idea de la trampa, porque ya se incorpora la tecnología a la forma de enseñanza.