Incierto futuro para la Universidad Nacional: nombramiento de nuevo rector sigue sin firmarse

Y es que, pese a que la votación del CSU es considerada, por los estatutos internos de la universidad, como la última palabra en el extenso proceso de designación de rector, existe un paso en el procedimiento que aún no surte efecto: para que el nombramiento se haga efectivo, el presidente del Consejo, en este caso la ministra de Educación, Aurora Vergara Figueroa, debe firmar el decreto que pone en firme el nombramiento de Peña.

Pero, hasta ahora, este documento no ha sido firmado, como lo señaló a EL TIEMPO la misma ministra Vergara: “Estoy esperando el acta final de la Universidad Nacional. Para el Gobierno Nacional es importante cumplir la manifestación que hicimos de respetar los resultados de la consulta y el acta de la sesión del Consejo aún no refleja mi posición. Una vez la universidad entregue el acta, demostrando todas las intervenciones que yo hice en ese consejo, avanzaremos con los próximos pasos”.

Vale recordar que la polémica se da porque la parte de la comunidad universitaria que convocó el paro sostiene que el que debió ser designado por el CSU debía ser el profesor Leopoldo Múnera, quien fue el vencedor en la consulta universitaria aplicada a docentes, estudiantes y egresados.

Sin embargo, los estatutos de la Unal son claros al respecto: la consulta no es vinculante, sirve para elegir a los cinco finalistas en el proceso, pero no obliga al CSU a designar rector al vencedor. Por el contrario, este órgano cuenta con la independencia, en el marco de la autonomía universitaria, para decidir el nombre del rector por su cuenta, y bajo sus propios criterios.

Algunos analistas consultados por EL TIEMPO sostienen que la demora en la firma del decreto también se debe a una especie de “maniobras dilatorias”. Y es que, vale recordar, que el mismo presidente Gustavo Petro cuestionó duramente el proceso calificándolo de un “golpe a la democracia universitaria” y dijo que respaldaría los resultados de las consultas universitarias, por lo que sus tres puestos en el CSU, dos representantes elegidos por él, y la ministra Vergara, también dicen haber respaldado a Múnera.

La demora de la ministra Vergara, sostiene ella, se debe a que el acta de la sesión del 21 de marzo no refleja lo que ella califica como una postura de su parte completamente en contra del procedimiento elegido por el CSU para las votaciones que los hicieron.

A esto se suman reparos sobre una supuesta ilegalidad en el procedimiento, particularmente en el modelo de votación que asumió el CSU, una situación que la misma ministra Vergara trasladó a la Procuraduría General de la Nación para ser indagada.

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Pese a ello, para algunos no se entiende estas maniobras y retrasos en la firma del decreto. Así lo cree el abogado de la Universidad Nacional Fernando Restrepo Quijano: “Lo que llama la atención es que estamos a horas de que acabe la rectoría de Dolly Montoya y no sabemos si el nuevo rector se pueda posesionar. Es entendible que haya dudas legales (aunque yo no las comparto), pero estas deben ser tramitadas ante los órganos de control o la justicia, sin que trunque la designación. De lo contrario, estaríamos dejando a la universidad pública más importante del país en un limbo istrativo sin precedentes”.

Y es que de acuerdo con él, así como varios profesores, estudiantes y directivos consultados por este diario, que prefirieron mantenerse anónimos, lo que está ocurriendo solamente apuntaría a alargar la inestabilidad que por estos días vive la universidad.

El paro estudiantil continúa, mientras también lo hacen acciones como la toma de edificios del campus. De hecho, la Universidad Nacional suspendió las actividades académicas presenciales, incluidas las del Instituto Pedagógico Arturo Ramírez Montúfar (Iparm) y el Jardín Infantil, luego de que uno de sus estudiantes terminara herido en medio de desmanes protagonizados por encapuchados y estudiantes beneficiarios del servicio de bienestar universitario en la tarde de este lunes, 29 de abril.

Los hechos se habrían presentado luego de que los encapuchados irrumpieran en los comedores, provocando enfrentamientos.

Y cabe recordar la situación de hace dos semanas, cuando el edificio Uriel Gutiérrez, donde funciona la rectoría, fue tomado por encapuchados, quienes causaron destrozos en las instalaciones.

A lo anterior se suman las constantes denuncias de amenazas a profesores y istrativos que se han manifestado a favor de la designación de Peña, como el mismo rector designado denunció ante EL TIEMPO: “Yo tenía en el equipo un grupo de mujeres que iban a dirigir todos los grupos de empalme. Y varias de ellas fueron amenazadas y tuvieron que renunciar porque temían por sus vidas y por sus bienes. Una persona recibió amenazas contra sus hijas, le dijeron que a su familia le podía pasar algo si continuaba respaldando esta rectoría”.

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Qué sucederá en los próximos días con la Universidad Nacional es un misterio. El caso más reciente de un paro universitario en contra de la designación de un rector se dio en 2012, cuando Ignacio Mantilla fue elegido por el CSU.

En esa oportunidad los estudiantes salieron a paro en rechazo de la designación y a favor del candidato que ganó entonces la consulta, que fue también Leopoldo Múnera.

El escenario fue similar al actual: paro, protestas, desmanes y amenazas; Múnera se declaró en desobediencia civil y fue uno de los convocantes a la marcha, igual que ahora.

Sin embargo, la diferencia radica es que en ese entonces sí se firmó el decreto que nombraba a Mantilla como rector. Eso sí, el paro continuó después de su nombramiento, y pese a ser en ese momento rector en propiedad, Mantilla recién pudo iniciar en forma sus labores dos meses después luego de llegar a un acuerdo con los estudiantes y que se levantara el paro.

Pero ahora no se sabe siquiera si Peña se va a poder posesionar. De acuerdo con Restrepo, se ven algunos escenarios posibles: “Primero, que sería lo más lógico, el Ministerio firmaría el decreto sobre la hora, permitiendo que Peña asuma, pero tendría que enfrentar, por un lado, el paro y por el otro que continúen las maniobras legales para sacarlo de la rectoría”.

Y agrega: “Más preocupantes son otros dos escenarios: primero, que por alguna razón el Ministerio no reconozca la legalidad del nombramiento y decida que Peña no debe ser nombrado, cosa que dejaría a la Unal en una crisis istrativa sin precedentes, o que dilate el nombramiento unos días o semanas para luego ceder y firmar el decreto. En ambos casos, la Universidad pasaría por una incertidumbre muy grave”.

En ambos casos, algunos analistas como el profesor de Derecho de la Universidad Nacional, Humberto Vergara, sostienen que el vicerrector general, Juan Camilo Restrepo, tendría que asumir el cargo de manera provisional, puesto que a diferencia de Dolly Montoya, que está obligada a salir este 30 de abril, el vicerrector no tiene fecha de vencimiento de su cargo.

Una posibilidad más, que traería un nuevo limbo legal, es que igualmente Peña se posesione en el cargo sin que la ministra haya firmado.

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