En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
Noticia
¿Realmente pudo haber sudado sangre Jesucristo? Esto dice la ciencia sobre este fenómeno
Estudios han analizado las posibles reacciones físicas que habría presentado Cristo al final de su vida.
La figura de Cristo Crucificado en el Cristo de la Clemencia tal y como fue esculpida por Juan Martínez Montañés en 1603 y está realizada en madera, gessoada, policromada y dorada Foto: Roberto Adrian/iSotck
La Semana Santa es el momento litúrgico más importante del año para los católicos. Comienza el Domingo de Ramos, recordando la entrada de Jesús a Jerusalén y alcanza su momento cumbre en los días santos, evocando su pasión, muerte y resurrección a partir de los relatos recogidos en la biblia sobre los últimos momentos de Jesucristo en la Tierra.
Entre estos días, el Jueves Santo se recuerda la ‘Última Cena’ de Jesús con sus apóstoles —en la que se considera que se instituyó la eucaristía y el sacerdocio—, el Viernes Santo se representan en las estaciones del viacrucis las escenas vividas por el hijo de Dios después de ser apresado, interrogado, flagelado, coronado de espinas y, finalmente, crucificado, para luego, el domingo, celebrar su resurrección en la Pascua.
Aunque el tema tiene una alta carga espiritual alrededor de la que se congregan por estas fechas los creyentes, la muerte de Jesús también ha despertado el interés de la ciencia, no solo en el campo arqueológico interesado por rastrear la existencia del personaje histórico, sino también desde las ciencias de la salud algunos de los investigadores que han intentado trazar un relato médico e históricamente preciso de cómo habría ocurrido la muerte física de Jesucristo.
Este es el caso de un estudio realizado por investigadores de la Clínica Mayo, de la Iglesia Metodista Unida Homestead y la Iglesia Metodista Unida West Bethel en Estados Unidos, titulado ‘Sobre la muerte física de Jesucristo’ y publicado en los años 80 en el Journal of the American Medical Association.
La investigación hace un análisis de las posibles explicaciones científicas que se le pueden dar a los síntomas que habría sentido Jesús en sus últimos momentos, que han sido descritos en los evangelios, y las causas físicas de su muerte.
Viacrucis en Yumbo, Valle del Cauca. Foto:Juan Pablo Rueda Bustamante / El Tiempo
Por ejemplo, en el evangelio de san Lucas se dice que tras oficiar la 'Última Cena' se retiró a orar al monte de los Olivos, lugar en el que se relata la siguiente escena: “Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra”.
De acuerdo con el grupo de expertos, liderado por el doctor William D. Edwards del departamento de patología de la Clínica Mayo, esta condición se describe médicamente como hematidrosis o hemohidrosis, que “puede producirse en estados muy emocionales o en personas con trastornos hemorrágicos en los que, como resultado de la hemorragia en las glándulas sudoríparas, la piel se vuelve frágil y sensible”, dice el estudio.
“La descripción de Lucas apoya el diagnóstico de hematidrosis en lugar de cromidrosis ecrina (sudor marrón o amarillo verdoso) o estigmatización (sangre que rezuma de las palmas de las manos o de otros lugares). Aunque algunos autores han sugerido que la hematidrosis produjo hipovolemia, estamos de acuerdo con Bucklin en que la pérdida real de sangre de Jesús probablemente fue mínima. Sin embargo, en el aire frío de la noche pudo haber producido escalofríos”, dicen los investigadores en esta publicación sobre este fenómeno en particular.
Sin embargo, los investigadores aclaran que debido a que las fuentes sobre la muerte de Cristo comprenden un conjunto de literatura y no un cuerpo físico o sus restos óseos, entre el material que consideraron para su análisis se incluyen los escritos de autores cristianos y no cristianos, los escritos de autores modernos y la Sábana Santa de Turín, una reliquia que se considera que pudo ser el sudario con que se amortajó el cuerpo de Jesucristo tras la crucifixión, aunque su autenticidad no se ha podido determinar.