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Crisis en diálogo con el Eln: ¿Fin de la mesa u oportunidad para corregir el rumbo?
El proceso de negociación cumple un año en medio de dudas sobre su continuidad.
ablo Beltrán (izq.) e Iván Cepeda (der.) estrechando manos frente a Otty Patiño, jefe de la delegación
del Gobierno en la negociación con el Eln. Foto: Federico Parra. AFP
El secuestro de Luis Manuel Díaz, padre del futbolista Luis Díaz, por parte del Frente de Guerra Norte del Eln, asestó un duro golpe a la mesa de negociación con esa guerrilla y sumió a la mesa en una crisis inédita desde el restablecimiento de los diálogos en noviembre de 2022.
Y es que 11 días después del secuestro de los padres del jugador del Liverpool, ocurrido en Barrancas, La Guajira, aún no se produce la anunciada liberación, lo que genera más dudas sobre la verdadera voluntad de paz de esa guerrilla, y particularmente, sobre si el Eln se plantea en un futuro cercano dejar de raptar personas.
De hecho, el comisionado Danilo Rueda, durante un debate de control político en el Congreso, señaló que este episodio le resta credibilidad al proceso de negociación y dio a entender que, pese a que en los protocolos firmados entre las partes en julio se habla explícitamente de no realizar acciones prohibidas en el DIH -incluyendo las retenciones-, el tema del secuestro no se ha abordado lo suficiente.
“Estamos desde este momento exigiendo nuevamente al Ejército de Liberación Nacional, como lo hemos planteado en ese escenario de diálogo, el cese del uso del secuestro para la obtención aparente de beneficios políticos”, aseguró ante la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Representantes.
Hay que recordar que en agosto, durante el acto de instalación del Comité Nacional de Participación -que nació en los primeros ciclos de diálogo-, ‘Aureliano Carbonell’, negociador de esa guerrilla, dijo que las actividades ilegales realizadas para financiar su accionar no se detendrán.
'Lucho' Díaz exigió al Eln la liberación de su papá Luis Manuel Díaz. Foto:Vanexa Romero. EL TIEMPO / Captura de pantalla
“En este proceso de cese la organización no puede debilitarse estratégicamente (...). Las actividades financieras siguen a nivel general”, afirmó luego de que los periodistas le preguntaron si el secuestro iba a cesar.
En aquel momento se habló de la posibilidad de crear un fondo multilateral para financiar al Eln con el ánimo de que esta organización deje de secuestrar, algo que el presidente Petro mencionó como una posibilidad para una etapa más avanzada del proceso.
Lo cierto es que el comisionado Rueda reconoció que este es un “momento crítico” para el proceso y que el futuro depende, en parte, de que el Eln adopte “compromisos públicos” y “decisiones frente a ese flagelo”. Además, señaló que en los próximos días se tomarán decisiones de fondo frente a la negociación.
Si bien es difícil que la mesa se rompa -es la columna vertebral de la política de ‘paz total’ y el único proceso que realmente avanza-, para varios analistas pueden marcar el inicio de una nueva etapa en el proceso y puede ser una oportunidad para que el Gobierno corrija el rumbo de una negociación que, desde varios sectores, ven como una forma de dar gabelas a los grupos armados.
Laura Bonilla, subdirectora de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), en diálogo con EL TIEMPO, señaló que debe haber una reingeniería del proceso que signifique más “capacidad del Gobierno” y “tener clara la agenda de máximos y mínimos de cada una de las partes”. Agregó que es “determinante la articulación entre paz y defensa”.
Una visión similar tiene Andrés Macías, docente de la Universidad Externado, quien se mantuvo en la tesis de que “hay posibilidad de recomponer” los diálogos, siempre y cuando “el Gobierno ajuste un poco su forma de relacionamiento con esos grupos y les genere una mayor presión militar”.
Sobre esto último, añadió que incluso puede hacerse sin acabar los ceses: “hay que tener muy claro qué es una acción ofensiva, cuáles son sus limitaciones y las acciones contra economías ilícitas que se pueden hacer”.
Jorge Restrepo, director del Cerac, considera que este episodio no le va a poner fin al proceso, pues lo considera la base de la cuestionada política de paz del Gobierno, sin embargo, señaló que es obligación del Gobierno entender en qué contexto se da esta negociación y con quién está negociando.
Aureliano Carbonell estuvo presente en el evento de instalación del Comité de Participación. Foto:César Melgarejo. EL TIEMPO
“No debe olvidarse que esta es una organización ilegal clandestina que no tiene los mecanismos para ejercer una comandancia unificada y que tampoco es una organización jerárquica, como lo era por ejemplo las Farc”, señaló.
Desde el inicio del cese del Fuego bilateral entre el Gobierno y el Eln, Cerac registró sesis eventos violentos atribuidos a esa guerrila: cinco violaciones y un incumplimiento.
Desde el Congreso también plantean fórmulas para enderezar el paso. El senador Ariel Ávila apuntó que “la estrategia de paz debe venir acompañada de la estrategia de seguridad”.
El de la Alianza Verde apuntó a que no se pueden retomar los diálogos como si nada luego de la liberación de Díaz, sino que debe haber un compromiso de acabar con el secuestro.
Otros actores, como la iglesia, también han dado luces en el tema. El cardenal colombiano, monseñor Luis José Rueda, pidió a los grupos armados que “den signos de coherencia”, lo que debería dar como resultado “el deponer las armas”.
En todo caso, el llamado que hacen desde varios sectores es a revisar el proceso, uno que pese a tener avances fundamentales en temas como la participación o la agenda, cojea en uno de los temas centrales: la protección a los civiles.
No sé sabe cuándo será el próximo ciclo de negociación entre las delegaciones del Gobierno y el Eln -estaba programado para este mes en México, pero que a última hora se suspendió-, lo cierto es que desde ya se anuncia que habrá consecuencias.
“Repercusiones las tendrá y las ha tenido, pero lo importante es ahora concentrarse en el caso. Esperamos la pronta liberación del señor Díaz y posteriormente que se haga un análisis, como se hace de otros elementos, del caso y para ver cómo se sigue hacia adelante (en el proceso)”, le dijo a EL TIEMPO Carlos Ruiz Massieu, representante especial del secretario general de la ONU y jefe de la Misión de Verificación en Colombia.