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Análisis

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Se hundió reforma política y se salvó transfuguismo: ¿qué hay detrás de decisiones del Congreso?

El Senado ratificó poder frente al Gobierno. Transfuguismo volvió a unir a la clase política. 

En la sesión de este lunes, la última del semestre, la iniciativa ni siquiera alcanzó a votarse.

En la sesión de este lunes, la reforma política no se alcanzó a votar por falta de quórum.

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En uno de los cierres de semestre de más alta tensión en los últimos años -por el tono que el presidente Gustavo Petro les dio a las relaciones con el Congreso tras el naufragio de su segunda reforma tributaria, hace menos de una semana- el Senado de la República hundió, por falta de quórum, otro proyecto bandera de la actual istración: la reforma política abanderada por el ministro Juan Fernando Cristo
Entre tanto, la plenaria de la Cámara de Representantes le dio oxígeno a la controvertida ley de transfuguismo (el permiso para que los congresistas elegidos por un partido salten a otro sin perder su curul, de cara a las elecciones del 2026), que en 2025 seguirá para su segunda vuelta legislativa. 
La suerte de las dos iniciativas pendía de un hilo por lo apretado de los tiempos: por tratarse de reformas a la Constitución, no podían completar su cuarto debate reglamentario en sesiones extraordinarias, sino en el marco de la legislatura ordinaria que, por este año, terminó a la medianoche del lunes. 
Por ello, su único chance de seguir con vida legislativa era una 'jugadita': que cada plenaria acogiera, sin discusión para evitar el trámite de conciliación, el texto que había sido aprobado por la plenaria de la otra corporación sin tener en cuenta las modificaciones hechas en las respectivas comisiones primeras.
Ministro Juan Fernando Cristo y el senador Alejandro Carlos Chacón

El gesto del ministro Juan Fernando Cristo (derecha) refleja su reacción a la decisión del Senado.  Foto:Néstor Gómez / EL TIEMPO

Esa única salida -por lo demás controvertida, pues es la misma salida que utilizó en su momento la mayoría oficialista para salvar la reforma pensional y que ocasionó una cascada de demandas ante la Corte Constitucional- le quitaba a la reforma política uno de sus mayores atractivos para los congresistas. 
En efecto, en la discusión de la Comisión I de Senado en el texto se introdujo el transfuguismo. Si se acogía el texto que llegó de plenaria de Cámara esa figura, que en todo caso ya venía haciendo carrera en el otro proyecto de reforma, desaparecía de la discusión. Pero más allá de este detalle, la reforma no tenía mucho eco en la clase política e incluso en las mismas fuerzas de Gobierno, que la veían más como una iniciativa del cuño del ministro Cristo que del propio presidente Petro.
En la plenaria de este lunes, ni el Ministro de la Política ni los alfiles del Gobierno lograron que se modificara el orden del día, en el que la reforma aparecía en el punto ocho por decisión de la Mesa Directiva presidida por el senador Efraín Cepeda. 
Y cuando llegó el momento del debate, más de seis horas después del inicio de la sesión, ni siquiera hubo lugar para la improbable 'jugadita':pues en un proyecto anterior a la reforma no había senadores suficientes para proseguir con la discusión. La sesión se levantó en medio de la impotencia y la rabia del ministro Cristo, que responsabilizó a Cepeda de hundir sin discusión una reforma que, dijo, "era necesaria para el país".
"Lo que pasó hoy es lamentable, la mesa directiva mató prácticamente por asfixia una reforma política que es absolutamente indispensable para el país ”, señaló el ministro.
A su vez, el presidente del Congreso, el senador Efraín Cepeda, le respondió al ministro que mientras él esté en ese cargo no permitirá que el Gobierno pretenda imponer, sin discusión, su agenda, como lo ha pretendido a lo largo de estos dos años y medio. "El consenso no puede ser una imposición del Ejecutivo ni un arrodillamiento del Legislativo", aseguró.

Qué pasó en Senado

El Gobierno ajustó así su segunda gran derrota en el Congreso en menos de una semana, siendo sin duda Juan Fernando Cristo el mayor afectado por esa decisión, por demás legítima, del Senado.
Es, de hecho, una nueva demostración de que en la Cámara alta el Ejecutivo sigue perdiendo margen de incidencia, como lo señaló el analista Gonzalo Araújo: "Pareciera que el Gobierno no hiciera cuentas sobre los apoyos en el Senado, que desde hace meses está por debajo delos 47 votos (de un total de 106) y que tomara con ligereza los anuncios que hacen las bancadas parlamentarias sobre las decisiones colectivas". 
La reforma política se hundió porque no congregaba a la clase política, porque en el Senado el Gobierno pierde cada vez más margen de maniobra y porque desde el mismo Pacto Histórico, que no sentía como propia la iniciativa de Cristo, le venían lanzando torpedos en su trámite.

El transfuguismo, avante en Cámara

Entre tanto, la suerte del proyecto de acto legislativo que revive el transfuguismo en Colombia, una controvertida figura que es considerada lesiva para la democracia porque incentiva el clientelismo y debilita las organizaciones políticas, fue diferente.
Después de varias horas, la plenaria de la Cámara aprobó por 84 votos la iniciativa, que sigue así viva para la segunda parte de la legislatura en el primer semestre de 2025.
Como se esperaba, se acogió el texto que venía de Senado. Por eso, en el proyecto ya no están (pero podrían reaparecer) cambios que se aprobaron en la Comisión I de Cámara como el voto obligatorio para las dos próximas elecciones.
El proyecto sigue vivo no solo porque el Gobierno sigue teniendo mayorías en Cámara, si bien la semana pasada las comisiones económicas de esa corporación se le salieron del libreto y negaron, al igual que las de Senado, la reforma tributaria.
Pero el transfuguismo le gusta a muchos en la clase política, mucho más en la medida en la que se aproximan las elecciones de Congreso y las presidenciales. El Gobierno lo ve conveniente porque le permitiría agrupar en una sola fuerza a de varias colectividades que le han sido cercanos, bien por convicción o por el efecto mermelada, de cara al difícil reto de mantener el poder en 2026. Pero también lo ven con buenos ojos congresistas de otras fuerzas políticas, incluso de oposición.
Como pasó con la polémica reforma del Sistema General de Participaciones, que aumentó en más de 16 puntos hasta 2037 la plata que la Nación les gira a los departamentos y municipios, la clase política tiene en el transfuguismo un proyecto que le gusta y que es funcional a sus intereses. Tiene además el guiño del Gobierno y por eso, a pesar de todas las voces en contra, la polémica iniciativa sigue con vida. 
A buena parte del Congreso le suena la posibilidad de cambiarse de partido sin tener que renunciar a la curul. Aunque es con miras a las elecciones de 2026, el acto legislativo abre la puerta para que sea una vez por cuatrienio. Aunque distintos sectores políticos lo ven como una forma de garantizar la coherencia ideológica de los partidos, se fortalecen las individualidades pues cualquier congresista puede cambiar de colectividad  sin entrar a respetar una disciplina de partido. 
JHON TORRES
Editor de EL TIEMPO

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