Día cívico, consulta popular, marchas por las reformas e importaciones de gas desde Catar. Última tuerca suelta que implica darle la vuelta a la tierra: 11.900 millas náuticas —más de 22.000 kilómetros— para atravesar el golfo Pérsico, golfo de Omán, mar Arábigo, océano Índico, Atlántico Sur, Atlántico Norte y finalmente el Mar Caribe. Más de 22.000 kilómetros desde el puerto de Ras Laffan hasta la planta regasificadora en Cartagena, unas diez veces la distancia náutica desde Trinidad y Tobago y siete veces desde el golfo de México.
Vuelta al mundo para importar gas desde Catar y compensar la escasa producción nacional, corta en un 4 % para atender el consumo de los hogares desde diciembre del año pasado, con unas importaciones diarias de 40 millones de pies cúbicos desde Estados Unidos o Trinidad y Tobago, dos productores que al menos están en el mismo continente y cobijados dentro del mismo mar.
Importaciones que se vienen haciendo para cumplir con la demanda de los hogares por primera vez en 46 años, ante la caída en la producción local de gas y el declive de los grandes campos en el piedemonte llanero. Lastres que vienen disparando hasta en un 36 % los costos del gas natural para millones de hogares colombianos, producto de tener que traerlo en buques metaneros por el mar Caribe y luego tener que transportarlo internamente unos 1.500 kilómetros hasta el centro.
Gas que ahora quiere importar el presidente Petro desde Catar, en el mismísimo continente asiático, al norte del golfo Arábigo. Con un pequeñísimo inconveniente: no hay ni dónde procesarlo, porque solo existe una única planta lista para dicho fin en todo el territorio colombiano, la regasificadora de Cartagena.
Gas que ahora quiere importar el presidente Petro desde Catar, en el mismísimo continente asiático, al norte del golfo Arábigo. Con un pequeñísimo inconveniente: no hay ni dónde procesarlo
Regasificadora copada y trabajando a toda máquina con un procesamiento diario de 450 millones de pies cúbicos de gas licuado, 400 millones de los cuales se van para la generación de energía térmica en tres centrales de la costa atlántica: Tebsa, Termocandelaria y Termoflores, todas importando gas desde el golfo de México desde hace 9 años a través de la planta regasificadora en Cartagena, Spec.
Ama y señora en ese negocio y con reinado hegemónico hasta que se construyan los otros dos proyectos para la importación de gas licuado: el de La Guajira, con una capacidad de hasta 200 millones de pies cúbicos diarios, pero listo hasta dentro de 3 años; y el proyecto de Buenaventura, con una capacidad de hasta 60 millones de pies cúbicos, pero entrando en operación hasta dentro de 2 años.
Tiempo al cabo del cual ya ni siquiera va a estar el presidente Gustavo Petro, con 16 meses por delante para seguir confundiendo a millones de votantes, convenciéndolos de un universo paralelo de importaciones de gas económicas y rápidas desde Catar, cuando en realidad son más demoradas, más costosas, más lejanas e imposibles de procesar.
PAOLA OCHOA
En X: @PaolaOchoaAmaya