Según las más recientes encuestas en Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, expresidente y líder del Partido de los Trabajadores, está muy cerca de ganar la presidencia en primera vuelta. De hecho, es lo que buscan su campaña y la mayoría de los brasileños temerosos de que un segundo mandato de Bolsonaro sea aún más catastrófico de lo que ya ha sido el primero. La última encuesta, la IPEC (Inteligencia en Investigación y Consultoría Estratégica), muestra que Lula tiene el 52 % de los votos válidos, mientras que Jair Bolsonaro tiene el 34 %.
El candidato Ciro Gomes, del PDT (Partido Laborista Democrático) –para que el público colombiano entienda, y guardadas las proporciones, sería el candidato equivalente a Fajardo en las elecciones pasadas–, tiene apenas el 6 % de la intención de voto. Sucedió un fenómeno parecido al colombiano: Fajardo, el candidato del “centro”, pasó de tener casi el 24 % de los votos en 2018 al 4 % en 2022. Mientras que Gomes pasó del 12 % en 2018 a marcar ahora apenas el 6 %, es decir, muchos de sus votantes se han decantado por Lula en las últimas semanas, incluso en Ceará en el nordeste del país, su fortín electoral. Existe una campaña muy fuerte a favor del voto útil para que Lula pueda ganar en primera vuelta, campaña que ha irritado a Gomes, quien la ha clasificado como “fascismo de izquierda”. Otra semejanza: en 2018, mientras Fajardo se fue a ver ballenas en segunda vuelta, Gomes se fue a París.
Gomes, a pesar de oponerse tanto a la candidatura de Bolsonaro como a la de Lula, se ha ensañado particularmente con Lula, a quien ha acusado de “fascistoide” y ha llamado a sus seguidores de “luloplanistas”. Además, en los últimos días ha adoptado un tono más agresivo y ha participado en varios programas dirigidos a una audiencia bolsonarista. Esta estrategia, además de aislarlo, ha provocado que un grupo de disidentes de su partido haya decidido votar por Lula. De igual forma, reconocidos artistas como Caetano Veloso y Tico Santa Cruz, quienes apoyaban a Ciro en la precampaña, también votarán por Lula.
Todas las esperanzas están puestas en Lula, pero esto no significa que no existan ciertos temores. El principal es que Bolsonaro desconozca los resultados electorales.
Por otro lado, la estrategia de Bolsonaro, desde que inició la campaña electoral el pasado 16 de agosto, ha sido intentar disminuir su índice de rechazo que ya va por el 52 %, pero éste no ha hecho sino aumentar. Tampoco le sirvió a su campaña el “Auxilio Brasil”, la ayuda económica de seiscientos reales, unos quinientos mil pesos, que le prometió a los más pobres para ganarse su voto. El pueblo brasileño no olvida su nefasta gestión de la pandemia, su actitud negacionista, sus crueles burlas y su evidente desprecio por las casi 700.000 víctimas de covid-19 y sus familias.
El voto de las mujeres también será decisivo, por ahora la mayoría de ellas está apoyando a Lula. Todas las esperanzas están puestas en Lula, pero esto no significa que no existan ciertos temores. El principal es que Bolsonaro desconozca los resultados electorales. Varias veces ha puesto en duda el funcionamiento de las urnas electrónicas y ha afirmado que no reconocerá el resultado. Por esto, entidades como el Pacto por la Democracia, la Comisión Arns, Conectas, Direitos Já, la Fundación Tide Setubal, Transparencia Internacional, Red Libertad y Red de Acción Política para la Sustentabilidad se han organizado para defender los resultados.
Es muy importante que el gobierno colombiano y otros gobiernos progresistas en América Latina y el mundo reconozcan rápidamente los resultados de las votaciones este 2 de octubre. Cualquier demora podría poner en riesgo la democracia brasileña. Para el gobierno de Gustavo Petro y de Francia Márquez sería una gran noticia tener a Lula como un nuevo aliado en la región. Su experiencia y su liderazgo podrán contribuir a hacer de América Latina una región menos desigual y más justa.
SARA TUFANO