Menos críticas y más gobierno

El Presidente con sus declaraciones en contra de los conglomerados económicos le hace mucho mal al país en el ámbito nacional e internacional. No tiene razón cuando emite críticas sin razón contra los grupos empresariales e industriales que, por sus aportes en impuestos, oportunidades de trabajo y en el sentido elemental de la economía, son la base para el progreso del país.

Las declaraciones del mandatario las rechazamos la mayoría de los ciudadanos. Los empresarios tienen trabajando a un buen porcentaje de los habitantes de Colombia. Mientras el Presidente critica a los principales aportantes a la economía, la inseguridad aumenta a un ritmo preocupante debido al crecimiento de los grupos subversivos y la delincuencia. Miremos al Valle y al Cauca. La situación es, francamente, alarmante también en Bogotá. Como triste y condenable ejemplo está el caso del senador y precandidato presidencial por el uribismo, Miguel Uribe Turbay, gravemente herido a bala durante una manifestación política en el sector de Modelia. Y qué decir, por otra parte, de la inmoralidad istrativa. Esta sigue campante, y los estimativos son peores.

Duele lo que nos está pasando en nuestro país, cuando los violentos se han envalentonado y no les importa llevarse vidas civiles, sean niños o humildes, personas del rebusque diario, transeúntes, con tal de sembrar el caos con fines oscuros. Tal vez, para defender el negocio del narcotráfico y a sus cabecillas. Es ahí cuando el país debe ponerse en pie, cuando el Gobierno tiene que rodearse y dar vía a nuestras Fuerzas Armadas para que protejan la democracia y a los habitantes de Colombia, dentro del marco constitucional.

Ante el drama de los s para la obtención de medicamentos, Colombia debería activar sus fábricas farmacéuticas.

Un 70 % de los medicamentos que entran al territorio son importados, y un 30 %, fabricados dentro del país. De hecho, durante la pandemia de covid-19 las fábricas no produjeron siquiera una jeringa.