Señor director:
Ayer, la noticia de la muerte de Diego Armando Maradona nos cayó como un golpe que quita el aliento. Porque son ídolos a los que uno quiere con virtudes y defectos, que ira y agradece por todo lo que nos han hecho vivir. Es un genio mundial porque el fútbol es universal, que habla todos los idiomas, y él lo jugó como nadie.
Ser uno de los más grandes en un deporte en el que hay millones no es poca cosa. Lo lloran Argentina y el mundo. Lástima que lo tocó la droga, que ha malogrado tantas vidas. Un problema del que él trató de salir, pero su genio en la cancha es lo que les debe quedar a las juventudes.
Dagoberto Castaño Paredes
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Señor director:
Diego Armando Maradona ha partido, dejando inolvidables jugadas que lo convirtieron en uno de los mitos futbolísticos del siglo XX. Hizo época y marcó a toda una generación con su juego impecable y victorioso de siempre. Sin temor a equivocarse dejó este legado: “El fútbol es el deporte más lindo y más sano del mundo”. Argentina y el mundo despiden a un invencible del fútbol, a uno de los mejores jugadores de todos los tiempos. Él se encuentra en la galería de los reyes de este deporte. Paz en su tumba a una estrella que jugará en la eternidad y que brindó incomparables momentos de felicidad.
Luis Herrera U.
Gachetá, Cundinamarca
Bono y pensión
Señor director:
Mientras la pandemia dure, en la primera línea de lucha contra el covid-19 seguirán estando los profesionales de la salud. De ellos, varios han fallecido. Detrás de cada una de estas muertes comienza también un drama para cada una de sus familias. Más si en vida representaban para ellos el sustento, de manera parcial o total.
Mi propuesta es que a cada profesional de salud fallecido por causa del covid, y en ejercicio de sus funciones, se le otorgue por parte del Estado una pensión temporal o vitalicia para los de sus familias. Seguirán siendo héroes, pero un simple bono no creo que sea suficiente.
Wadid Arana D.
Equidad en la educación
Señor director:
Interesante el artículo de Vladdo, que plantea claramente el problema de la educación para nuestros hijos. La educación pública no es buena, realmente el sistema como tal es el inicio del desbalance social de este país. Desde esos primeros años de primaria ya se generan diferencias entre niños de los diversos estratos, y eso hace que no todos los jóvenes tengan las mismas oportunidades para terminar como bachilleres y luego como universitarios.
El reto grande debe consistir en cómo podemos lograr que como país seamos justos con nuestros niños y les demos las mismas oportunidades. Que tener un futuro no dependa de que los padres tengan los medios para que los hijos estudien en colegios privados.
Lo que debe garantizar nuestro sistema educativo es que se logre explotar el talento que tiene cada niño y que todos tengan las mismas oportunidades. Si logramos balancear eso, haremos que los niños tengan un futuro más equitativo y que el colegio sea la base para el logro de sus sueños.
Mario Venegas
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