La preocupación de la Defensoría del Pueblo por cierre de paso fronterizo en el Darién: instalaron una cerca con alambre de púas

Luego del anuncio del Gobierno de Panamá sobre el cierre de pasos fronterizos en la región del Darién, la Defensoría del Pueblo de Colombia emitió un llamado urgente al Gobierno Nacional.

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La entidad instó a las autoridades panameñas a tener en cuenta los postulados del derecho internacional de los derechos humanos, refugio, accesibilidad a la satisfacción de necesidades básicas y garantías de no devolución de los migrantes, especialmente aquellos susceptibles de asilo y con necesidad de protección internacional.

El cierre de al menos tres cruces en el Tapón del Darién podría aumentar el represamiento de personas en los municipios receptores de migrantes, especialmente en las zonas urbanas de los pueblos de la subregión del Urabá antioqueño y chocoano.

Para la Defensoría, esta situación no solo incrementará las necesidades de protección, sino que también afectará los derechos fundamentales de la población en movilidad humana, las comunidades en tránsito y las colectividades étnicas que habitan en esa región fronteriza.

Frente a estas circunstancias, la Defensoría del Pueblo recomendó a las autoridades nacionales y territoriales implementar medidas efectivas y de respuesta inmediata. A las gobernaciones de Antioquia y Chocó, así como a las istraciones municipales de Turbo, Necoclí, Acandí y Unguía, se les exhorta a activar mesas de gestión y gobernanza migratoria con acciones de contingencia basadas en un enfoque humanitario, sin discriminación alguna por nacionalidad, lugar de residencia, género u orientación sexual, origen étnico, raza, religión, lengua u cualquier otra condición.

Según la Defensoría, varios de sus funcionarios realizaron un trabajo de verificación en la vereda Astí, uno de los puntos fronterizos con Panamá. "La cerca pone en riesgo la integridad física de los migrantes que a diario intentan cruzar, pues en una de sus partes, donde arrojaron trozos de madera para que el alambre baje, con la finalidad de seguir su camino, sus cuerpos están expuestos a sufrir laceraciones con las púas".

Esta barrera, para la Defensoría, no solo pone en riesgo la integridad física de los migrantes, quienes se exponen a sufrir laceraciones, sino que también afecta a las comunidades colombianas de Asti y Capurganá, así como a las de Puerto Obaldía en Panamá, que utilizan ese paso para el intercambio comercial y cultural.

Según la Defensoría, entre enero y junio de 2024, más de 197,000 personas habrían cruzado la selva del Darién. Solo en el mes de junio, alrededor de 27,500 migrantes atravesaron esta peligrosa frontera, de los cuales más de 5,600 eran menores de edad. Los migrantes provenientes de Venezuela, Colombia, Ecuador y China fueron los que más se arriesgaron a cruzar el Tapón del Darién durante este periodo.

Redacción Justicia

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