‘En los municipios donde hay más coca hay más asesinatos de líderes sociales’

Candice Welsch, representante regional de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC), durante la presentación del informe Simci, -publicado este este 18 de octubre-  señaló que uno de los puntos más importantes del documento tiene que ver con el crecimiento desproporcionado entre los narcocultivos (10 %) y la producción de cocaína (53 %).

(Lea: Urgente: producción de cocaína pura en Colombia se disparó: de 1.738 toneladas en 2022 pasó a 2.664 toneladas en 2023, según informe Simci)

Sin embargo, en entrevista con EL TIEMPO analizó otros factores relacionados con la creciente producción de coca en Colombia. 

Los cultivos se siguen concentrando en las zonas donde hay mayores incentivos para la productividad. Allí hay mejoras tecnológicas tanto en la fase agrícola como en la fase de extracción y transformación.

El efecto más importante es que las prácticas agrícolas que mejoran los rendimientos ya no están limitadas a los enclaves productivos, sino que se extendieron a la periferia de los mismos, principalmente en el Pacífico en Putumayo.

El reporte hace énfasis en la gran diferenciación entre zonas de concentración y zonas de desconcentración. En las primeras, el modelo productivo se parece cada vez más a un modelo agroindustrial; y en las segundas se mantiene un modelo de agricultura campesina. Esto tiene fuertes implicaciones en la implementación de política pública, particularmente sobre el balance entre las estrategias de asfixia y oxígeno. También se desarrolla la creciente relación entre las economías ilícitas y las lícitas que se produce por dos factores principales: una mayor proximidad de la coca a los centros poblados con una mayor oferta de bienes y servicios a los que se puede acceder con el dinero derivado de la actividad ilegal; y una mayor incidencia del dinero ilegal en la economía local asociada a el efecto de concentración de la coca en los enclaves productivos.

Es cierto que los departamentos con más coca siguen siendo Nariño, Putumayo, Norte de Santander y Cauca, pero hemos encontrado muchos cambios en las relaciones de los actores ilegales. Por ejemplo, la capacidad de coordinación entre grupos presentes en diferentes territorios se ha perdido, lo que hace que la coca que no está asociada a rutas de salida sea más difícil de comercializar. Por otra parte, las bandas locales se articulan, pero no necesariamente pertenecen a los grupos armados ilegales de la misma manera que estos se desarticulan, pero no necesariamente pertenecen al crimen organizado transnacional que se ocupa de llevar la drogas a los mercados de consumo.

Se estima que existen unas 100.000 hectáreas a menos de 40 kilómetros de una frontera, eso es el 40 por ciento de toda la coca del país. El problema es que los cultivos en estas zonas están fuertemente articulados con la extracción del alcaloide y su transformación en clorhidrato de cocaína. Al estar cerca de las fronteras, las rutas de salida de la droga están aseguradas y generalmente existe una articulación entre los grupos ilegales del lado colombiano y los grupos del país vecino, el caso es particularmente complejo en Ecuador y Venezuela.

Casi la mitad de la coca está en zonas de interés para la conservación. Las tierras de las comunidades afrocolombianas son las más afectadas con 20 por ciento de toda la coca del país y un incremento de 13 porciento en el último año. Pero quisiera hacer un énfasis especial en el tema de los parques nacionales, porque si bien la participación de la coca es de solo 2 por ciento, el impacto está fuertemente concentrado en el parque Paramillo, La Paya y Nukak, además vemos con mucha preocupación la forma como la coca está amenazando el parque Munchique.

Dado que la coca está concentrada, su incidencia en la economía local es mucho mayor, por ejemplo, si comparamos el valor agregado de la coca, incluyendo la producción de pasta y base de cocaína con el valor agregado de toda la economía a escala municipal, encontramos que, en 19 municipios, el mercado de la coca equivale a más del 20 por ciento de la economía del municipio. Solo como referencia la actividad agrícola e industrial del país sumadas representan el 20 por ciento de la economía de Colombia. Además, hemos observado que la coca está más cerca de centros poblados, y que en estos centros poblados hay mayor oferta de bienes y servicios que se pueden adquirir con dinero procedente del cultivo y su transformación.

Muchas actividades ilícitas están confluyendo en Cauca. El alto interés por los réditos de las actividades criminales se ha convertido en uno de los principales incentivos para concentrar en el Cauca la presencia de grupos armados ilegales. La influencia de los grupos armados ilegales en el Cauca ha venido intensificando la violencia en el departamento, afectando de manera particular a los municipios con cultivos de coca. En el escenario pos-acuerdo los combates entre grupos armados ilegales y la Fuerza Pública, los enfrentamientos entre grupos armados ilegales, y los homicidios a líderes sociales se han incrementado de manera sustancial desde el 2017 hasta el 2023.

Lo que hemos observado es que en los municipios en donde hay más cultivos de coca también hay más asesinatos de líderes sociales; sin embargo, no es posible hacer un análisis de causalidad a partir de los datos con los que contamos hoy. Por ejemplo, en el departamento del Cauca, entre 2017 y 2023, se registraron 252 casos de asesinatos de líderes sociales, pero el 55% de los municipios que tenían coca reportaron este tipo de asesinatos frente a solo el 35 por ciento de los que no tenían coca. Por supuesto el problema no es solamente la coca, sino todo el entramado que se necesita para que la hoja de coca se convierta en cocaína, la cocaína se convierta en dinero y el dinero se convierta en bienes y servicios a los cuales la gente puede acceder; es por esto que la relación muchas veces se hace violenta.

Los gobiernos disponen de diferentes herramientas para enfrentar el tema de la producción de drogas. La erradicación es solo una de ellas, lo importante aquí es que se consideren las condiciones del territorio para determinar en dónde y en qué proporción se aplica cada una; y es para eso que sirve de este tipo de reportes.

UNODC ha acompañado a Colombia en la implementación de estrategias, inspiradas, entre otras cosas, en los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Alternativo. Desde hace más de 20 años, UNODC ha trabajado con más de 200 mil familias que han abandonado los cultivos de ilícitos para vincularse a proyectos sostenibles de desarrollo alternativo. Nuestros proyectos se han enfocado no solo en la población general, sino en quienes son más vulnerables en los territorios. Mujeres campesinas y comunidades indígenas han sido parte de ellos. No solo buscamos que sustituyan, sino que los cultivos que eligen sean sostenibles en el tiempo y se articulen con los mercados, incluso a nivel internacional. El café del Desarrollo Alternativo ha sido exportado e incluso ha sido seleccionado para ser ofrecido en eventos tan importantes como los pasados juegos olímpicos, donde había producto de Antioquia y Cauca, este último un territorio de los más afectados por la coca.

Asimismo, con el Gobierno de Corea, se han establecido cerca de 500 hectáreas de sacha inchi en Putumayo, 500 hectáreas que le restan espacio a la coca y que han sido incorporados en la Bienestarina.

Redacción Justicia