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James vuelve para hacernos creer que nunca se fue (opinión)
Está de regreso para demostrar que sigue vigente, necesario, útil.
James aún está lejos de ser James. Si se mira al espejo, verá que no es el mismo, que está incompleto, que le falta ritmo, forma, despliegue, algo de alma. Que es un James que ya no compite al mismo nivel de antes. Pero con todo y eso, este James que todavía no es James –si acaso un Rodríguez a secas– es un James necesario para la Selección Colombia. Con él, bien o mal, entero o a medias, las hazañas son un poco más posibles. Y jugar contra Brasil, allá, en la eliminatoria al Mundial, es cuestión de hazañas.
Sería ceguera no haber pensado en James en este momento. Sería terco no haberlo llamado ahora, justo cuando Colombia tiene que resolver este temita espinoso y delicado del gol. Ahora que sus artilleros claman para que alguien les haga la tarea un poco más fácil, alguien con la suficiente capacidad, experiencia y lucidez cuando de tirar un pase limpio se trata, cuando se requiere patear al arco, cuando se necesita hacer algo diferente. Alguien capaz de encontrar una luz en la oscuridad de la cancha o de descifrar un resquicio en medio del caos. Todo eso lo tiene James, aunque no esté en su plenitud, aunque lleve casi un año sin estar vestido de amarillo, y aunque por ahora sea el rumor de su pasado.
James ya entrena con Colombia. Foto:FCF
James ya llegó a la Selección, fue el primero, ya entrenó, ya se puso la 10, la suya, la mostró, orgulloso en las redes, donde salió muy sonriente, como muy motivado, o eso parece, como el que regresa a casa después de un largo viaje. No como el que llega a su primer día, porque este James carga en la columna el peso de las mil batallas. No es una copia ni una imitación, simplemente es James a medio camino, a medio andar, pero es él, de regreso para demostrar que sigue vigente, necesario, útil.
Quizá James se marchó para darse cuenta de cuánto iba a extrañar estar ahí. Quizá se llevó adentro la Selección.
También es un James que ya sabe que no es el indiscutible, que no es el imprescindible de otras épocas; un James que ya no solo es el sustantivo del gol, sino el adjetivo de su decaída imagen. Uno al que ya le dijeron que no. Se lo dijo el técnico Rueda en la Copa América, que no y que no. Y no lo llevó. Y cuando a uno le dicen que no, hay una sola manera de volver, con la cabeza gacha. O no volver. Pero James volvió, vuelve, está. Quién sabe si para no volverse a ir. Quizá su marcha fue una lección. Quizá este reencuentro no sufra más fracturas. Quizá las diferencias, si las hubo, estén zanjadas. Quizá los egos se diluyeron. Quizá James se marchó para darse cuenta de cuánto iba a extrañar estar ahí. Quizá se llevó adentro la Selección. Como dijo Eduardo Galeano sobre una mujer a la que le daba pena alejarse del mar: “Y para no irse nunca, se fue, pero le puso rueditas a la mar y se la llevó con ella”.
James Rodríguez, en un entrenamiento de la Selección Colombia. Foto:AFP. Archivo EL TIEMPO
Colombia tuvo 15 partidos sin él, los 15 que lleva Reinaldo Rueda, y mal no es que le haya ido. Pero cuando en el espectro hay un jugador como James, tiene que ser una opción, sobre todo ahora que él ya está jugando, que incluso ya hizo un gol en Catar. Eso era lo que le pedían, que jugara, que alzara su nivel, que no estuviera lesionado, y más allá de un golpe que recibió en las costillas, parece que anda bien.
Pero ya sabemos que hablar de James es como meterse en un cuadrilátero sin guantes. Es un futbolista que polariza como si de unas elecciones presidenciales se tratara. Y lo que él hace es jugar fútbol, con sus bajones y sus distracciones, jugar. Pero James está cautivo de su propia gloria, de su pasado. Es de esos jugadores expuestos a la crítica implacable, al no perdón, al dedo que señala y condena. Pero también hay una parte de país que lo añora, que lo extraña, que lo exige.
Y así, entre los que lo piden y quienes lo rechazan, vuelve James. Vuelve para convencernos de que le puso rueditas a la Selección y se la llevó con él. Vuelve para hacernos creer que nunca se fue.