Noticia

Luto en el deporte del país: murió Alberto Ferrer Vargas, secretario general del Comité Olímpico Colombiano

Ferrer Vargas inició como futbolista en Millonarios.

Link

Redacción El Tiempo

12.06.2025 13:19 Actualizado: 12.06.2025 13:19

Comentar

El Comité Ejecutivo del Comité Olímpico Colombiano lamentó profundamente este jueves el fallecimiento de Alberto Ferrer Vargas, quien fuera durante 23 años el secretario general de la institución y una de las figuras más destacadas del movimiento olímpico nacional.

"Su partida, ocurrió este 12 de junio de 2025, y representa una pérdida para el deporte colombiano y para todos aquellos que tuvieron el honor de trabajar junto a él", explicó la entidad que preside Ciro Solano Hurtado.

Nacido en Bogotá el 2 de julio de 1936, Alberto Ferrer dedicó más de seis décadas al desarrollo del deporte en Colombia. Inició su camino como futbolista en el Club Los Millonarios, pero su vocación por la dirigencia lo llevó a construir una carrera ejemplar al servicio del deporte, caracterizada por su compromiso, honestidad, inteligencia y liderazgo visionario.

Ferrer fue pionero y promotor incansable de disciplinas como el tenis de mesa y el bolo, siendo presidente de la Federación Colombiana de Bolo, desde donde lideró importantes avances estructurales y organizativos. Bajo su gestión se construyó la primera bolera oficial del país en El Salitre, en Bogotá, lo cual marcó un antes y un después en la historia de este deporte.

Fue también un impulsor activo de la Academia Olímpica Colombiana, promoviendo los valores del olimpismo entre las nuevas generaciones.

A lo largo de su trayectoria, recibió múltiples distinciones, entre ellas el Premio Altius a la Vida y Obra del Comité Olímpico Colombiano, que reconoció su invaluable contribución al desarrollo del deporte nacional.

En este momento de profunda tristeza, el Comité Olímpico Colombiano expresa sus más sentidas condolencias a su esposa, a sus hijos, a sus seis nietos y a todos sus familiares y amigos.

Alberto Ferrer Vargas deja una huella imborrable en la historia del olimpismo colombiano. Su legado perdurará como un faro de inspiración para futuras generaciones de dirigentes, entrenadores y deportistas.