El inolvidable e impresionante concierto de Kiss en Bogotá

Sin duda, el concierto de Kiss, en la noche del sábado pasado en Bogotá, fue todo un acontecimiento para los miles de fanáticos de esta banda emblemática, que nació en Nueva York en los años 70 y que celebra más de 40 años de trayectoria artística.

"Es una banda que emociona hasta las lágrimas, a personas de todas las edades", le comentó a EL TIEMPO la periodista Estefanía Meira (@estefaniameira_), una de las asistentes al concierto. Agrega que lo que se vivió el sábado pasado "fue indescriptible, apoteósico".

"Me quedaría corta en descripciones de lo perfecto que fue el show, de principio a fin. El diseño de la puesta en escena de este grupo es tremendo", anota Meira.

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Con este concierto en la capital, la banda de rock cerró su gira en Latinoamérica, aunque todavía les quedan otros países por visitar en el resto del mundo.

"Pocas veces uno puede apreciar show de esta talla en nuestro país", anota la periodista, al recordar cómo para las generaciones precedentes, como le ocurrió incluso a sus padres, no se presentaban este tipo de oportunidades. La mayoría de los fanáticos de la región tenían que organizar onerosos viajes a países como Estados Unidos, para poder vivir en vivo un concierto de bandas como Kiss.

"Yo estuve en el Movistar Arena y sorprende su organización. Tuve el privilegio de ver el concierto desde un balcón y hay que resaltar que Kiss es un grupo para ver de lejos y no de cerca, porque toda su puesta en escena es una composición artística en sí misma, de extremo a extremo del recinto. Ellos incluyen al público dentro de su show", anota Meira, quien también trabaja en la cadena radial La FM.

Destaca, por ejemplo, el viaje aéreo de uno de los guitarristas de la banda, montado en una polea, hasta la mitad de la platea, donde hizo un solo de guitarra inolvidable. Luego bajó de esa tarima para interactuar con el público presente, generando toda una ovación con sentimientos encontrados, en quienes pudieron tocarlo y verlo a pocos centímetros.

"Además, la narrativa musical del concierto cuenta una historia, a través de diferentes personajes. Uno de los músicos interpreta una dragón (Gene Simmons), por ejemplo, otro interpreta a un alien (Tommy Thayer) y otro a un gato (Eric Singer). Todo tienen un papel que trasmite algo y que está en algún punto de la realidad", comenta la periodista.

Para explicar los sentimientos que Kiss despierta en su público, Meira apela a una imagen dividida en dos mundos: el que se ve y otro que se ubica en un nivel espiritual. Para ella, los veteranos integrantes de Kiss, justamente, tiene una conexión muy particular con este último. Destaca, además, la vitalidad de estos músicos, quienes a pesar de su edad, son capaces de seguir moviendo masas con una fuerza indescriptible.

"Ellos como artistas son una canalización de energía impresionante. Cada cosa que hacen está muy conectada como una especie de flujo del universo", anota Meira.

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Definitivamente, el concierto de esta mítica banda, como anotan sus asistentes, "pagó la boleta" de lejos. Fue un espectáculo impecable, con un juego de luces, una propuesta de colores, de pirotecnia, de videos en gigantes pantallas led inolvidables. Y claro, no podía faltar el momento que todos esperan, cuando Gene Simmons, su vocalista -quien interpretaba además al dragón-, mastica la famosa cápsula de sangre artificial, que genera ese estallido en conjunto de los miles de asistentes.

"Mi experiencia fue muy intensa. El amor de mi vida es la música, y este concierto me conmovió hasta las lágrimas, porque tocaron una fibra muy interna, que creo que también le pasó a otros de los presentes. Kiss es una banda que te hace perder el miedo, porque su propuesta refleja que hasta en los lados más oscuros, hay amor y arte", concluye esta seguidora de la banda.