La inauguración del Centro Nacional de Artes marca un antes y un después. La curaduría de Ivan Benavides en el acto de apertura de este moderno complejo cultural, se desmarca abiertamente de lo acostumbrado para estas ceremonias grandilocuentes.
Las personalidades del gobierno y la política, que son habitualmente los invitados VIP, en este caso eran Mamos, Caciques y representantes de las etnias los llamados al escenario para recibir la entrega de uno de los edificios mejor dotados en Latinoamérica para las artes escénicas.
Las palabras de Jorge Zorro, el Ministro de Cultura (e), también se redactaron con llamados a eliminar la discriminación racial en la cultura y a la inclusión de mensajes ecológicos en la producción artística colombiana. Me causo curiosidad que los discursos de estos dos funcionarios omitieron la mención de los gobiernos anteriores como gestores y constructores de esta gran obra para el desarrollo artístico de Colombia.
Volviendo a la muestra incluida en la gala inaugural, es evidente que el foco de la programación se centrará en lo regional y en lo alternativo. El grupo Atabaques de Cartagena abrió con un vigoroso espectáculo de danza al ritmo de los Tambores del Cabildo. El artista gráfico Guache presento sobre las diferentes fachadas del edificio una proyección de Video mapping titulada Amar es resistir. El mapping es un artificio de moda en los grandes eventos sociales y culturales del momento.
Benavides habla de la fundación de una nueva institucionalidad cuando se refiere a la programación de este año. Por ejemplo, ya está anunciado un círculo de la palabra con autoridades, sabedores y sabedoras indígenas de diferentes etnias. Mi duda es si un centro para el desarrollo de las artes escénicas es el lugar apropiado para este tipo de charlas. Se anuncia también la Danza de la Yonna de la etnia Wayuu acompañada por otro mapping. Este tipo de montajes puede ser muy llamativo, pero pareciera que el mensaje es que los espectáculos tradicionales están mandados a recoger. Uno de los propósitos con los que se construyó era darle una sede fija a la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia, tema que no se mencionó en la inauguración. Otro era el de convertirlo en un centro de formación técnica para las artes escénicas. Pero la intención de esta istración parece ser otra.
ÓSCAR ACEVEDO
Músico y crítico musical