¿Qué pasa con su cuerpo si deja de comer azúcar y lo reemplaza por frutas? El efecto en la salud es importante

Muchas personas, en su intento de tener una alimentación saludable, optan por erradicar de su dieta los azúcares y reemplazarlos por frutas, pero esto no es tan fácil como muchos piensan y en ocasiones suelen caer en el error, porque no hacen la sustitución de la manera adecuada. Así lo explicó la médico endocrinóloga Carmen Aragón Valera, vocal del comité gestor del área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).

(Infórmese: Médico revela cuál es la fruta que ayuda a controlar la presión arterial si se come todos los días: ‘La ingesta de este mineral la disminuye').

Algo en lo que hace énfasis es que no se puede sustituir el azúcar por fruta pensando en que van a dejar de ingerirla, ya que esta es una equivocación que algunos suelen cometer.

“Las frutas son alimentos de origen vegetal que aportan a nuestra dieta agua, fibra, vitaminas y minerales. Son alimentos, en general, con baja densidad energética, y esta energía procede fundamentalmente de un azúcar, la fructosa”, afirmó Aragón.

Al ingerir todos los días frutas, no solo mejora la alimentación, sino que el cuerpo está recibiendo los nutrientes que necesita, ya que muchas de estas son ricas en vitaminas y minerales. A diferencia de si lo hiciera tomando alguna bebida azucarada.

“Es mejor que si te tomas un caramelo o un dulce, debido a que tienen más cosas. Con la fruta, además de azúcar, tienen fibra, vitaminas o minerales. El mensaje que hay que transmitir es que el azúcar es algo que debemos consumir muy ocasionalmente. Si observamos la pirámide de la dieta mediterránea, vemos que está en la cúspide, por lo que debemos moderar su consumo”, argumentó.

(Entérese: Aromática de frutas colombiana para alivianar el estómago y tranquilizar la mente).

El consumo de azúcar no solo debe ser de vez en cuando, sino que debe ser con moderación, ya que en exceso puede provocar el riesgo de padecer obesidad, diabetes o hipertrigliceridemia.

La experta también explica que hay un listado de frutas que suelen ser dulces dependiendo de su estado de maduración y ahí es donde las personas deben tener cuidado, ya que estas podrían ser igual de dulces que cualquier otro producto.

“Cuanto más madura está la fruta, más expuesto está el azúcar y es que una fruta madura siempre es más dulce. Por ejemplo, el banano cuando no está maduro y tiene un color verde tiene ‘un sabor a rayos’, mientras que si está más maduro, es más dulce”, argumentó.

Otra cosa que explica Carmen Aragón son las creencias que hay sobre procesar las frutas, ya que en ocasiones pueden llevar a la confusión y volverlas más dulces.

(Lea: ‘La doctora popó’ revela cuál es la fruta mágica para el estreñimiento: no es la papaya ni la pitaya).

“Procesar las frutas para obtener zumos o pastas dulces libera el azúcar y hace que pierdan en gran medida sus otras propiedades nutritivas. Cuando las frutas se procesan para endulzar, se convierten en azúcar, y dan la falsa sensación de estar tomando algo saludable cuando en realidad es igual que si la preparación se hubiera realizado con azúcar común”, manifestó.

Además, las frutas desecadas, al perder el agua, aumentan la concentración de azúcar, la cual aporta más cantidad de azúcar a la preparación.

“Está muy de moda eso de que no pongo azúcar a este bizcocho que he preparado en casa y le pongo pasta de dátiles. Al final es igual, estás poniendo azúcar, aunque le pones un poco más de fibra, pero estás liberando azúcar igual”, argumentó.

La endocrinóloga Carmen Varela recomendó que el consumo de azúcar fuera de forma paulatina para así evitar que en un futuro padezca de algunas enfermedades. “Reducir el azúcar añadido no significa renunciar al sabor, sino disfrutar del verdadero sabor de los alimentos. Para disminuir el consumo de azúcar añadido, una buena estrategia es disminuir de forma paulatina el azúcar que se añade a los alimentos (café o yogures) hasta conseguir prescindir de él”.

WENDYS PITRE ARIZA

REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL

EL TIEMPO