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Pablo Escobar: ¿por qué gustan tanto las series y películas de narcos?
De acuerdo con expertos, los guionistas han humanizado a los narcotraficantes.
Sentir que la ficción puede golpear la pantalla del televisor desde dentro, romperla en mil pedazos e invadir la realidad es escalofriante.
Quienes han visto si quiera un par de capítulos de cualquier narcotelenovela lo sintieron así y más aún con lo ocurrido este 1° de marzo, cuando Emma Coronel Aispuro, la esposa de quien hace tan solo unos años se consideraba como el narcotraficante más poderoso del mundo, Joaquín 'El Chapo' Guzmán, fue detenida en Estados Unidos acusada de colaborar con la red de narcotráfico del capo mexicano.
No deja de ser llamativo ver a estos personajes, inspiraciones creativas de series como 'El Señor de los Cielos', encontrar su final y caer en cuenta de que no se trata de la ficción.
“A la gente le gusta ver estas series porque siente que se está informando”, dijo Luis Zelkowicz, escritor de 'El Chema', al blog de 'Escritor Wannabe' en Youtube.
Un error muy común. Lamento decir que todo o casi todo en las narcotelenovelas es ficticio. Y aun así, antes de continuar con el segundo capítulo, casi todos hemos puesto pausa, tomado nuestro celular y googleado quién es cada personaje que aparece en la narcoserie del momento.
A diferencia de lo que se cree, Emma Coronel, por ejemplo, no es hija de quien llamaban 'El Señor de los Cielos' Amado Carrillo, líder del Cártel de Juárez y socio de Pablo Escobar en los años 90.
Ella es la heredera de Inés Coronel Barreras, señalado como uno de los primeros operadores de 'El Chapo' Guzmán y cumpliendo una pena de 10 años de cárcel desde el 2013, cuando cayó con armas y drogas junto a su hijo, el hermano menor de Emma. Gran final.
Emma Coronel, esposa de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, detenida esta semana en Estados Unidos, Foto:EFE
Pero más allá del problema sobre lo real y lo ficticio, es tremendo cómo las narcotelenovelas toman a personajes de una serie para colocarlos en otra. Por ejemplo, en el inicio de la primera temporada de 'El Señor de los Cielos' vemos a Andrés Parra como Pablo Escobar en tratos ilícitos con Aurelio Casillas y en algún momento de 'El Chema' también mencionan al capo colombiano.
Pablo, un clásico: si no aparece su cara, al menos se escucha su nombre en algún diálogo de la mayoría de narcotelenovelas.
'Telemundo' y 'Caracol Televisión', principalmente, lo han convertido en esa figura omnipresente que los críticos no soportan y que la ética de audiencias tiene prohibido para el horario de niños, por el contenido sexual, alcohol, drogas y corrupción que suelen rodear a estas historias.
Algunas personas no lo aprueban, pero el talento de los guionistas de narcotelenovelas es el molde sobre el que dibujan a sus personajes entre la maldad y la bondad. “Ni eres bueno bueno, ni eres malo malo. Y eso es lo que produce en las audiencias procesos de identificación, del ‘yo conozco alguien así’ o el ‘cuando alguien tiene plata es así’”, explica Pavel Solís, guionista, profesor de géneros y formatos de cine y televisión en la Pontificia Universidad Católica del Perú (Pu) y magister en Relaciones Internacionales.
“Los guionistas los han humanizado. Pero hay esa pérdida de qué es el mal y el bien. Escobar y 'El Chapo' Guzmán nos muestran la esencia humana donde existe la envidia, los celos, la ira, el engaño, la ambición, la pérdida por el poder, la corrupción. Corromperse por el poder es humano. Y el arte siempre nos muestra un contexto y nos ata a las épocas. Estas narcotelenovelas se presentan como un hecho demostrado, en realidad. A través de la ficción nos enseñan los países donde está arraigado el narcotráfico, colombianos y mexicanos, pero también muestran una realidad latinoamericana”, comenta Enrique Félix, profesor de la carrera de Comunicación Audiovisual y Medios Interactivos de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas.
'El Señor de los Cielos', 'El Patrón del Mal' y 'El Chema' son narcotelenovelas porque conectan con la audiencia al empujarla a sus propios demonios humanos con ayuda de las figuras antiheroicas.
Solo ten cuidado cuando des clic en uno de estos contenidos dentro de la plataforma, porque su cantidad de frames y revoluciones por minuto pueden adentrarte tanto en la historia que ya no querrás salir.
Por lo menos hasta que cierres Netflix y pongas el noticiero.