Una extraña y muy comentada decisión se presentó en los juzgados del condado de Cook, en Illinois, EE. UU., el pasado 10 de agosto, cuando el juez James Shapiro prohibió a Jessica Firlit ver a su hijo, de 11 años, porque no está vacunada contra el covid-19.
La audiencia se llevó a cabo vía zoom y el tema a tratar fue la distribución de los costos de manutención del niño entre Firlit y Matthew Duvien, su exesposo.
“Una de las primeras preguntas que me hizo fue si estaba vacunada”, dijo Rebbeca en conversación con el medio ‘Chicago Sun Times’. Ella respondió que aún no había iniciado su proceso de inmunización dado que su médico le había aconsejado que no se vacunara porque en el pasado había tenido reacciones adversas a este tipo de procesos.
El Juez Shapiro, al escuchar la respuesta, decidió prohibir la visita de la madre a su hijo hasta que se aplique la vacuna contra el coronavirus.
Se supo que el padre del niño sí está vacunado.
“Estaba confundida porque se suponía que se trataba de gastos y manutención de los hijos. Le pregunté qué tenía que ver con la audiencia y me dijo: 'Soy el juez y tomo las decisiones sobre su caso'”, mencionó Firlit.
Entretanto, Annete Fhernloz, abogada de Rebecca, notificó un recurso de apelación contra la decisión del juez Shapiro, quien se ha convertido en tendencia en el mundo de la jurisprudencia por ser una de las primeras decisiones de este estilo en los juzgados de familia.
Sin embargo, no es la primera vez que la inmunización contra covid se pone ‘en juego’ durante las sentencias judiciales.
Jueces de otros estados han implementado la aplicación de la vacuna para reducir u otorgar beneficios a condenados. Un ejemplo de esto fue la reducción que otorgó un juez en el Tribunal 190 del Distrito Judicial de East Baton Rouge. Él ofreció a algunos penados cambiar sus horas de servicio comunitario por ponerse el biológico.
‘The New York Times’ también conoció la historia del juez Christopher Wagner, del estado de Ohio, quien le ‘ordenó’ a un joven, acusado por porte de estupefacientes, vacunarse si quería seguir en libertad condicional.
De no hacerlo, el joven incumpliría los términos de su beneficio e iría a la cárcel por 18 meses.
A pesar de la diversidad de sanciones y beneficios que se están imponiendo en los juzgados en torno a la vacunación, Rebbeca Firlit siente que es un atropello contra sus derechos como madre y que, lastimosamente, le tocó a ella ser la primera envuelta en ese tipo de situaciones.
“Siento que esto resonará en la gente porque así es como irán las cosas si no hablamos. Dividiendo a las familias, separando a los niños de sus padres, tenemos que hablar para asegurarnos de que esto no sea algo nuevo. Desafortunadamente, tuve que ser la primera persona a la que le pasó esto, pero los padres no van a tolerar eso” , expresó.
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