Uno es lo que consume, dice el capitalismo. Y la televisión que se consume es un modo de entender cómo somos.
¿Qué vemos?
TV nacional. Manda La reina del flow, le sigue Desafío, Noticias Caracol, Pedro el escamoso, Enfermeras y Pa’ quererte. Esto nos dice que los colombianos para informarse van a Caracol; que somos conservadores y por eso nos gusta la nostalgia, el pasado, lo conocido, lo popular como La reina, Pedro y Desafío; que RCN en ficción compite, pero le toca muy duro porque subir del bajo rating y la bronca que le deja el noticiero es misión imposible; que Caracol con más de lo mismo gana, entonces, para qué innovar.
Netflix. El inocente (gringada de asesinato y amor), La familia Mitchell vs. las máquinas (animación de aventuras), Selena (música popular), Sospecha mortal (todo gringo es un policía en potencia), Chichipatos (chistecitos sobreactuados a la colombiche), Sexify (sexo y aplicaciones), Escobar el patrón del mal, La reina del flow, Operación Overland (gringos salvan al mundo) y Yo soy Betty la fea.
Esto nos demuestra que en Netflix vemos lo mismo que en los canales nuestros; de 10 programas 4 son colombianos, o sea, preferimos lo nuestro: estética del reconocimiento. Y en lo internacional somos provincianos y no nos atrevemos a ver otras cosas.
Lo que llaman los expertos series de calidad poco interesan y seguimos prisioneros del karma gringo de policías, sexo y aplicaciones.
Directv. El fútbol de la Uefa Champions League y de la Copa Libertadores figuran entre lo más elegido. Y en documentales, otra vez el deporte, con Diego Maradona y Tiger Woods.
Esto indica que la televisión tiene un matrimonio feliz, amoroso y sabroso con el fútbol y el deporte, que son como los únicos ‘en vivo’ que quedan con rating en televisión.
El fútbol ya es un ritual televisivo, ya ni público tiene, entonces se juega para la tele. Raro eso de que nuestro futbolito no compita en audiencia y preferimos el europeo, la Libertadores y el argentino.
Nuestro fútbol es malito en ritmo y emoción, se pierde mucho tiempo y se juega en cámara lenta, pero es nuestro sentimiento. Tal vez, no vemos Win + porque los locutores y la ‘velezmanía’ nos alejan de este ritual y esta fe.
Y en las series, otra vez más de lo mismo: placeres de la repetición con Game Of Thrones, This Is Us y El cuento de la criada, las tres muy buenas, pero ya vistas y sabidas, pura memoria audiovisual.
En películas otra repetición con Harry Potter. Conservadores totales: nos gusta lo mismo de siempre.
La libertad de expresión en Colombia. El 4 de mayo fue el día mundial de la libertad de expresión. Duele el odio contra los medios y periodistas de los ciudadanos. Tristeza total por los modos periodísticos con que narramos. Aterrador las censuras y ataques gubernamentales y tecnológicos. Y si la libertad de expresión está así, la democracia está en decadencia.
ÓMAR RINCÓN
Crítico de televisión
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