El fútbol es el espejo de cada cultura. Se dice que se juega como se vive. Y que el ambiente político y social impregna los modos de jugar.
En un país de un presidente de la nada, la selección juega a la nada. Selección y presidente invocan a Dios y poco dan cuenta de lo mal que juegan. Pero ¿y qué decimos de la calidad de nuestros periodistas futboleros?
Tenemos los insoportables, arrogantes, soberbios, fomentadores del odio, incendiarios del grito y que matonean a sus colegas en el estudio.
En este rublo está el autoritario y mala leche del Dr. Vélez (RCN-Win), y que tiene como discípulos a Samuel Vargas (Directv-Win) y su arrogante y descalificador estilo; a Luis Arturo Henao y su tonito machista y su no dejar hablar a nadie (ESPN), a Jorge Bermúdez (ESPN) y su bocota insolente y la gritería de Steven Arce (Caracol-ESPN).
Estos machos muy machistas deben subir el rating. De otra manera no se entiende cómo se los aguantan sus colegas que viven desesperados con ellos, ni los muchos televidentes que nos cambiamos de canal o apagamos el televisor cuando aparecen.
iración por las mujeres que se aguantan a estos machos, les toca soportar el matoneo, saber de fútbol y, además, lucir bonitas.
Felicitaciones por el aguante a Diana Rincón, Lichi Durán y Melissa Martínez, en ESPN; y a Sheila García y Vanessa Palacio, de Win.
Entre los comentaristas que han jugado fútbol que vale la pena escuchar, el mejor de lejos es Mao Molina: tranquilo, con concepto, respetuoso y propone criterio. Córdoba, a pesar de andar desesperado con Luis Arturo Henao, cuando lo deja hablar, lo hace bien. Valenciano cuando deja de meterse en discusiones inútiles, se le oye bien. Y bien Carlos Valdés, también. Y para los chistes tenemos al Tino Asprilla.
Estos machos muy machistas deben subir el 'rating'. De otra manera no se entiende cómo se los aguantan sus colegas que viven desesperados con ellos, ni los muchos televidentes
Ya buscando comentaristas que sepan, analicen y nos provean criterio tenemos a Nicolás Samper y Daniel Angulo (ESPN), Juan Felipe Cadavid (Caracol), Guillermo Arango (RCN-Win), Hernán Peláez y Martín de Francisco (La W). Con ellos se aprende y se divierte uno. Y lo mejor, hay respeto y gozadera.
Lo paradójico es que el formato de pelear y debatir porque sí y porque no está llevando a que los buenos no hablen, y todo se quede en la gritería de los insoportables y arrogantes. Lo terrible es que el modelo que triunfa es el de Vélez. Y los demás, a callar.
Más extraño que los periodistas trabajen en RCN, Win y ESPN o Directv y Win.
Raro que no compitan, sino que compartan los mismos jugadores. Esto es como jugar en Santa Fe y Millonarios al mismo tiempo. Más raro aún que un directivo como el ‘Patrón’ Bermúdez sea comentarista.
Lo más aberrante está en que el fútbol se volvió el modelo del periodismo político. Informamos las elecciones en el mismo estilo de narrar a la selección, con chismes, privilegiando el escándalo, poniendo a pelear, inventando conspiraciones. Y goool.
ÓMAR RINCÓN
Crítico de televisión
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