Emergencia | Decretan toque de queda en Tuluá, tras arremetida violenta con varios vehículos incinerados

En Tuluá volvió a rondar el miedo y la zozobra de la violencia. En esta ocasión, se presentaron actos de vandalismo con vehículos que explotaron en diferentes puntos del municipio, lo que llevó a la Alcaldía a decretar el toque de queda, que empezó a regir desde las 6 de la tarde del miércoles 4 de junio, y se extenderá hasta las 5 a. m. del jueves 5 del mismo mes.

(En contexto: El dosier de ‘Pipe’, jefe de ‘la Inmaculada’ que sembró el terror en Tuluá, trasladado de La Picota a Los Mártires)

Entre tanto, unidades policiales y militares se han desplazado hasta el municipio para reforzar la seguridad.

Cabe mencionar que solo estarán autorizados para circular aquellos que se encuentren dentro de las excepciones del Decreto 200.59.3.385 del 4 de junio de 2025, como personal de la salud, organismos de socorro, Fuerzas Armadas y trabajadores de servicios públicos esenciales.

Entre tanto, uniformados de la Policía Nacional y el Ejército se encuentran en el municipio del centro del Valle del Cauca, en labores especiales, con el firme propósito de dar con los responsables de los ataques y esclarecer estos hechos que han generado temor entre sus habitantes.

De manera preliminar, los hechos que alteraron el orden público se presentaron en el callejón Siete Vueltas del corregimiento de Agua Clara, al igual que en Bosques de Maracaibo y en el barrio Portales del Río, donde varios vehículos, incluidos taxis, fueron incendiados.

Desde la secretaría de Gobierno de Tuluá, adelantan la verificación del total de automotores vandalizados.

Según el secretario de Gobierno de Tuluá, Martín Hincapié, esta ola de violencia e intimidación se habría desatado en el preciso momento en que se conoció la noticia de la extradición de Felipe Martín Silva, alias Pipe Tuluá, máximo cabecilla del grupo delincuencial ‘La Inmaculada’, a los Estados Unidos. 

(Además: Golpe a disidencias en Buenaventura: capturan a tres de sus presuntos integrantes e incautaron material de guerra)

Alias Pipe Tuluá se encontraba en dicho establecimiento, pagando una condena de 30 años por crímenes cometidos en Tuluá. Su poderío criminal le había permitido operar desde dicha cárcel e interconectarse con otras, para presuntamente, ordenar actos relacionados con extorsiones, homicidios y amenazas, que incluso, hicieron que el mismo alcalde de dicha municipalidad despachara encerrado en una vivienda, y resguardado de un fuerte esquema de seguridad.

La Fiscalía documenta que entre 2011 y 2017, alias Pipe ordenó 46 homicidios, de los cuales sus sicarios ejecutaron 39. Los crímenes incluyen asesinatos de comerciantes, de su misma organización –calificados como 'soplones'–, un guardia del Inpec, y hasta un cerrajero que fue desmembrado y arrojado al río Tuluá. En uno de los lugares donde se halló un cuerpo, se identificaron perfiles genéticos de al menos seis víctimas más, aún no reconocidas.

Cabe recordar que alias Pipe fue capturado por primera vez en 2010 en Armenia (Quindío), y desde entonces no ha dejado de operar. Tras su traslado a Tuluá, se vinculó inicialmente a la estructura de Jhon Stevenz Idrobo, alias Jerry, y luego se convirtió en jefe del componente criminal bajo las órdenes de Óscar Darío Restrepo, alias Porrón. Cuando la Policía cercó a ‘Porrón’, Pipe asumió el mando total de ‘La Inmaculada’.