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Peligro en la vía Barranquilla-Ciénaga por 'peajes humanos': delincuentes cobraron hasta $20 mil a los conductores

Encapuchados bloquearon la carretera exigiendo dinero a los viajeros para dejarlos pasar.

Conductores denuncian extorsiones, temor por robos y demora de autoridades en responder.

Bloqueos ilegales:La línea entre la mendicidad y la intimidación era delgada, y muchos la cruzaban sin pudor. Foto: Archivo particular

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Roger Urieles

20.05.2025 06:57 Actualizado: 20.05.2025 07:22

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Este lunes, la vía que conecta a Barranquilla con Ciénaga, una de las más transitadas de la región Caribe, se convirtió en un escenario de extorsión a plena luz del día.

Decenas de vehículos quedaron atrapados en un trancón que se extendió por horas, no por un accidente ni por obras, sino por un grupo de jóvenes encapuchados que instalaron improvisados “peajes humanos”.

“Necesitamos un aporte para reemplazar un transformador que se dañó y nos tiene sin energía”, se escucha decir a uno de los encapuchados en un video grabado por un conductor afectado. El argumento era un supuesto daño eléctrico en una comunidad cercana, pero la manera de recaudar fondos distaba de cualquier acción legítima: exigían pagos fijos de 10 mil o 20 mil pesos, dependiendo del tamaño del vehículo y la cantidad de ocupantes.

Pasamos un buen tiempo atrapados y no veíamos ni una patrulla. Esto no puede seguir pasando

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No se trataba de una colaboración voluntaria, sino de un cobro obligatorio disfrazado de necesidad. Quien se negara, simplemente no pasaba. Los encapuchados se plantaban frente a los vehículos, bloqueaban el paso con troncos, llantas y cualquier objeto que tuvieran a mano, desafiando sin tapujos la legalidad.

Conductores afectados y con temor

“Es injusto que, adicional al pago del peaje, también tengamos que sacar dinero extra para que estas personas nos dejen pasar”, manifestó indignado un conductor que prefirió no dar su nombre. Como él, muchos terminaron cediendo ante la presión por temor a represalias o simplemente porque no tenían otra opción.

La escena, repetida en decenas de vehículos atrapados en el lugar, dejó a los viajeros con una mezcla de indignación e impotencia. “Nosotros sabemos que estos trancones son aprovechados también por algunas personas para cometer robos; estábamos muy preocupados, en mi caso, que viajaba sola con dos hijos pequeños”, relató una conductora visiblemente alterada.

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Mientras algunos jóvenes encapuchados exigían el pago para liberar el paso, otros recorrían carro por carro pidiendo “ayudas”. Según testigos, el ambiente se tornaba tenso cuando no recibían lo que pedían. La línea entre la mendicidad y la intimidación era delgada, y muchos la cruzaban sin pudor.

Demoras de las autoridades en atender la situación

Los afectados también criticaron fuertemente la tardanza de las autoridades en llegar al lugar. “Pasamos un buen tiempo atrapados y no veíamos ni una patrulla. Esto no puede seguir pasando”, dijo otro conductor atrapado en el embotellamiento.

No fue sino hasta después de un prolongado periodo de caos que patrullas de la Policía de Tránsito y Transporte de la Metropolitana hicieron presencia en el sitio. Restablecieron la movilidad y desactivaron el bloqueo, pero ya el daño estaba hecho.

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¿Dónde estaban las autoridades al inicio del bloqueo?

La jornada dejó un sabor amargo entre los s de la vía, quienes exigen mayor control y vigilancia para evitar que se repitan este tipo de hechos que atentan contra la seguridad vial y ciudadana.

Aunque la situación fue finalmente controlada, las preguntas siguen en el aire: ¿dónde estaban las autoridades al inicio del bloqueo? ¿Quién responde por los viajeros intimidados y extorsionados?

La carretera volvió a la normalidad, pero la experiencia dejó en evidencia una vez más la peligrosa modalidad que es recurrente en esta carretera y que pone en riesgo a todos los que transitan por ella.