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Video: ¿por qué cada vez que llueve se desatan las peleas de pandillas en Barranquilla?
En video quedaron registrados nuevos enfrentamientos con machetes y piedras entre varios jóvenes.
La tarde del lunes se presentaron varios enfrentamientos entre pandillas. Foto: Captura de video
Cuando las brisas frías recorren las calles barranquilleras, el cielo se encapota y el trueno revienta cerca del techo de las casas, es la alerta de los habitantes del sur de esta capital para buscar guaridas, unos, o piedras, otros.
Estas señales anuncian no solo la llegada del aguacero, con sus temibles arroyos, sino el momento de verdaderas batallas campales entre jóvenes pandilleros, que parece que salieran desde la misma tierra o llegaran del cielo con el agua.
Durante el tiempo de la lluvia, media hora o dos horas, se vive una guerra en la que vuelan piedras, palos y, en los casos más dramáticos, salen a relucir machetes, cuchillos y los temibles chopos y changones (armas de fuego caseras) y pistolas.
“Aquí ya no hay que tenerles miedo a los arroyos, sino a estos pelaos”, dice José Gregorio, quien trabajó en una tienda en el barrio Los Olivos, en el suroccidente, y cuenta que apenas caen las primeras gotas de agua, en el techo de zinc, de inmediato la orden del patrón es bajar las esteras y cerrar el negocio.
Esta es una problemática de no acabar en la ciudad. Foto:Captura de pantalla
“Al ratico se escuchan los gritos de los pelaos, mentándose la madre, diciendo vulgaridades, y luego la peñonera (piedras)”, dice el hombre, quien pidió traslado a un negocio del Centro de Barranquilla, buscando paz y tranquilidad, ya que fue víctima de atraco.
Cada vez que cae un aguacero en Barranquilla es casi que ceremonial que las pandillas salgan a enfrentarse en las calles. Por eso, algunas personas apenas sienten los primeros gritos en la calle se encierran y hay casas en que sus habitantes se ponen cascos de moto, ya que las piedras revientan techos y más de uno ha resultado con heridas en la cabeza sin tener que ver con estos tropeles.
Un muerto dejan estas peleas
Para la Policía, la pelea en medio de la lluvia es una vieja tradición de los barranquilleros, pero en los últimos años estos enfrentamientos pasaron de ser pelea a puños limpio a guerras en la calle, en la que además de garrotes, piedras, y machetes, ahora usan armas de fuego.
— John Edinson Valencia (@JohnValenciaPa) June 27, 2023
Este año ya cobró la vida de un joven, el pasado domingo en el barrio La Luz, al recibir un tiro. Y 24 horas más tarde de esta trágica noticia, ayer durante la lluvia en la Circunvalar frente al sector de Las Cayenas y en Los Rosales, en Barranquilla; y en Los Manantiales, en el municipio de Soledad.
Como si fuera poco, algunos de estos jóvenes, muchos menores de edad, aprovechan también la lluvia para salir atracar, como ha quedado evidenciado en varios videos y denuncias.
No solo atacan con palos y puñales a las personas, sino a los carros y camiones que crucen por algunos sectores del sur.
Hay más de 100 pandillas
El tema de las pandillas está bien estudiado. El Distrito tiene varios estudios sobre la caracterización de estos grupos. En la ciudad se estima que hay más de 100 pandillas –conformadas por unos 3.000 jóvenes, de entre 12 y 18 años–, algunas ya conectadas con bandas de microtraficos y de delincuencia común, lo que las hace más peligrosas.
Sin embargo, los mismos pandilleros dicen que esta desactualizado, porque cada día aparecen nuevos grupos con otros nombres. Solo en el barrio El Bosque, en el suroccidente, se estima hay unas 40 pandillas.
Instantes en que uno de los jóvenes lanza un artefacto contra la otra banda. Foto:Captura de video
“Parecen ‘gallitos de peleas’, muchos son pelados que salen del colegio y no tienen más nada que hacer. Entonces los ve usted en las esquinas desocupados”, dice Luis Ricardo Valencia, vecino del barrio La Manga, que cuando llueve lo primero que hace es llamar a la casa para que encierren a los niños en el cuarto trasero.
“Ya me han roto tres tejas con la tiradera de piedra”, agrega el hombre, quien lamenta que la vida que llevan algunos de esos jóvenes del barrio, a los que recuerda haber cargado cuando eran niños y ahora les teme hasta para saludarlos.
Buscan llamar la atención
Los enfrentamientos en la lluvia entre pandillas ya se volvieron un verdadero dolor de cabeza para la Alcaldía y la Policía, ya que no es fácil controlar este caos, debido a que los arroyos hacen difícil mover uniformados a estos sectores marginales de la ciudad.
Esta situación es la que aprovechan estos grupos juveniles para citarse a través de las redes sociales a pelear en determinados lugares, como parques o esquinas que hacen parte de los territorios en disputa. Estas peleas son grabadas y luego subidas a YouTube o Facebook, lo que les da visibilidad algunos jóvenes, que ven allí la forma de mostrarse y salir del anonimato.
En este video, que se ha vuelto viral en redes sociales, se muestra el momento en que varios jóvenes que se enfrentaban bajo la lluvia, comienzan a robar a los vecinos del sector. pic.twitter.com/GVcdPobfcW
Para el sociólogo y profesor de la Universidad del Norte, Jair Vega, estos jóvenes lo que están es tratando de llamar la atención para que los incluyan en programas de atención social en los que se sientan verdaderamente útiles.
Estas políticas públicas deben estar orientadas hacia la juventud, pues esta sería la forma de garantizar que a través de instituciones que les permitan inclusión social
“Estas políticas públicas deben estar orientadas hacia la juventud, pues esta sería la forma de garantizar que a través de instituciones que les permitan inclusión social, la sociedad no los deje en esos márgenes en los cuales no tienen ningún referente que les dé sentido a su vida y tengan que construirlos a partir de los enfrentamientos o la violencia”, dice Vega.
Tomás –como confesó un joven de pertenecer a una pandilla del barrio Los Olivos–, dice que la mayoría de sus compañeros son vagos, no hacen nada y la mejor forma de usar el tiempo es pelear con las bandas o grupos de otras cuadras o barrios.
“La cosa es darse duro con los de la otra cuadra que no tienen nada que venir a buscar por acá”, cuenta el joven, cuya edad no alcanza los 15 años, pero ya toma cerveza, aguardiente y ha probado marihuana.
Otro que no se idéntica le contó al corresponsal de EL TIEMPO que él nació en un hogar donde sus padres robaban y consumían drogas, y muchas veces estuvieron presos.
“Vea yo sé lo que es una Navidad con tus viejos en la cárcel y estar solo en la casa”, comenta. No volvió al colegio, porque asegura que una pandilla se la montó y entonces se armó con un grupo de la cuadra. “Ellos son como mis hermanos, aquí tengo lo que necesito por el momento”, agrega.
Hay sectores en Barranquilla ya identificados por peleas bajo la lluvia, como los alrededores de la cárcel de El Bosque, Los Olivos, La Luz, Las Nieves, Carrizal, La Pradera, Las Malvinas, Las Américas, Santo Domingo, Santa María, Bella Arena, Rebolo, Chinita y barrios vecinos. No se escapa la avenida Circunvalar, al igual que en la calle 17. Aquí es común que las pandillas provoquen trancones, arrojando troncos a la vía, para atracar a los carros.
Los planes para frenar las pandillas
Desde la Policía, la Alcaldía y la Secretaria del Interior de la Gobernación del Atlántico, se trabaja con grupos convenciendo a jóvenes pandilleros de abandonar las calles y ayuda a capacitarlos. Gracias a este trabajo ha logrado que varios grupos firmen la paz.
A través de estos programas se han involucrado a los jóvenes en actividades deportivas y capacitaciones. El Distrito organizó un torneo de fútbol callejero con unos de 200 jóvenes de barrios populares donde hay problemas de convivencia. Los mejores fueron llevados a Brasil a un torneo, en el que quedaron campeones. Hoy algunos dejaron sus pandillas y se vincularon a empresas de la ciudad.
Lo cierto es que las autoridades tienen una carrera contra el tiempo para poner en marcha todos estos programas y conseguir acuerdos de paz y tolerancia entre estos jóvenes.
Estamos en una temporada de lluvias y con ellas peleas interminables que siguen sembrando el terror en las calles de los barrios del sur de Barranquilla. Por eso, el primer relámpago es la señal de esconderse o armarse con piedras.
LEONARDO HERRERA DELGANS
Corresponsal de EL TIEMPO Barranquilla
En Twitter @Leoher69
Si tienes una historia que quieres que cuente, escríbeme a [email protected]