La exploración espacial comenzó en 1957 cuando la Unión Soviética decidió lanzar el Sputnik 1, el primer satélite artificial que orbitaría la Tierra entre 214 y 938 kilómetros.
Hoy, 67 años después de esa primera misión espacial, un equipo francés ha descubierto un océano subterráneo en la luna Mimas de Saturno.
Según la investigación, la luna Mimas albergaría bajo una superficie de hielo de entre 20 y 30 kilómetros agua líquida y este pequeño océano se habría formado desde hace 25 millones de años.
En el artículo de la revista 'Nature', el astrónomo Valery Lainey señaló que este es "el lugar más improbable del sistema solar para buscar agua líquida", pues es un lugar "viejo e inactivo con una enorme cantidad de cráteres".
Lo anterior convertiría a la luna Mimas en el cuarto satélite que se encuentra en la órbita de saturno y que tiene en su interior un océano, sumándose a Encélado, Dione y Titán.
¿Cómo se dio la investigación para determinar que Mimas tenía agua?
La investigación inició en 1997 cuando la Nasa lanzó la nave espacial Cassini, y esta estuvo explorando Saturno y sus lunas hasta el 2017 cuando logró traspasar la la atmósfera del planeta a 113.000 kilómetros por hora para autodestruirse.
Los datos que recopiló la aeronave fueron estudiados por los científicos desde entonces y cada vez hay más pruebas de que algunas de las lunas de Saturno pueden albergar agua.
Sin embargo, Mimas era uno de los satélites con menos probabilidades de tener agua, pues en comparación con otras lunas, esta tenía una superficie craterizada distinta a las otras, por lo que no había sido explorada a profundidad.
Por su parte Encélado, es una luna en la que se detectó fósforo y otros elementos químicos que demostraban que sí podía albergar vida; mientras que la luna Europa fue considerada prometedora para albergar vida fuera de la tierra.
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