La dimensión de un estadista

En EE. UU. Petro hizo una presentación magistral de la situación del hemisferio occidental.

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Cuando se hizo público el anuncio según el cual el nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro Urrego, en su primer desplazamiento al exterior, visitaría a su colega norteamericano, Joe Biden, varios analistas colombianos, en especial de la franja más reaccionaria de oposición política (o uribistas), consideraron ese hecho un tanto precipitado que dejaba a Colombia en un penoso “fuera de lugar” en el concierto de las naciones democráticas e independientes.
Si bien las circunstancias de la visita —por lo demás novedosas—, pues la tradición ha sido contraria, es decir, de subordinación, en la que EE. UU: ordena y Colombia viaja con apremio a la jurisdicción del imperio a cumplir, esta vez esos críticos fueron sorprendidos. Además, contaban con la anuencia obsecuente del Poder Legislativo criollo frente a la expectativa de negarse.
Una 'repugnancia' inspirada también en ese narcotizado clima de tensiones entre los dos países, acicateado desde las respectivas istraciones de Richard Nixon y más adelante con el gobierno de Donald Trump, encabezadas por sus correspondientes jefes de Estado, sumados —en este período— a la condición ideológica del primer magistrado colombiano, un excombatiente de izquierda fundador del Movimiento armado 19 de Abril (M-19) que luego dejaría las armas para ser concejal de provincia, alcalde de la capital colombiana, representante a la Cámara, Senador y Presidente de la República.
Desde luego, según la sustentación argumental de la mayoría de críticos, el propósito de la visita de Petro al presidente Biden en los EE. UU. no estaba guiada por el sano interés de rectificación ni de restablecer un ánimo de cooperación bilateral, sino por algunos motivos no acordes con las lógicas de la política internacional de conformidad con los pactos y acuerdos diplomáticos multilaterales, suscritos en tales escenarios por las dos naciones en aras de abrirles, como ya se dijo, caminos al entendimiento democrático para avanzar en propósitos humanistas y de transformación esencial como los que en su época produjo sus principales objetivos: la creación de la Alianza para el Progreso; cuyo texto oficial establece como objetivo general: “Mejorar la vida de todos los habitantes del continente” y que tuvo precario desarrollo. Además, tenía los objetivos específicos: un incremento anual de 2,5 por ciento en el ingreso del capital.
Los cabecillas contrarios al gobierno del cambio no tuvieron empacho en convertirse en franco aunque inútil obstáculo al aplaudido encuentro presidencial reciente, del cual el mejor librado fue nuestro líder colombiano, tanto por sus brillantes y agudas exposiciones frente a auditorios de científicos, expertos y académicos que, luego, frente a los medios de comunicación destacaron su conocimiento sobre los problemas que comporta para la humanidad el cambio climático, la guerra nuclear, una eventual confrontación militar entre potencias económicas, tanto como la falta de solidaridad socioeconómica y educativa para el avance y el mejoramiento cultural de sus pueblos, así como la deslegitimación política y electoral de ambos países.
El presidente Petro hizo una presentación magistral de la situación del hemisferio occidental, “al sur del río Grande” pidió su unidad hemisférica y relacionó contextos regionales por cuya delicada y sensible situación se hace indispensable en Colombia poner en marcha reformas sociales revolucionarias (desde una perspectiva democrática) Veamos: “El intenso y estimulante discurso de Gustavo Petro en la ONU”, de modo que el viaje presidencial por primera vez fue un gran logro no solo en términos de iración por su figura y su disertación, sino en apoyos económicos a sus reformas sociales y, principalmente, a la ‘paz total’ en Colombia.
El gobierno Biden a partir de ahora y merced a la gestión humanitaria del presidente Petro buscará incentivar el flujo migratorio ordenado para los colombianos, como mayores beneficiados, y para su proceso político en América Latina, así como su mensaje al mundo por la equidad y el fortalecimiento de las democracias hemisféricas.
ALPHER ROJAS CARVAJAL

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