Explore la Península de Osa, el tesoro natural de Costa Rica: estos son algunos planes para descubrir esta zona del país centroamericano

La desembocadura de un río amarillo en el océano Pacífico crea un juego de aguas y colores que se observan desde las alturas mientras un avión Grand Caravan –conocido como ‘el trochero de los aires’– atraviesa las costas de Costa Rica, en América Central.

La aeronave, con capacidad para 10 pasajeros aproximadamente, despegó desde San José –la capital– y golpea con sus hélices los vientos propios de una zona costera. Sin importar la adrenalina que un avión de este tamaño impregna, los paisajes de la península de Osa, en el sureste de este país, reconfortan hasta al pasajero más asustadizo. A medida que el trayecto avanza, el paisaje es más verde y en el horizonte se observa una pequeña pista de aterrizaje construida en la mitad de la selva. ‘El trochero de los aires’ desciende luego de un viaje de 40 minutos. Al lado de la pista, pequeñas casas, un cementerio y un grupo de turistas esperando para regresar a San José.

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“¡Bienvenidos a Puerto Jiménez!”, grita un joven mientras los pasajeros descienden de la aeronave. Se trata de una pequeña ciudad ubicada en la entrada del golfo Dulce, siendo el puerto marítimo más meridional y distante de Costa Rica.

Los habitantes de este lugar –situado a más de seis horas en carro desde San José– apuestan por el turismo comunitario para dar a conocer su territorio y encontrar una economía alterna, distinta a la pesca, la fabricación de aceite de palma, chocolate y ganadería.

La península de Osa alberga todo tipo de especies animales y de plantas, a tal punto que, según la Fundación Biosur (organización no gubernamental que trabaja en pro de la conservación), se estima que el 2,5 por ciento de la biodiversidad mundial se encuentra en esta región de Costa Rica.

Ya sea para decir hola, gracias o simplemente expresar que todo está bien, los ticos siempre mencionan: ‘Pura vida’. Es una frase contagiosa y que resume acertadamente el ecosistema natural que converge en Costa Rica, especialmente en la península de Osa.

En Puerto Jiménez, lugar de aproximadamente 10.000 habitantes, la temperatura promedio es de 25-30 grados centígrados. Es común ver en cualquier rincón guacamayas, osos perezosos, micos, entre otras especies de animales.

Este recorrido se inicia en Rancho Raíces, una finca orgánica y de permacultura, es decir que desarrolló un estilo de vida alrededor del medioambiente sin afectarlo. La familia Quiroz Espinoza cultiva desde hace 50 años diferentes tipos de plantas, entre estas el cacao, y desarrolló, a partir de este árbol, tours del chocolate. 

Es una caminata pedagógica, liderada por Glenda Quiroz Espinoza, hija de Germán Quiroz Vivas, quien construyó esta finca. En el recorrido, Glenda explica la historia familiar y revela las distintas plantas que allí se cultivan. “Tenemos animales silvestres que han llegado porque hemos cuidado del ecosistema”, dice Glenda, mientras monos ardilla bajan desde las copas de los árboles.

Hay piñas y cocos alrededor, que son abiertos para refrescar a los visitantes durante el recorrido. La charla pedagógica termina con Espinoza explicando cómo se fabrica chocolate de manera artesanal: selecciona el cacao, lo tritura con una piedra y lo muele.

“En Costa Rica tenemos mucho turismo. Por año nos visitan alrededor de 4 millones de turistas, entonces es algo rentable. Pero nos gusta el turismo, además, porque aprecia la cultura. Entonces nos gusta enseñar lo que es ser tico, lo que es ser un finquero”, señala Glenda.

Muy cerca de Rancho Raíces se ubica La Perica, una palabra que antiguamente se usaba para referirse a los osos perezosos.

El nombre de la finca no es en vano. Es un espacio surgido en 1983 de la mano de Nay Kiros Pores y Antonio Valverde Bermúdez, hoy abuelos de Dennis Atencio Valverde, encargado de los servicios turísticos. La abuela Nay sufre de una enfermedad que le dificulta caminar, y en 2019 la familia decidió abrir un sendero en la finca para facilitar su movilidad. Durante ese trabajo se dieron cuenta de que estaban rodeados de osos perezosos de dos y tres dedos.

Motivados por la biodiversidad que los rodea, esta familia creó recorridos para avistar osos perezosos. Hay que armarse de paciencia, agudizar los sentidos y apoyarse con telescopios terrestres para observarlos. Al finalizar, la familia –compuesta por 10 personas– ofrece a los visitantes empanadas de queso típicas de la región, hechas por la abuela Nay.

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“La idea surge como un tipo de complemento a la agricultura, ya que uno ve que el turismo –según las épocas– favorece mucho a la economía”, señala Dennis. La comunidad de Puerto Jiménez reconoce que el sector turístico en la región apenas está comenzando y requiere infraestructura para consolidarse. A Rancho Raíces y La Perica han llegado turistas de Europa, América y Latinoamérica.

La noche cae en Puerto Jiménez. Es junio y es invierno (se extiende hasta octubre), así que la lluvia es protagonista. Linterna en mano y con los sentidos afinados, un grupo de visitantes se prepara para realizar un recorrido nocturno por Botánika Osa Península Curio Collection by Hilton, hotel que abrió sus puertas en mayo de 2022, situado a orillas de la pista de aterrizaje, justo donde se inició esta crónica.

En medio de laberintos naturales, las linternas captan ranas verdes de ojos rojos, basiliscos (también conocidos como lagarto Jesucristo), arañas y cangrejos, una variedad de especies que habitan en los alrededores de la infraestructura hotelera.

Steven Rojas, director de mercadeo de Botánika, explica que el hotel nació con el objetivo de apoyar a las comunidades locales, no solo a través de la generación de empleo directo, sino también mediante cadenas de valor que permitan conectar a los huéspedes con emprendimientos turísticos locales.

“El proyecto surgió hace varios años y la idea no es solo beneficiar a los dueños, sino que también se busca apoyar al pueblo a través de alianzas estratégicas, y beneficiar emprendimientos de familias”, indica Rojas.

Las opciones gastronómicas en Puerto Jiménez son amplias y muy parecidas a las colombianas. El plato típico de la región y de Costa Rica es el casado, compuesto de arroz, frijoles, plátano maduro y picadillo. La cocción y la preparación dependerán de la familia o el restaurante que lo prepare, por lo que una de las sugerencias de Botánika Osa Península Curio Collection by Hilton es visitar el rancho Piro, situado en las profundidades del bosque lluvioso de la península de Osa, en dirección hacia el pueblito Carate, que colinda con el Parque Nacional Corcovado.

El Rancho Piro surgió como una finca campesina dedicada a la crianza de cerdos y a la fabricación artesanal de aceite de coco. Al igual que Rancho Raíces y La Perica, Piro le apuesta al turismo comunitario y la familia Sánchez ofrece almuerzos típicos.

Seidy Sánchez, una de las integrantes de la familia, explica el plato que ofreció en esta visita: “Cocinamos un casado, compuesto por arroz blanco, frijoles, cocinados a la leña. Acompañados de fajitas de pollo, ensaladas y patacones. De entrada ofrecimos un ceviche de chayote (es una fruta)”.

Ahora, si el deseo es probar platos a la carta, el hotel ofrece propuestas de la región, que van desde mariscos hasta distintos cortes de carne. Entre tanto, sobre la características de Botánika, Steven Rojas comenta: “El hotel cuenta con 118 habitaciones, divididas en tres edificios. Tenemos tres tipos de habitación: la estándar, que viene con cama king o dos camas queen. Luego tenemos las habitaciones tipo suite, que están equipadas con cocina, una sala y un balcón. Y la tercera categoría es la Garden Villa, una suite también de dos habitaciones”.

El tiempo en la península de Osa se termina, pero aún guardaba una sorpresa. Muy cerca de Puerto Jiménez se ubica otro pueblo llamado Golfito, al que se puede llegar en carro, avión o barco. “Muy atentos porque antes de llegar a recogerlos logré ver delfines”, anunció el capitán de un yate en el puerto de Botánika antes de hacer un viaje por las aguas del mar Pacífico, en cercanías de Golfito.

Y así fue. Sorpresivamente un grupo de delfines rodeó la embarcación. Se ajustaron a la velocidad del yate y nadaron junto a la proa, experiencia que demuestra porqué los ticos dicen ‘pura vida’. 

- De acuerdo con la embajada de Costa Rica en Colombia, este país permite a ciudadanos colombianos viajar sin necesidad de tramitar visa consular siempre que en sus pasaportes tengan visa vigente de Estados Unidos (exclusivamente visa de turismo o negocios, es decir B1/B2) o tripulante de múltiples ingresos. También si cuenta con visa múltiple a Canadá.

- La moneda oficial en Costa Rica es el colón, pero también se reciben dólares.

Descubra más información sobre los lugares acá expuestos en @ranchoraices, @la_perica_sloth_garden y @botanika_resort.

- Los vuelos desde San José (capital de Costa Rica) a Puerto Jiménez despegan desde el aeropuerto internacional de Costa Rica Juan Santamaría.

CAMILO PEÑA CASTAÑEDA - ENVIADO ESPECIAL DE VIAJAR