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¿Qué significa la palabra cónclave, cuál es su origen y quién lo implementó en la Iglesia Católica?

La palabra viene del latín cum clave, pero también se ha usado fuera de la religión.

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Pamela Andrea Avendaño Parra

PERIODISTA07.05.2025 10:08 Actualizado: 07.05.2025 10:27

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Este miércoles 7 de mayo se dio inicio al cónclave, en la Capilla Sixtina, en el cual se elegirá al próximo papa de la iglesia católica, pero ¿qué significa este palabra? ¿cuál es su origen?

La RAE asegura que la palabra 'cónclave' tiene dos significados, la primera que hace referencia a la “reunión de cardenales de la Iglesia católica, celebrada con la finalidad de elegir papa, y a la que no se permite el a persona ajena a ella”, que hace referencia a lo que está ocurriendo en la Capilla Sixtina.

Como segundo significado, es definido como una “reunión secreta y reservada”. En este sentido, puede utilizarse también fuera del ámbito religioso, para hacer referencia a encuentros que se realizan bajo estricta confidencialidad.

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133 cardenales que elegirán al nuevo Papa están encerrados desde mañana en la Capilla Sixtin — 133 cardenales que elegirán al nuevo papa en la capilla Sixtina Foto:EFE

Esta definición refleja el uso más común del término en la actualidad, asociado al proceso que se lleva a cabo en la Capilla Sixtina cuando el papado queda vacante.

La palabra 'cónclave' viene del latín cum clave, que significa 'bajo llave'. Este sistema fue establecido oficialmente en el siglo XIII por el Papa Gregorio X con el objetivo de asegurar la autonomía y el aislamiento necesarios para tomar una decisión trascendental para la Iglesia.

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Cardenales en la Capilla Sixtina Foto:EFE

¿Quién fue el papa que implementó el cónclave en la Iglesia Católica?

El papa Gregorio X implementó el sistema del cónclave en el año 1274 durante el Segundo Concilio de Lyon, como una medida urgente para reformar el proceso de elección papal.

Su decisión se basó en la experiencia personal que vivió al ser elegido papa tras un interregno particularmente largo y caótico: la sede vacante posterior a la muerte de Clemente IV duró casi tres años (1268–1271), debido a las disputas internas entre los cardenales y las presiones de potencias externas. Esta situación generó una fuerte crisis dentro de la Iglesia y desprestigió el proceso electivo.

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Consciente de estos problemas, Gregorio X promulgó la constitución apostólica Ubi Periculum, en la que estableció las bases del cónclave. Según esta norma, los cardenales electores debían ser encerrados en un lugar cerrado y seguro, sin o con el exterior, hasta que alcanzaran un consenso sobre el nuevo papa.

Además, Gregorio X impuso restricciones progresivas a los lujos y alimentos de los cardenales a medida que se prolongara la elección, como una forma de presión para alcanzar un acuerdo más rápido.

También prohibió cualquier tipo de injerencia externa, como la intervención de reyes o nobles, buscando garantizar que la elección fuera puramente espiritual y no política.