
El proyecto de explotación petrolera en Alaska que Trump dejaría listo
Este fenómeno es más palpable en todo lo que tiene que ver con el medioambiente y el cambio climático. Por eso la decisión que tomó la istración Trump respecto al Ártico, en voz de su secretario del Interior, David Bernhardt, espantó a millones de personas en cientos de países.
¿De qué se trata? Sencillo: aprobaron un plan para hacer exploraciones y, más tarde, explotaciones petroleras en la que es catalogada como la zona protegida más grande de Estados Unidos, el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico (Anwr, por sus siglas en inglés), ubicado en Alaska.
Alaska cuenta con una gran reserva de petróleo, más de 2.000 millones de barriles, según la istración de Información de Energía de ese país (EIA, por sus siglas en inglés). Y, aunque su producción ha venido en una constante tendencia a la baja en los últimos años, distintas organizaciones gubernamentales y privadas suponen que tiene un gran potencial.
De hecho, en el Anwr se calcula que podría haber cerca de 10,4 mil millones de barriles de petróleo crudo, de acuerdo con cifras del Servicio Geológico de EE. UU.
“Esta parte del mundo ha acumulado carbono orgánico durante millones de años, lo que la convierte en una zona de alto interés para las exploraciones geológicas”, dijo Mirna Pérez, ingeniera geóloga de la Universidad Nacional.
(Interactúe con el modelo 3D, que simula cómo sería una posible explotación petrolera en esta región. Si tiene dudas de cómo usarlo, puede ver antes un breve tutorial).
“El permafrost es una capa que permanece congelada. Lo podemos encontrar en latitudes elevadas, como el Ártico y algunas áreas montañosas en las que el clima es muy frío. A su vez, tiene dos niveles, uno superficial, que se conoce como mollisol, y otra más profundo, denominado pergelisol”, dijo la experta Pérez.
Además, explicó que durante el proceso de exploración tendrán que avanzar en el estudio del terreno con métodos geofísicos para determinar cómo es la estructura del subsuelo antes de perforar. Esta información permitiría hacer un bosquejo para determinar cuáles son los comportamientos de las capas de permafrost, desde un punto de vista geológico-económico.
Según ella, la estructura del taladro que se puede usar para estas operaciones debe ser básicamente la misma.“Lo que va cambiando, conforme avance la exploración, es la parte inferior, en los dientes de las brocas”, dijo.
Pérez añadió que para perforar formaciones geológicas duras se usan brocas tipo cono, pero, si avanzando en la perforación el material geológico se torna más blando, se usan brocas de cuerpo fijo”.
"Si Trump realmente se preocupara por la creación de empleos, invertiría en la creciente economía de energía renovable y comenzaría una transición justa lejos del petróleo y el gas"
“Un aspecto importante es que el programa tendrá impactos transfronterizos en recursos como el caribú, los osos polares y las aves migratorias, afectando particularmente a las comunidades nativas en Canadá y Alaska”, reza el Registro de Decisión en el que se justifica la medida.
Sin embargo, en el documento también se menciona, una y otra vez, que el desarrollo económico de las comunidades nativas de Alaska ha estado ligado a la industria petrolera y que permitir estas nuevas incursiones mejorará su calidad de vida.
Aun así, las organizaciones ambientalistas y los habitantes de la zona tienen una larga lista de reparos a los argumentos del Departamento del Interior. Para empezar, han cuestionado con fuerza el hecho de que esta sea una decisión tomada para ayudar a los nativos de Alaska.
“Si Trump realmente se preocupara por la creación de empleos, invertiría en la creciente economía de energía renovable y comenzaría una transición justa lejos del petróleo y el gas. En realidad, solo le interesa dar dádivas a los multimillonarios”, señaló Ryan Schleeter, especialista senior en comunicaciones de Greenpeace Estados Unidos.
“Excavar y quemar petróleo del Ártico nos haría superar los 1,5 grados celsius de calentamiento y causaría graves alteraciones en los ecosistemas de Alaska”, advirtió, haciendo referencia al límite del aumento de temperatura global señalado en el Acuerdo de París de 2015.
Uno de los objetivos de las medidas pactadas en ese Acuerdo es que, para 2030, la temperatura del mundo no haya aumentado más de 1,5 grados celsius.
No obstante, el pasado 4 de noviembre Estados Unidos dejó el Acuerdo, que había firmado junto a potencias de la Unión Europea. Esa acción es coherente con el manejo que le está dando al Ártico, pero, para muchos, no es racional en este momento de la historia.
Según un informe de Greenpeace, el Ártico es un actor central en el equilibrio del medioambiente en todo el planeta. Basta que haga más Sol que de costumbre para que el resto del mundo resienta un cambio, com una mariposa que aletea y que provoca una tormenta (el 'efecto mariposa'): gases como el metano, que ha estado acumulándose bajo las capas de permafrost por cientos de años, podrían liberarse en la atmósfera y acelerar el ya desbocado proceso de calentamiento global.
“Las pruebas sísmicas ya se han identificado como una amenaza para las guaridas de los osos polares”
La temperatura en el Mediterráneo y en Asia Oriental ha aumentado a la par que lo hace la del Ártico. Aunque Greenpeace señala que hay muchos factores que intervienen en esos aumentos de temperatura, también explica que los veranos árticos generan “patrones atmosféricos específicos” relacionados con estos cambios.
Asimismo, citan otros fenómenos climáticos que podrían estar vinculados con la afectación en el Ártico. Entre otros se mencionan inviernos más intensos en Norteamérica, Europa y Asia Oriental, la aparición de tormentas (sí, tormentas) más grandes, la subida del nivel del mar, el aumento de las lluvias en algunas regiones, como Europa y Asia Central, y de sequías en otras, como Norteamérica y Asia Oriental.
“Es un refugio de vida silvestre, hogar de innumerables especies raras y en riesgo. Las perforaciones de petróleo y gas amenazarían al caribú, que es fundamental para la cultura y el sustento de las comunidades nativas de Alaska”, dijo Ryan Schleeter.
La zona costera del Refugio es el lugar en el que los caribúes dan a luz a sus crías, por lo que cualquier perturbación podría generar afectaciones profundas en la especie y en la comunidad kutchin, que calcula los tiempos de sus cosechas con la migración de los caribúes en la primavera.
Según la página web del Comité Directivo kutchin, la llanura costera del refugio es conocida por los nativos como “el lugar sagrado donde la vida comienza”. Y si los caribúes tardan en llegar, se produce un ambiente de ansiedad generalizado, que no es comparado con lo que pasaría si se diera un proceso de explotación petrolera en la región.
Pero además Schleeter insiste en que las consecuencias afectarían a muchas otras especies, no solo a partir de la extracción del petróleo, sino desde las fases exploratorias.
“Las pruebas sísmicas ya se han identificado como una amenaza para las guaridas de los osos polares”, dijo.
Lo que podría salir mal
Es lamentable que no falten los ejemplos de accidentes petroleros. Hace poco se presentó uno en la isla Mauricio, en el sureste de África. Como resultado, se vertieron más de 1.000 toneladas de combustible en el mar.
También vienen a la mente otros ejemplos, como el del Golfo de México, que dejó un saldo de 4,9 millones de barriles de crudo en el mar y que hace poco cumplió una década.
Y, aunque pasó hace más de 30 años, no es menos importante el accidente del Exon Valdez, que tuvo lugar en Alaska en 1989 y que dejó una mancha negra de 37.000 toneladas de crudo que duró décadas en el mar, según The International Tanker Owners Pollution Federation (Itopf).
¿No es tan buen negocio?
Su explotación podría tardar, al menos, unos 11 años, debido al “tiempo que necesitan las empresas de energía para adquirir arrendamientos, perforar pozos exploratorios y construir la infraestructura de producción necesaria”, ha advertido la EIA. Esto sumado a que algunos de los mayores bancos de Estados Unidos (Morgan Stanley, Goldman Sachs, Wells Fargo y Chase ) se han negado a prestar dinero a este tipo de proyectos.
Esto no ha impedido que el Gobierno estadounidense siga adelante con sus intenciones de abrirles las puertas de una de las reservas árticas más importantes a las empresas petroleras, algunas de las cuales ya empezaron a pedir permisos para realizar pruebas sísmicas antes de que termine el 2020.
Eso sí, también tocará ver qué pasa con el cambio de istración, tras el triunfo de Joe Biden en las elecciones presidenciales: el mandatario electo se posesionará en enero del 2021.
Reportaje: Sebastián Ramírez
Diseño: Elquin Leguizamon
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