La empresa que rescata y reubica abejas por su ‘importancia para la biodiversidad’

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Sin embargo, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) las poblaciones de abejas han disminuido en todo el mundo en las últimas décadas debido a la pérdida de hábitat, las prácticas agrícolas intensivas, los cambios en los patrones climáticos y el uso excesivo de productos agroquímicos como los pesticidas. También se cree que la contaminación del aire afecta a las abejas. Las investigaciones preliminares muestran que los contaminantes del aire interactúan con las moléculas de olor que liberan las plantas y que las abejas necesitan para localizar su alimento.

Ante esa realidad, son muchas las acciones que se realizan desde distintos escenarios con el objetivo de proteger a esta especie. En Colombia, un grupo de cuatro personas lideradas por Ilan Lechter, trabajan en el Valle del Cauca rescatando y protegiendo a estos pequeños animales tan importantes para la humanidad. Lechter, quien es ingeniero y por muchos años trabajó en marketing, fundó Apicultores y Rescatistas y ahora dedica sus días a salvaguardar abejas que están “en lugares incómodos, sobre todo para empresas”. Tras rescatarlas, las lleva a apiarios ubicados en Potrerito, zona rural del municipio de Jamundí (Valle del Cauca), donde son libres de irse o quedarse según ellas lo decidan.

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En entrevista con EL TIEMPO, Lechter explica la relevancia de estos animales, pero enfatiza en el riesgo, cada vez mayor, que corren. Dice que es importante que el gobierno regule Ley 2193 que se creó para proteger a estos animales, para que así iniciativas como la suya, que es privada y que subsiste en gran medida gracias al apoyo de empresas que requieren de servicio de relocalización de abejas, puedan ampliarse y tener mayores capacidades.

Las abejas son fundamentales para la sostenibilidad de la cadena alimentaria del planeta, ya que polinizan la mayoría de los alimentos que nosotros consumimos. Alrededor del 70 % de todos los cultivos son polinizados por abejas y de los alimentos que nosotros consumimos está calculado que alrededor del 90 % de ellos están impactados por el trabajo de esa polinización de las abejas. Entonces, hay teorías que dicen que sin abejas, polinizando esa cantidad de plantas y alimentos, no habría una sostenibilidad en esa cadena alimentaria.

Hay mucha gente que dice que las abejas son una especie en vía de extinción. Yo no me uno a esa definición, sino yo más bien me uno a aquella donde las abejas están amenazadas por desconocimiento, sobre todo de los seres humanos, en la utilización de insecticidas. Las abejas están en riesgo de morir, no de extinguirse, porque hay muchas, pero sí de estar falleciendo permanentemente por el uso indiscriminado de los insecticidas, ya sea a nivel industrializado en cultivos, o en las viviendas donde la gente usa insecticida para matar cualquier insecto sin considerar si es importante o no para los ecosistemas.

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Nosotros nacimos como una solución corporativa a los rescates de abejas y avispas. Ambas especies son indispensables para el medioambiente. Una, las abejas, por sus funciones polinizadoras, y las otras, las avispas, por su control biológico de plagas, pues se comen todos los bichitos. Habría muchísimos más mosquitos y bichitos si no hubiese avispas.

Entonces, lo que nosotros hicimos fue, a nivel corporativo, crear una empresa de cuatro socios donde rescatamos las abejas de sitios donde estén incomodando a personas, ya sea en sus residencias, en sus fábricas o en sus lugares de trabajo. Retiramos toda la población viva, retiramos la reina y esas abejitas nos las llevamos a apiarios para cuidarlas. Entonces, lo que nosotros hacemos es: las rescatamos y las cuidamos, que ese el hashtag que estamos utilizando desde el principio: las rescatamos y las cuidamos.

Hay una Ley que en Colombia se aprobó en el 2022, la 2193, sancionada por el Congreso de la República, que habla de protección de los polinizadores y otras disposiciones. En esa Ley se prohíbe matar a las abejas por su importancia, como ya lo hablamos, y se reglamentan los rescates. Entonces, nosotros cumplimos todos los parámetros de esa ley y estamos esperando que el Gobierno la reglamente para ver cómo podemos nosotros involucrarnos a nivel gubernamental como rescatistas.

En este momento lo hacemos como privados. Las empresas o las personas que tienen abejitas en un lugar incómodo nos an a nosotros, generalmente nos buscan por internet después de llamar a autoridades locales que no hacen este tipo de actividades. Ellos le dicen: busquen un apicultor o un rescatista, y nos encuentran en internet. Cotizamos el servicio y cuando es aprobado, llevamos todos los equipos para poder hacer el rescate de las abejas en su totalidad. Tenemos un nivel de éxito de alrededor del 97 %, donde capturamos la reina y toda la población viva. 

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Las abejas son libres. Ellas entran a un cajón, pero pueden entrar y salir libremente. O sea que en muchos casos, esas abejitas que nosotros rescatamos vuelven y se van a su hábitat natural y van al monte o van a la selva. Las que se nos quedan, las cuidamos. Entonces, lo que hacemos es ver que estén bien de salud, que no tengan ningún tipo de bicho, ni de plaga, ni de nada. Y eventualmente nos van a arrojar miel.

La idea es que nosotros estamos posicionándonos como una empresa que vende miel de abejas rescatadas. O sea, no les cambiamos la genética para nada, sino que utilizamos lo que rescatamos. Entonces, son abejas que en un gran porcentaje son africanizadas, entonces son enjambradoras. En estos tres años y pico que llevamos de trabajo, hemos rescatado alrededor de 135 colmenas de abejas y tenemos en este momento 86 colmenas bajo nuestro cuidado, en dos diferentes apiarios en la zona rural de Potrerito, en el municipio de Jamundí, en el Valle del Cauca. Entonces, las cuidamos y, como te digo, eventualmente ellas nos van a ofrecer de su miel.

Las abejas hacen miel para ellas mismas, para alimentarse ellas, no hacen miel para los humanos. El trabajo que ellas hacen para los humanos de forma importante es la polinización. La miel, las abejas la utilizan para alimento generalmente en invierno o cuando hay mucho verano, cuando no hay comida afuera, por mucho verano o por mucho invierno. A veces no hay néctar en las flores, entonces las abejitas comen de su propia miel. En climas calientes como los que nosotros tenemos en el trópico, hay excedente de miel. Entonces, bien manejado, uno le puede dejar un equilibrio para dejarles miel a las abejas y sacar un poquito de miel para nosotros los humanos. Nunca serán producciones grandes. Nosotros hacemos producción artesanal de la miel que salga de las colmenas que tenemos.

Yo tenía desde la niñez una muy particular interacción con las abejas, siempre me gustó la miel. Recibía aguijoneadas de 'pelado' y nunca había podido trabajar en el tema. Me metí en el mundo corporativo del mercadeo y la investigación de mercados, que sigo haciendo, y llevo 30 años en eso. Pero hace unos cinco años que, por las circunstancias de la vida, regresé a Cali, pues vivía en el exterior, y decidí que el hobby de niñez lo quería implementar.

EDWIN CAICEDO | REDACTOR MEDIOAMBIENTE
@CAICEDOUCROS | @ELTIEMPOVERDE