La capa de hielo polar del océano Ártico redujo este año su superficie a apenas 3,74 millones de kilómetros cuadrados, el segundo nivel más bajo desde que se tiene registro (42 años), según reportó el Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo (NSIDC, por su sigla en inglés).
El único año en que la extensión del casquete polar fue menos extensa que en lo que va de 2020 fue en el 2012, cuando se registró una superficie total de 3,39 kilómetros cuadrados.
Según expertos, esta sería una de las principales emergencias naturales registradas, dado que la capa polar ártica, que funciona como una especie de aire acondicionado para el planeta, estaría en serio riesgo de desaparecer por cuenta del cambio climático, fenómeno que reduce su capacidad de regenerarse en la temporada invernal.
La tendencia a la baja es clara, de acuerdo con Mark Serreze, director del NSIDC: “Ha sido un año loco en el norte, con el hielo marino casi en el nivel más bajo de la historia, olas de calor en Siberia y enormes incendios forestales”. El experto también aseguró que Groenlandia se está calentando dos veces más rápido que el resto del planeta.
Según explicó a AFP Claire Parkinson, meteoróloga de la Nasa, la reducción de la capa de hielo ártico viene ocurriendo desde 1996. Y aunque hay variaciones en cada año, un estudio publicado recientemente por la revista 'Nature' asegura que el casquete polar podría desaparecer más rápido de lo que señalan los modelos climáticos, lo cual no solo afectaría la existencia de especies como osos polares y los pueblos que habitan esas zonas del planeta, sino que también “tiene un impacto en el sistema climático”, señaló Parkinson.
Ha sido un año loco en el norte, con el hielo marino casi en el nivel más bajo de la historia, olas de calor en Siberia y enormes incendios forestales
“Debido al derretimiento del Ártico, el océano absorberá más calor y todos terminaremos expuestos a los efectos devastadores”, afirmó Laura Meller, de Greenpeace, quien constantemente hace presencia en la zona.
Así mismo, la organización Clean Arctic Alliance hizo un llamado a los líderes mundiales para actuar de “forma urgente” ante el calentamiento del Ártico. “El verano extremo de 2020 está demostrando, con temperaturas medias globales que ya muestran un aumento de 1,1 grados, que a menos que se tomen medidas urgentes y colectivas, un aumento de 2 grados resultará perjudicial para la salud y el bienestar humanos, nuestras economías y el medioambiente”, señaló la doctora Sian Prior, asesora de la organización.
REDACCIÓN DOMINGO