¿Cómo avanza Colombia en educación e implementación de medidas para el reciclaje?

Se estima que Colombia produce unos 12 millones de toneladas de basura anualmente, de las cuales solo se recicla el 17 por ciento, según cifras de la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios.

A nivel más específico, a partir de datos del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el 45,23 por ciento de los residuos que se generan en el país, corresponden a ocho ciudades: Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Cartagena, Cúcuta, Soacha y Soledad.

Uno de los objetivos del Día Mundial del Reciclaje, proclamado en 2005 por la Unesco, es reorientar y deconstruir los comportamientos de consumo de la sociedad para evitar la extracción indiscriminada de recursos naturales como materia prima y mejorar la calidad del medio ambiente.

Reciclar trae beneficios como la reducción del volumen de residuos, mitigación en la contaminación del agua, el suelo y el aire, así como la fomentación de la economía circular, la cual es un modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales productos existentes todas las veces que se pueda con el fin de darles un valor añadido, un ejemplo de esto es la reutilización de desechos de algodón para la conversión de telas.

De acuerdo con información del Observatorio Ambiental de Bogotá, Colombia se convirtió en el segundo país del continente en tomar acción en contra la contaminación de plásticos, a causa de que fue de los primeros países latinoamericanos que prohibió la circulación de bolsas plásticas inferiores a 30×30 centímetros, esto ocurrió en 2016.

Un año después, se estableció el impuesto a las bolsas de mayor tamaño y se exigió que tuvieran una mayor resistencia para ser reutilizables. Tales acciones permitieron que en Colombia a corte de junio del 2018, se recaudaran 10.460 millones de pesos y se redujera el consumo de la bolsa plástica en 35 %, declaró en su momento el ex viceministro técnico del Ministerio de Hacienda, Andrés Velasco.

Sin embargo, WWF Colombia realizó un llamado en el marco del Día Mundial del Reciclaje del año pasado: “Cincuenta años después de que se conociera el símbolo universal del reciclaje, aún no logramos que estas tres simples acciones –limpiar, secar y reparar– sean la regla de oro a la hora de disponer los residuos en los hogares colombianos”. Esto según el dato que lanzó Superservicios acerca de que Colombia solo se recupera cerca de un millón de toneladas de basura, donde un 10 por ciento corresponde a materiales plásticos.

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Las basuras especiales y peligrosas son uno de los mayores retos a la hora de reciclar. Para iniciar, es fundamental distinguir cuáles son y cómo separarlas. Según información de la Secretaría de Ambiente de Bogotá "las llantas usadas, los medicamentos vencidos de uso animal y humano, el aceite vegetal, las baterías, las pilas, luminarias, computadores, electrodomésticos como neveras, hornos microondas y lavadoras, envases y empaques de plaguicidas y agroquímicos son residuos especiales y peligrosos que requieren de un manejo diferenciado".

Estos elementos no deben ser dispuestos en la basura de los hogares, por el contrario, tienen que ser clasificados y entregados a gestores autorizados por la dicha Secretaría para su adecuado manejo. En Bogotá, hay más de 1.400 puntos de recolección de residuos especiales y peligrosos, los cuales pueden ser consultados y ubicados a través del Visor Geográfico Ambiental.

La industria farmacéutica en Colombia se ha replanteado su papel en el sector del reciclaje debido a que, a nivel nacional, gran parte de las 640.000 toneladas de desechos posconsumo con características de peligrosidad, son medicamentos, de acuerdo a datos del Ideam de hace 4 años. Por tanto, empresas como Cruz Verde en 2022, reintegró a su cadena productiva 164.800 cajas de cartón, 388.503 geles refrigerantes y 16.750 unidades de neveras de poliestireno expandido; este último es un material muy contaminante que, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), puede tardar hasta 1.000 años en descomponerse.

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Por otro lado, hay organizaciones especializadas en el reciclaje, que optan por educar a las comunidades en la materia. Es el caso de Recicla Latam, que creó el programa 'Recicla Kids'.  

Juliana Rincón Jaramillo, directora ejecutiva en Colombia de esta fundación, contó que gracias a la iniciativa pedagógica se han "convertido en aliados de instituciones educativas que requieran información y acciones que fortalezcan sus herramientas educativas y dinámicas didácticas con el objetivo de elevar la información del reciclaje hasta el concepto economía circular".

Rincón agrega que han llegado a más de 100 colegios del país con charlas virtuales y presenciales, además han instalado estaciones de reciclaje y apoyado a más de 1.000 recicladores, quienes se encargan de la recolección del material que se reúne en estas jornadas.

Compañías internacionales de gestión ambiental como Urbaser adelantan campañas de separación de residuos con comunidades, de educación ambiental puerta a puerta, jornadas pedagógicas en instituciones académicas y actividades lúdicas para promover y fomentar la cultura del reciclaje. Esta empresa se ubica en 11 ciudades colombianas como Montería, Barranquilla, Popayán y Tunja.

Jhon Alexander Chalarca Zapata, Magíster en Sostenibilidad de la Universidad Pontificia Bolivariana, comenta que “siempre ha habido confusión con respecto a qué residuos almacenar en cada recipiente; es por esto que en el 2019 el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible emitió una resolución con el nuevo código de colores para la disposición de residuos, los cuales son blanco, verde y negro”.

Entre tanto, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, habló el año pasado de que “la clave era aprovechar”, al tocar los siguientes puntos:

Isabela Duran San juan

Escuela de Periodismo Multimedia EL TIEMPO