Cumpleaños, Navidad, Reyes Magos, Día del Niño y otras fechas especiales son momentos ideales para educar y formar a los menores en aspectos tan importantes como la moderación, la solidaridad, la toma de decisiones o el establecimiento de prioridades. Así lo cree Marisa Navarro, doctora en medicina y autora, entre otros libros, de ‘La medicina emocional’, quien agrega que estas fechas son además una buena ocasión para conversar con los niños, saber qué les gustaría cambiar o mejorar y conocer sus deseos. Se trata, explica, de la oportunidad perfecta para seguir fomentando los vínculos afectivos de padres e hijos.
No más de cinco regalos
Desde esta perspectiva, Navarro invita a los padres a reflexionar sobre los regalos que les dan a sus hijos en esas fechas y sugiere no excederse en presentes y que al menos alguno de ellos sea para compartir juegos o experiencias en familia: excursiones, talleres, juegos de mesa, deportivos… “Lo ideal –sostiene– es recibir como máximo cuatro o cinco regalos, siempre que sea posible”.
A veces, advierte, hay niños hiperregalados de padres posiblemente separados que se sienten culpables de la situación y temen perder su afecto. Este exceso de regalos, explica, no les hace ningún favor a los pequeños porque les transmite unos valores negativos, como dar poco o ningún valor a las cosas, pensar que todo es fácil de conseguir y que no necesitan esforzarse para obtener lo que desean, “volviéndose enormemente cómodos –dice Navarro–. En consecuencia, tenemos niños frustrados y con falta de imaginación e ilusión por las cosas, consumistas y caprichosos, que solo dan importancia a lo material”. Estas características los acompañarán cuando sean adultos, y se reflejarán en todas las facetas de su vida.
Compartir tiempo
En opinión de Navarro, los padres tienen mucha responsabilidad, pues piensan que hacerles regalos a sus hijos es la mejor manera de demostrarles amor. Trabajan mucho y no les dedican el suficiente tiempo y atención, y se sienten culpables, así que les compran incluso más de lo que ellos piden. Y no son conscientes del perjuicio que les están haciendo. “Los regalos no sustituyen el tiempo que podemos pasar con los niños; aprovechemos los juguetes para jugar con ellos y prestarles la atención que requieren”, señala Marisa Navarro. Pero lo que más desean los niños en fechas especiales y durante todo el año, insiste la experta, es estar junto a sus padres. El tiempo que se pase junto a ellos, observa, tiene que ser de calidad. De nada sirve compartir espacio físico y que cada uno esté dedicado en solitario a su actividad favorita.
Los regalos no sustituyen el tiempo que podemos pasar con los niños; aprovechemos los juguetes para jugar con ellos y prestarles la atención que requieren
Finalmente, dice, otra buena idea es que los hijos reciban algo para otros: hermanos, primos o algún niño que lo necesite; esto los educará en valores como saber compartir, la amistad, la solidaridad, bondad, generosidad, gratitud y empatía.
PILAR GONZÁLEZ MORENO
EFE Reportajes