Normalmente, cuando se habla de la Vía Láctea, nuestra galaxia, se asegura que en su centro existe un enorme agujero negro supermasivo, una estructura con tanta gravedad que todas las estrellas de este vecindario cósmico, incluido nuestro Sol, giran en torno a él.
Se le conoce como Sagitario A* y, según los científicos, su masa equivaldría a la de unos cuatro millones de soles. Esta idea ha sido aceptada de manera casi dogmática por la comunidad científica, que la ha utilizado, incluso, como modelo para asegurar que todas las galaxias tienen agujeros negros en su centro.
Lo anterior ha sido asumido sin una comprobación observacional irrefutable gracias al movimiento de las estrellas tipo S, que se encuentran muy cerca del centro de la galaxia y cuyo movimiento se asemeja al de los planetas del Sistema Solar en torno al Sol.
Ahora,
un estudio llevado a cabo por un grupo de científicos, entre los que hay dos colombianos, propone otra explicación posible al movimiento circular de la galaxia a partir de la presencia en su centro no de un agujero negro, sino de una sustancia que los científicos aún no logran terminar de descifrar: la materia oscura y, en particular, unas partículas hipotéticas que la constituirían, conocidas como darkinos.
“En esta nueva investigación estudiamos el movimiento de las estrellas S, de las cuales tenemos información experimental muy detallada, como que son las más veloces de las que se tienen registros, para poner a prueba el modelo que hemos denominado como RAR, de Ruffini-Argüelles-Rueda y en el que una gran masa de darkinos reemplaza al agujero del centro de la Galaxia”, asegura Jorge Rueda uno de los autores de la investigación y proponente de este modelo.
De acuerdo con Rueda, investigador del International Center for Relativistic Astrophisics Network y de la Universidad de Ferrara, en Italia, el objetivo de su estudio, que llevó a cabo con Eduar Antonio Becerra, Carlos Aruguelles, Andreas Krut y Remo Ruffini, era poner a prueba el modelo RAR e intentar poner cotas a la masa a los darkinos.
“Lo que demostramos es que si el darkino posee una masa aproximadamente 9 veces menor que la de un electrón, entonces el campo gravitatorio creado por su concentración en el centro de la Galaxia explica el movimiento de las estrellas S de manera más satisfactoria que el modelo basado en un agujero negro central.
La investigación de Rueda fue publicada en Astronomy and Astrophysics. Según el científico, la decisión de someter su estudio a esta revista no fue aleatoria:
“Queríamos llamar la atención de la comunidad científica a través del mismo medio de comunicación en dónde se han publicado los resultados observacionales más recientes de la Gravity Collaboration sobre el movimiento de las estrellas más cercanas al centro de la Galaxia, y en las cuales el modelo de un agujero negro central ha sido empleado para su explicación”, asegura Rueda.
Rueda asegura que el principal aporte de su investigación radica, en primer lugar, en el hecho de sugerir la existencia de una nueva partícula, el darkino. “Esto cambia el estado actual del Modelo Estándar de Partículas, pues es necesaria una extensión de este para introducir la presencia de los darkinos en el Universo”, dice.
Al mismo tiempo, agrega, abre nuevos interrogantes que deberán ser resueltos, como el origen de los darkinos en los instantes iniciales de evolución del Universo y propiedades como su masa.
“La concentración de darkinos se vuelve inestable cuando su masa total supera 100 millones de masas solares: en tal caso colapsa gravitatoriamente y forma un agujero negro. Esto nos lleva a pensar en otra fantástica consecuencia astrofísica: altas concentraciones de darkinos podrían formar los agujeros negros supermasivos que se observan en el centro de los llamados Núcleos Activos de Galaxias”, indica Rueda.
NICOLÁS BUSTAMANTE HERNÁNDEZ
Redactor de Ciencia
@ScienceNico