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Noticia
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La empresa colombiana que usa virus para combatir bacterias, una alternativa a los antibióticos que podría revolucionar la industria agropecuaria
Sci Phage produce fagos, y tienen en Cundinamarca una de las tres únicas plantas de producción de bacteriófagos de América Latina. Esperan exportar desde Colombia.
Los fagos por ser altamente específicos cuando son seleccionados con precisión y pueden ser usados biotecnológicamente para prevenir y controlar poblaciones bacterianas (incluyendo aquellas resistentes a los antibióticos). Foto: Sci Phage
El mundo se enfrenta a un problema que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), podría convertirse en una de las mayores amenazas a la salud pública en 2050: las bacterias, virus, hongos y parásitos son cada vez más resistentes a los antibióticos. La resistencia antimicrobiana (RAM) no solo causa 1,27 millones de muertes de personas anualmente en todo el planeta, sino que, además, se está acelerando debido al mal uso de antibióticos por parte de las empresas del sector agropecuario que se encargan de la cría de animales.
Según explica la OMS, el mal uso y la utilización excesiva de antimicrobianos en la producción agropecuaria está generando que cada vez más personas padezcan de RAM, debido a que, en muchos lugares, los antibióticos se usan en exceso y de manera incorrecta en la cría de animales de abasto, y a menudo se istran sin supervisión profesional. Es decir: las empresas de cría de animales istran antibióticos innecesariamente o en cantidades desproporcionadas, y esto propicia la aparición de RAM. Pero en Colombia podría haber una solución para ello.
Una empresa de biotecnología llamada Sci Phage está probando una solución distinta a los antibióticos para la industria agropecuaria que podría revolucionar por completo el sector. Se trata del uso de bacteriófagos, más conocidos como fagos, para el tratamiento de bacterias en animales de abasto.
Los fagos son parásitos obligados de bacterias, es decir, son virus que únicamente pueden infectar a bacterias. Son las entidades biológicas más abundantes del planeta tierra y se pueden encontrar en cualquier ambiente, incluyendo, agua y alimento de consumo humano. Pero, además, los fagos trabajan de manera específica, es decir, para cada tipo de bacteria.
La resistencia antimicrobiana implica uno de los mayores riesgos para el futuro de la salud pública a nivel global. Foto:NATIONAL INSTITUTES OF HEALTH.
Para que un fago infecte a una bacteria debe: reconocer una parte específica de la célula bacteriana; ingresar sus genes dentro de la bacteria; replicarse al interior de su hospedero; y, finalmente, explotar la bacteria desde adentro.
De acuerdo con Sci Phage, los fagos, por ser altamente específicos cuando son seleccionados con precisión, pueden ser usados biotecnológicamente para prevenir y controlar poblaciones bacterianas (incluyendo aquellas resistentes a los antibióticos), permitiendo hacer un control dirigido a las bacterias problema, sin afectar otras benéficas.
Por esta razón, de acuerdo con la compañía y parte de la industria global, los fagos son el futuro en el control de bacterias problemáticas. Por ejemplo, justo ahora están trabajando en fagos para la salmonella, una bacteria que implica un reto grande en la industria de las aves de corral ya que puede generar muertes elevadas de los animales.
“Los fagos tienen ciertas ventajas frente a los antibióticos y es que son naturales, pues están en todos lados en la naturaleza, por lo que nuestro cuerpo y el de los animales los reconoce como naturales, no como un agente externo que pueda dañarlo. Entonces no tienen un efecto secundario adverso, lo que es una ventaja frente a los antibióticos dado que solamente matan la bacteria problema. Un desafío con los antibióticos es que te matan las bacterias buenas y las bacterias malas, por eso a veces te dan antibiótico para una infección respiratoria y te da diarrea, porque te dañaron la microbiota del intestino. Los fagos no, los fagos son específicos, entonces solamente matan la bacteria problema que yo quiera atacar”, explica Santiago Hernández, director de Producción e Innovación de Ciencia y Tecnología en Sci Phage.
En la imagen, algunos de los investigadores y empleados de Sci Phage en la planta de producción ubicada en Mosquera (Cundinamarca). Foto:Sci Phage
Según explica Hernández, los fagos se descubrieron entre 1914 y 1917, varios años antes que los antibióticos que aparecieron por primera vez en 1928. Sin embargo, los antibióticos eran más sencillos de usar y producir, y los fagos pasaron al olvido en occidente, aunque en Europa Oriental, lo que era la antigua Unión Soviética, se siguieron usando. Ahora, ante la amenaza que implica la RAM no solo para la salud pública global sino también para la producción de alimentos, este descubrimiento científico ha vuelto a surgir como una solución que puede ayudar a resolver algunos problemas en el planeta.
Los fagos tienen ciertas ventajas frente a los antibióticos, y es que son naturales, están en todos lados
En Colombia, la Universidad de los Andes fue la pionera en esta tecnología y fue de allí de donde surgió Sci Phage en 2014. Tras una década de trabajo, la compañía está cerca de cumplir su mayor hito: pasar de la academia a la industria. Gracias a una convocatoria que se ganaron del Sistema General de Regalías, hoy Sci Phage cuenta con su propia planta que tiene una capacidad de producción de 5.700 litros de bacteriófagos al mes y emplean en total diez personas. La planta, ubicada en Mosquera (Cundinamarca), es una de las tres con capacidad de producción de bacteriófagos que existen en América Latina, las otras dos están en Chile.
En la actualidad, Sci Phage hace pruebas para probar un producto que ya está patentado en Colombia, EE. UU. y Brasil, y que fue diseñado para controlar salmonella en la industria avícola. Usando los fagos, han logrado reducir la mortalidad, disminuir el uso de antibióticos y mejorar la producción de granjas comerciales ubicadas en Cundinamarca.
Sin embargo, y pese a que la planta de producción de Sci Phage podría atender el 70 por ciento de la producción avícola nacional, la gran barrera a la que se han enfrentado es la regulatoria.
En la imagen, algunos de los equipos usados para la producción de fagos por parte de Sci Phage. La compra de dichos equipos se logró gracias a recursos que obtuvieron de una convocatoria del Sistema General de Regalías. Foto:Sci Phage
Las entidades regulatorias les ha señalado que su producto es un medicamento, pero la posición de Sci Phage es que es un probiótico. La diferencia entre uno y el otro implica años para poder obtener un registro frente a la posibilidad de poder obtenerlo en días.
Esto, por la forma en la que se suministra y la tecnología que usa el producto para actuar: un medicamento se usa para tratar la enfermedad cuando ya esta está presente (aunque el problema en la industria agropecuaria es que se están usando antibióticos aún cuando no hay enfermedad, generando RAM).
Sin embargo, en el caso de los fagos, lo que se hace es, a través del agua que consumen los animales, darles el bacteriófago como si fuese un suplemento alimenticio, para que los animales desarrollen resistencia a la salmonella de manera natural y su cuerpo pueda enfrentar, sin requerir un fármaco, la bacteria.
“Las granjas que tenemos en validación comercial están muy contentas porque han visto mejor producción de huevo, menor uso de antibióticos y un control de la mortalidad. ¿Cuál es la dificultad? El tema regulatorio, porque en el país eso es lento, lo que obviamente nos dificulta empezar esa ruta comercial con mayor facilidad. El tema es que las entidades regulatorias están viendo los fagos como un medicamento y nosotros los utilizamos como un probiótico. Y es que son un probiótico, es el mismo concepto. Es un microorganismo que modula positivamente los microorganismos del intestino, por ejemplo, y previene enfermedades, pero no es un tratamiento, sino que se hace de manera natural”, agrega Hernández.
En ese sentido, y pese a que el ideal sería poder atender el mercado colombiano, hoy Sci Phage se proyecta a exportar desde nuestro país hacia otros mercados donde los bacteriófagos ya son una opción en la industria para hacerle frente a la salmonella, pues ya se usan o tienen productos de este tipo registrados y aprobados para el sector.
“Nosotros inauguramos en mayo del año pasado la primera planta de producción de bacteriófagos del país y es una de las pocas que hay en Latinoamérica y en el mundo. Los dedos de las manos nos alcanzan para contar las plantas de este tipo que existen. Entonces nosotros somos un país que cuenta con el privilegio de tener una planta de producción y no lo aprovecha. ¿Por ejemplo, qué pasó con el tema de covid en cuanto a vacunas? No teníamos la capacidad de producir vacunas, dependíamos de otros. Los bacteriófagos son una alternativa viable y real y en este país tenemos una planta que nos permitiría producir nuestros propios bacteriófagos”, añade el investigador.
De acuerdo con Hernández, su llamado a las entidades gubernamentales es a aprovechar la oportunidad que existe para que el país pueda liderar en la producción de este tipo de productos en la región y el mundo, algo para lo que ya estarían listos. “Hay una realidad y es que los antibióticos no van a ser suficientes. Si las entidades regulatorias del país empiezan a ampliar su visión hacia otras tecnologías que se están usando en el mundo y nosotros tenemos la capacidad no solamente técnica sino también de infraestructura, pues deberíamos aprovecharlos. Para que todo eso que se habla de innovación se vuelva una realidad. Que toda esa innovación se plasme en la industria”, finaliza el experto.