Watch Dogs: Legion, un juego para disfrutar las nuevas consolas

Este en particular es uno de los pocos títulos que empieza a hacer uso del Ray Tracing, una tecnología que nos ofrece sombras y reflejos más realistas. Sumado a una resolución de 4K y una Londres fotorrealista, Watch Dogs nos brinda un impresionante mundo abierto que nos invita a recorrerlo y a disfrutar de cada detalle.

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Para ello pude hacer uso de cualquier vehículo, sea aéreo, terrestre o fluvial; los cuales podrá manejar por sí mismo o podrá usar el modo de piloto automático, aunque este puede resultar demasiado lento.

En todo caso está claro que una de las grandes apuestas de los desarrolladores fue ofrecer una gran experiencia visual, aunque le cueste al título no correr a 60 fotogramas por segundo, que al parecer será el estándar de la nueva generación de consolas si nos fijamos en otros juegos optimizados para ellas en su lanzamiento.

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Otra gran apuesta y que puede resultar ser la más atractiva para muchos es la posibilidad de reclutar a cualquier persona que esté en la calle. Para ello solo basta observar su huella digital, analizar su perfil (qué ventajas y qué contras tiene), preguntarle si quiere ser parte de la resistencia que lucha por liberar a la ciudad de un gobierno dictatorial y criminal, y hacerle un favor para convencerlo.

Hay que tener en cuenta que el juego cuenta con la opción de que los de la resistencia mueran de forma permanente, es decir, si se falla en una misión y hay un desenlace fatal, ese personaje nunca más será jugable.

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La historia de Watch Dogs: Legion se desarrolla en un mundo hiperconectado al cual se tiene desde el celular, es decir, se puede controlar prácticamente cualquier objeto a voluntad: carros, drones, pantallas, barreras mecánicas, celulares, cámaras. Además, se pueden usar artefactos tecnológicos de punta como capas de invisibilidad y robots arañas, con los que resolveremos misiones puzzle.

Para lograr los objetivos se puede elegir entre ser sigiloso o confrontar directamente hordas de enemigos, lo que se traduce en una mayor libertad a la hora de jugar y la posibilidad de implementar un estilo de juego propio. Sin embargo, hay que decir que uno de los lunares del juego es la poca inteligencia que tienen los enemigos en ciertas ocasiones, por ejemplo, cuando no se resguardan rápidamente a pesar de estar en la línea de fuego o que pierden de vista al jugador a unos cuantos metros de distancia en determinados momentos.

No obstante, la tercera entrega de la saga merece ser uno de esos títulos a considerar, especialmente, si se es uno de los primeros entusiastas en dar el salto generacional de las consolas.

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NICOLÁS CORTÉS MEJÍA

EL TIEMPO