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¿Por qué pueden incrementar casos de VIH en Colombia y cómo la prueba regular puede cambiarlo todo? Médico explica

• Un médico y especialista en epidemiología habló con EL TIEMPO sobre vitales recomendaciones.

• La Organización Mundial de la Salud ha aclarado que no existe una epidemia en el país.

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Vanessa Pérez Castellanos

PERIODISTA12.04.2025 03:00 Actualizado: 12.04.2025 03:00

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En los últimos meses ha circulado la idea de un supuesto brote “alarmante” de VIH en Colombia, generando preocupación y reavivando prejuicios alimentados por la desinformación. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud ha aclarado que no existe una epidemia en el país. Lo que sí se ha registrado es un aumento del 12,42 % en los casos prevalentes durante 2024, es decir, el total de personas que viven con el virus.

El contagio por este virus sigue siendo una realidad y, por ello, pese a que no exista una ‘epidemia’ se debe entender que la salud sexual no debe seguir viéndose desde la vergüenza, sino que debe verse como un acto de amor propio y responsabilidad con los demás.

EL TIEMPO habló con el doctor y especialista en epidemiología, Jairo Alfonso Salazar Bernal, médico del Hospital Federico Lleras de Ibagué, quien explicó desde cómo afecta este virus el cuerpo hasta por qué los médicos deberían también enviar más seguido esta prueba, sin importar ni la orientación sexual ni el género.

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Según el Instituto Nacional de Salud, en 2023 se reportaron 20.008 casos nuevos, lo que corresponde a 38 diagnósticos de primera vez por cada 100.000 habitantes. En lo que va del 2024, el promedio ha sido de 55 nuevos casos al día, una cifra que, según las autoridades, está relacionada con el fortalecimiento de las estrategias de detección.

El doctor Salazar explicó el VIH como un virus que ataca el sistema inmunológico, especialmente a los linfocitos CD4: "Al entrar al cuerpo, convierte su ARN en ADN usando la enzima transcriptasa reversa, se integra al ADN de la célula con ayuda de la integrasa y comienza a replicarse. Con el tiempo, destruye los linfocitos CD4, debilitando preocupantemente el sistema inmune".

Asimismo, reiteró que aún se confunde VIH con SIDA y es clave entender que "VIH es la infección y SIDA es la fase avanzada de esa infección". El especialista explicó que se considera que una persona tiene SIDA cuando sus CD4 bajan de 200 o si presenta infecciones oportunistas o enfermedades definitorias como neumonía por Pneumocystis, sarcoma de Kaposi, etc.

Precisó que además de los avances médicos, hay que prestar atención a las dinámicas sociales que pueden influir en la transmisión del virus, es decir, las nuevas maneras de vivir y experimentar la sexualidad sin protección, especialmente en los jóvenes.

Imagen de referencia. Foto:Archivo Particular

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“Actualmente muchas personas tienen relaciones sexuales sin utilizar preservativo, y se ha perdido el hábito de este uso, confiando en una persona que muchas veces no se conoce y segundo, no puede haber seguridad de que no esté infectado, incluso muchas veces ni lo saben. Hay mayor libertad sexual, y eso, sin educación adecuada, puede aumentar el riesgo”, afirmó.

Y agregó: "Ahora se cree que porque se utiliza un método anticonceptivo como la T de cobre o el implante subdérmico se está excepto de cualquier riesgo. Pero se olvida que estos métodos no protegen de una enfermedad y, cabe resaltar, que estas enfermedades pueden ser transmitidas al feto".

El estigma sigue siendo una barrera importante para el diagnóstico temprano. El especialista recordó que el VIH no se transmite por 'o casual', ni por saliva, sudor o lágrimas, pero el miedo y la desinformación llevan a muchas personas a evitar las pruebas o a rechazar el tratamiento por temor al juicio social. Esto, dice, tiene un impacto no solo físico sino también emocional en quienes reciben el diagnóstico.

La recomendación médica es clara: cualquier persona sexualmente activa debería realizarse la prueba al menos cada seis meses, y con mayor frecuencia si tiene factores de riesgo como el padecimiento de otras ETS. “Normalizar la prueba es parte esencial del control de la infección”, opinó Salazar.

Desde el sector salud se insiste en que no hay motivos para hablar de un brote o epidemia, pero sí en la necesidad de mantener una conversación abierta, informada y libre de prejuicios sobre el VIH. La prevención, el al diagnóstico y el tratamiento oportuno siguen siendo las herramientas más efectivas para enfrentar esta realidad sin caer en el alarmismo.

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