En pandemia aumentaron muertes por infarto y bajaron las de causas externas

Las muertes derivadas por las complicaciones de la tensión arterial elevada, la diabetes descompensada y las enfermedades relacionadas con el embarazo se incrementaron en el país en los momento más críticos de la pandemia (2020), mientras que las derivadas por causas externas como accidentes de tránsito, homicidios o suicidios tuvieron una tendencia a la baja en el mismo periodo.

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Así lo revela el Ministerio de Salud en el informe ‘Cambios en la tendencia de la morbimortalidad durante la pandemia por covid-19 en Colombia: explorando la sindemia covid-19’.

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En concreto, de manera técnica se analizó el comportamiento de las principales causas de enfermedad y muerte en un periodo comparativo desde 2019 hasta 2021 para determinar los efectos sobre el panorama epidemiológico nacional, no solo de las infecciones por Sars-Cov-2, sino de las medidas tomadas para afrontar esta contingencia en un contexto de integralidad.

Lo primero que reporta el documento es que, con datos preliminares de 2020, se evidenció una disminución global en el número de personas atendidas en el sistema de salud de cerca del 1,8 por ciento en comparación con el promedio de este indicador en el periodo 2015-2019 con una baja significativa en abril y julio de 2020 con decrecimientos del 46,1 por ciento y del 35,8 por ciento, respectivamente, lo que rompe de manera relevante una tendencia creciente que en el lustro anterior permitió un aumento global de 25,4 por ciento.

Según el análisis de Minsalud, esto muestra el impacto del aislamiento obligatorio en ese periodo de la pandemia en el que la gente no solo tuvo limitaciones para acceder a los centros de atención, sino que los hospitales, por su parte, tuvieron que restringir sus ofertas de servicios para privilegiar la demanda derivada del covid-19.

Por su parte, esta baja de servicios sanitarios contrasta, de acuerdo con datos preliminares de 2020, con un incremento del número global del número de fallecidos del 29,6 por ciento en comparación con el promedio de muertes en el periodo de la referencia (2015-2019).

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Poner la lupa para determinar los lapsos con mayores crecimientos en este indicador permite apreciar que julio y agosto de 2020 tuvieron los mayores crecimientos con 60,9 y por ciento y 68 por ciento de elevación y que al compararlos con el promedio del lustro anterior que apenas fue del 13,9 por ciento, de manera clara muestra un evidente exceso de mortalidad de cerca del 54 por ciento, que no tiene otra explicación que los decesos producidos por el virus pandémico.

Sin embargo, y aunque resulta intuitivo pensar que el exceso de mortalidad está completamente ligado al volumen de personas que fallecieron por causa del Sars-CoV-2, no se puede dejar de lado, dice el informe, que la afectación en las dinámicas de la prestación de los servicios de salud, los cambios en la exposición de riesgos por las cuarentenas y las restricciones de la movilidad han impactado de manera diferencial sobre el perfil de mortalidad en el país “aumentando los resultados negativos sobre algunas patologías”.

Al observar el comportamiento de las infecciones respiratorias de las vías inferiores, el análisis encontró que en el 2020 por cuenta de las medidas sanitarias aplicadas, estas presentaron un descenso en contraste con un incremento mantenido de las muertes por este tipo de patologías después de la aplicación de las medidas.

Por su parte, estas infecciones, pero en el componente superior, mostraron una gran disminución como consecuencia de la aplicación de las medidas sanitarias que si bien aumentaron la mortalidad durante la cuarentena, en la medida en que se presentó una reapertura gradual a partir del 17 de junio de 2020 disminuyeron sustancialmente.

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Otro indicador centinela es la enfermedad diarreica aguda que durante la vigencia de las medidas sanitarias descendió como enfermedad durante 2020. Sin embargo, en términos de mortalidad en la primera parte del aislamiento obligatorio el número de decesos por esta causa fue similar al nivel endémico registrado en 2019.

Con respecto a las infecciones de inmunodeficiencia humana (VIH) se encontró que en términos de enfermedad esta presentó “un incremento estacional durante el periodo analizado (2020) en comparación con su comportamiento histórico, pero dicha tendencia cíclica coincide con la disminución en la oferta de consultas para las personas afectadas entre el 15 de julio hasta el 15 de agosto de 2020 y enero y diciembre de 2021, un componente que contrasta con la mortalidad por esta causa, que en el lapso de la investigación se redujo significativamente al compararse con sus promedios históricos.

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Respecto de la tuberculosis (una infección bacteriana de transmisión persona a persona), se encontró que su afectación se mostró a la baja en el proceso de reapertura gradual de la pandemia con respecto a sus históricos, pero al entrar en la etapa del aislamiento selectivo y distanciamiento individual esta patología recuperó sus niveles endémicos anteriores.

Para el componente de salud maternoinfantil, se destacan incrementos en la enfermedad materna extrema, así como de los índices de mortalidad durante y después de la reapertura gradual con una evidente disminución de la demanda de consultas para controles del embarazo, lo que explica el crecimiento de enfermedades prevenibles no atendidas.

El análisis deja ver que todos los tipos de tumores, pero especialmente el de seno, presentó un aumento permanente después de la reapertura, al parecer como consecuencia de diagnósticos nuevos represados durante la cuarentena.

En el caso de otras patologías crónicas, durante el periodo de análisis se presentaron dos tendencias: unos niveles de endemia similares al histórico para las enfermedades renales y cardiovasculares, que se interpreta como un mantenimiento de las rutas de atención y los beneficios de la teleconsulta.

La segunda es para las patologías que tienen menor riesgo de muerte si se tratan de manera continua, como la hipertensión y la diabetes, que incrementaron su mortalidad por complicaciones que terminan principalmente en infartos, al parecer por la falta de oportunidad en los controles médicos.

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Como ya se ha dicho, las lesiones y las muertes derivadas por accidentes de tránsito y la violencia fuera del hogar, lo mismo que los intentos de suicidio, mostraron un descenso durante la cuarentena y en la reapertura alcanzaron los niveles endémicos de 2019.

Este análisis, de acuerdo con el Ministerio de Salud, deja una evidencia que debe traducirse en acciones de largo plazo.

En entrevista con EL TIEMPO, el ministro de Salud, Fernando Ruiz, se refirió a los resultados y conclusiones del informe. 

Los cambios de tendencia en las causas de enfermedad y muerte demuestran la relación de la dinámica socioeconómica del país con los determinantes y desenlaces en salud, recrudecidas por la pandemia y las medidas para contenerla. También permiten identificar las limitaciones del sistema de salud en relación con el aseguramiento de las atenciones por consulta externa y promoción y prevención de manera remota.

La pandemia obligó a tomar medidas de salud pública urgentes y con la evolución de la infección por Sars- CoV-2 se evidenció que las personas con mayor edad y enfermedades crónicas tienen mayor riesgo de muerte por covid-19, sin dejar de lado que el confinamiento tuvo repercusiones para afrontar los problemas, interferencias en el cuidado y adquisición de medicamentos y en general sobre la atención sanitaria que se debería recibir. No hay duda de que la pandemia y las medidas llevaron a un cambio en la atención médica en la vida cotidiana de las personas y en el manejo de algunas enfermedades que no fueron diferentes a las evidenciadas en otros países.

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El país trabaja articuladamente para superar los efectos negativos de la pandemia en todas sus aristas, y este informe permite identificar puntos estratégicos de acción en todas las áreas, entre ellos demostrar la importancia de los controles prenatales y garantizar la continuidad de tratamientos.

UNIDAD DE SALUD 

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