Lupus: síntomas y tratamientos de la enfermedad

El lupus, una enfermedad inflamatoria crónica, se encuentra entre las afecciones autoinmunes, aquellas en las que el sistema inmunológico ataca a las propias células y tejidos del organismo, según la Sociedad Española de Reumatología (SER). 

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Puede manifestarse en varios órganos como la piel, las articulaciones, los riñones, el corazón y los pulmones. Se suelen alternar periodos de mayor actividad o más síntomas (exacerbación o brotes) con otros de inactividad (remisión).

Ana Arredondo, médica reumatóloga del Hospital San José, explicó para un reportaje de 'EFE' que el lupus "no tiene un desencadenante claro en todos los pacientes, aunque puede tener un componente genético".

Los síntomas más comunes son lesiones en la piel, caída del pelo, dolores articulares y una inflamación en los riñones que puede ser muy severa. A la lista de signos se suma, según MedlinePlus, fiebre sin causa conocida, sensibilidad al sol, cansancio extremo, úlceras en la boca y, entre otros, glándulas inflamadas.

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El diagnóstico del lupus puede variar dependiendo de cómo se manifieste la enfermedad en cada paciente.

"En el caso de pacientes con un debut muy florido de la enfermedad con manifestaciones clínicas muy típicas y alteraciones analíticas, el diagnóstico se puede realizar de forma inmediata o en pocos días. En el otro extremo están los pacientes con poca sintomatología y quizá sin alteraciones analíticas, y en los que es necesario más tiempo, hasta que van sumando otras manifestaciones que permiten hacer el diagnóstico, o bien pacientes que debutan con manifestaciones atípicas de la enfermedad”, explicó María Galindo Izquierdo, reumatóloga especialista en lupus en el Hospital Universitario 12 de Octubre, para la agencia citada anteriormente. 

El lupus puede conllevar riesgosas complicaciones, según Galindo. Entre estas se encuentra la nefritis lúpica, trastornos graves del sistema hematológico como anemia hemolítica, trombopenia, neutropenia, y daños al sistema nervioso central.

Las comorbilidades pueden surgir tanto de la enfermedad misma, como es el caso de la insuficiencia renal crónica o la hipertensión arterial, como de los tratamientos istrados, como la diabetes secundaria a los esteroides. 

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No existe una cura para esta enfermedad autoinmunitaria. Sin embargo, es posible controlarla a través de medicamentos y modificaciones en el estilo de vida. De acuerdo con la Biblioteca de Medicina de Estados Unidos, se deben considerar consultas con especialistas médicos correspondientes a las áreas del cuerpo que resulten afectadas.

En este contexto, el papel del médico de atención primaria es esencial. Este profesional debe diseñar un plan de tratamiento personalizado, que deberá ser revisado y ajustado periódicamente para garantizar su efectividad. Es crucial mantener una comunicación abierta y transparente con el especialista para reportar la aparición de nuevos síntomas que puedan requerir cambios en el plan de salud.

Los tratamientos para el lupus son amplios y pueden involucrar medicamentos destinados a aliviar la inflamación y el dolor, prevenir o disminuir la frecuencia de los brotes, dar soporte al sistema inmunitario, evitar daño en las articulaciones, regular las hormonas, y controlar otros aspectos de la salud que se vean afectados por la enfermedad.

VALERIA CASTRO VALENCIA

*Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en un reportaje de EFE y artículos de archivo de EL TIEMPO, y contó con la revisión de la periodista y un editor.