Es indiscutible que el bebé estará en mejores condiciones si como alimento recibe exclusivamente la leche de su madre en sus primeros seis años de vida. Aunque por motivos adversos, algunas madres no pueden llevar a cabo esta recomendación, es lo ideal para ambos.
De acuerdo a la Encuesta Nacional de Situación Nutricional en Colombia (ENSIN) del 2015, apenas se alcanza 1.8 meses de lactancia materna, teniendo en cuenta que la recomendación de la Organización mundial de la salud (OMS) es que la leche materna sea exclusiva durante 6 meses. Las cifras son preocupantes, pero se debe tener en cuenta la situación de salud de las mujeres lactantes, su situación laboral o académica, su alimentación y otros factores que pueden influir en las estadísticas.
Lo cierto es que la lactancia materna contribuye al buen desarrollo del pequeño, al tiempo que se establece como uno de los elementos fundamentales para la pérdida de peso de la madre en el posparto.
Además, los estudios científicos aseguran que es la primera vacuna que recibe el niño, pues su sistema inmunológico, aún débil, se fortalece por las propiedades de la leche materna. Ni hablar de los lazos de afecto que se estrechan cuando el bebé siente el pecho, el corazón, la piel, la respiración y el olor de su madre. Se dice, incluso, que los niños amamantados tienen un coeficiente intelectual superior a aquellos que recibieron leche maternizada.
Por todo ello, se hace fundamental buscar soluciones en pro de que las madres puedan seguir alimentando a sus bebés luego de retornar a su trabajo, pasada la licencia de maternidad; o en sus espacios académicos para continuar con sus labores. Y esto es importante porque el desconocimiento sobre la manera en la que se extrae y almacena la leche es uno de los factores influyentes. Sin embargo, el mayor obstáculo es que las mamás no tienen espacios para hacerlo en sus lugares de trabajo o estudio.
Esto desencadenaba, en muchas ocasiones, en el desperdicio de la leche materna en el trabajo y que finalmente no pudiera ser consumida por el bebé. Notablemente la necesidad de que las empresas se comprometan con estos espacios ha hecho que se reglamenten desde decretos en Bogotá, el proyecto de Ley liderado por Clara Rojas y la política de Estado para el Desarrollo Integral de la Primera Infancia "De Cero a Siempre", que incluye la lactancia materna en entornos laborales.
Y es que, de hecho, ya hay lugares adecuados donde las madres pueden extraer y conservar la leche materna, para transportarla de manera segura hacia sus hogares.
Estás hacen parte de una de las acciones de la Política de Estado para el Desarrollo Integral de la Primera Infancia "De Cero a Siempre", en la implementación de la estrategia "Salas amigas de la familia lactante en el entorno laboral" que se hace posible en la Presidencia de la República, a través del trabajo articulado de la Consejería Presidencial para la Primera Infancia, los ministerios de Salud y Cultura.
Las salas amigas de la lactancia son un paso más para incrementar estos indicadores y reportar otros beneficios para las madres, los niños y las entidades: la madre está más tranquila en el trabajo porque le garantiza la leche a su bebé y se mantiene la producción; se genera menor ausentismo laboral por permisos médicos para atender problemas de salud del bebé y de la madre, ya que la leche materna ayuda a evitar enfermedades; y se aporta a la economía del cuidado porque se ahorra la compra de leches artificiales infantiles y biberones.
ABC DEL BEBÉ
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