En Manaure, La Guajira, uno de los municipios más rezagados en cobertura de esquemas de vacunación infantil en Colombia, la Fundación Éxito entrega hoy el primer centro de vacunación para la población materno-infantil Wayúu.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la vacunación es una de las intervenciones de salud pública más eficaces. Ningún medicamento salva tantas vidas como las vacunas. Por este motivo, el objetivo es acabar con un círculo vicioso en el que los niños no vacunados son más propensos a padecer ciertas enfermedades y, en consecuencia, desnutrición.
Con la entrega de este centro de vacunación se espera aumentar la cobertura de inmunización de las madres gestantes y los menores de edad, situación que tiene gran impacto en la reducción de la morbimortalidad materna e infantil causada por el círculo hambre-enfermedad-hambre.
La dotación completa para la operación del centro de vacunación, está a cargo de la Fundación Baylor, aliada de la Fundación Éxito en esta región. Este proyecto contó con una inversión superior a $93 millones. La meta para los primeros 6 meses es vacunar 2.742 menores de 5 años y 138 madres gestantes.
De acuerdo con Paula Escobar Gutiérrez, directora de la Fundación Éxito, el objetivo principal de este centro es “mejorar la cobertura en vacunación para las madres gestantes y los menores de edad y de esa forma reducir el número de enfermedades inmuno- prevenibles para que los esfuerzos por mejorar la nutrición tengan el impacto esperado”.
Según la Encuesta Nacional de Situación Nutricional del año 2015, ENSIN, en el país la prevalencia de Desnutrición Crónica o retraso en la talla (DNC) en menores de 5 años fue de 10,8%. Para los hijos nacidos de una madre con bajo nivel educativo la cifra se duplica (20,6%) y para los hijos de madres indígenas, casi que triplica la media nacional (29,6%).
“Es importante comprender las dinámicas sociales que dan origen a las inequidades en salud, entendiendo que estas son la expresión de un conjunto de factores socioeconómicos y culturales, sobre los cuales se deben fundamentar las intervenciones encaminadas a la erradicación de la desnutrición crónica, la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud”, sostiene Paula Escobar.
De acuerdo con expertos, algunos determinantes sociales de esta situación son el hambre prolongada, la falta de a servicios de salud, carencia de agua potable, inexistencia de saneamiento básico, bajo nivel educativo de la madre, la desigualdad por ingresos y un bajo peso de los niños al nacer.
Según la ENSIN (2015) los departamentos con más altas prevalencias de retraso en talla o desnutrición crónica son: La Guajira y Vaupés en donde uno de cada cuatro niños presentó este tipo de desnutrición. Como correlato, el Dane muestra que La Guajira tiene una pobreza del 66%, es decir, 24 puntos más que la media nacional.
La Pobreza multidimensional mide otros determinantes como educación, a salud, analfabetismo, inadecuada disposición de excretas, no a aguas mejoradas. Según el Dane 2020 , los departamentos que se encuentra en mayor pobreza multidimensional son Amazonas, La Guajira y Guainía, los cuales superan el 75% de sus habitantes en estas condiciones. Por su parte, ENSIN muestra que la población indígena, gran mayoría de los habitantes de esos departamentos, supera 3 veces los promedios de desnutrición crónica llegando al 29%.
Esta mayor afectación de la población étnica, “obedece a que estas poblaciones, debido a su ubicación geográfica y por las condiciones de esas zonas periféricas, tienen más limitado el a servicios de salud, saneamiento, agua potable, y a educación, tanto de la madre como de los cuidadores”, asegura Escobar.
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