Las movilizaciones sociales que se están dando en varios países, incluida Colombia, fueron este jueves objeto de análisis en un Facebook Live realizado por ELTIEMPO.COM.
Fue una charla liderada por Roberto Pombo, director de este diario, con Manuel Antonio Garretón, sociólogo chileno que ha estudiado el asunto en su país; y con Eduardo Pizarro, sociólogo colombiano que fue director del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (Iepri) de la Universidad Nacional.
El debate, que se transmitió por YouTube y las redes sociales de esta Casa Editorial, hizo parte del simposio ‘¿La calle versus el Parlamento? Movilización y malestar social en el mundo y en Colombia’ que habían programado la Corporación Escuela Galán y EL TIEMPO, pero que debido al coronavirus tuvo que suspenderse en un espacio abierto.
En los últimos meses las principales vías y plazas de varios países se vieron abarrotadas de manifestantes, en su mayoría jóvenes, que se movilizaban con exigencias muy distintas una de la otra, por lo menos así ocurrió en el país.
Para Garretón, las movilizaciones tienen origen, entre otros elementos, en la transformación de una sociedad industrial hacia una digital.
“La característica que tiene la sociedad digital es que no tiene instituciones. Su elemento central no es ni la economía ni la política, sino la comunicación y el consumo. Y en ausencia de instituciones, lo que se va a debilitar es la institución fundamental de lo político, porque lo político no es lo fundamental en este tipo de sociedades”, dijo.
Explicó que antes las instituciones –especialmente los partidos– eran los vehículos mediante los cuales la ciudadanía se expresaba, pero en la sociedad digital “eso se rompió”.
Quienes principalmente impulsan estos movimientos, según comentó Pizarro, son los jóvenes urbanos de clase media educados, que son producto de una sociedad más deliberante.
Hoy, el sujeto histórico son los jóvenes que están exigiendo un cambio en los modelos políticos y en los modelos económicos
“Hoy, el sujeto histórico son los jóvenes que están exigiendo un cambio en los modelos políticos y en los modelos económicos”, expresó Pizarro. Él, sin embargo, anotó que las movilizaciones son la expresión de un malestar difuso, con un liderazgo difuso, una agenda difusa y con mecanismos de resolución difusos. “Cuando uno mira las 135 reivindicaciones contenidas en el paro nacional en Colombia o las de los chalecos amarillos en Francia o las de Chile es un malestar difuso, se trata de explosiones sociales, pero luego la agenda es completamente difusa y abarca todos los temas”, manifestó Pizarro.
Ambos académicos resaltaron que una de las características más llamativas de las movilizaciones es que “no son dirigidas por partidos políticos”.
Pero Garretón consideró que hay una franja de la sociedad que tiene unos intereses individuales y en la medida en que se resuelvan esas peticiones no plantearán cambiar el modelo.
Pizarro itió que en Colombia “sí hay una crisis de representación” en la medida en que solo en ciertos partidos políticos hay una clara identificación entre el elector y el elegido.
“El tema de la calle se ha vuelto muy importante porque empieza a demostrar que preocupa a las élites mundiales porque este es un momento clave en el que tenemos que pensar el modelo democrático actual y el modelo de sociedad que tenemos”, dijo.
EL TIEMPO