Contrario a varios sectores, Luis Fernando Velasco, ministro del Interior, ve un ambiente favorable para las reformas sociales del gobierno. Incluso se atreve a decir que el proyecto de la reforma de la salud podría estar reviviendo en las próximas semanas con la ayuda de la plenaria. En entrevista con EL TIEMPO, el responsable de la política en el Gobierno trató de tender puentes con el Congreso ante las tensiones de los últimos días.
Han sido semanas agitadas en el Congreso, ¿cómo ve la relación Gobierno-Legislativo?
Para entender qué pasa en el Congreso hay que ir a la génesis de lo que ha sido todo el debate político. No podemos olvidar que llega un gobierno que significa algo distinto y evidentemente llega buscando cambio. Nos encontramos un Congreso que en sus mayorías han venido gobernando el país en las últimas décadas defendiendo lo que el Gobierno quiere cambiar. Hay un primer corto circuito tanto para el Congreso como para el Gobierno. Pero en medio de ese corto circuito las cosas se van decantando. El mejor ejemplo es el día que la Comisión Séptima del Senado hunde la reforma de la salud -aunque aún tenemos posibilidades con la apelación-. Todos los que intervinieron aceptaron que se necesita una reforma de la salud.
El Presidente ha logrado plantearle al país una agenda. Hoy el país habla de equidad, cambio climático, de unas nuevas relaciones internacionales, de reformas a la salud, educación y más. Es probable que no coincidamos exactamente en el texto planteado por el gobierno, pero ya hay una agenda. Y en el marco de esta siento que las cosas se está decantando y eso lo veremos claramente con la reforma pensional. Recuerden que 66 senadores votaron para negar el archivo. Eso es un mensaje.
La Comisión Séptima dijo que quería una reforma de la salud, pero no la que ustedes presentaron. ¿No terminan ustedes desoyendo al apelar el archivo?
Los que apelaron fueron dos senadores que respetamos. Pero en el marco de esa apelación se podría pensar que, si se acepta la apelación, tenemos que conciliar porque esa reforma que se venía debatiendo, que tiene muchas virtudes y muchos defectos, pues tiene que ser más consensuada. El pensamiento de la Comisión Séptima se refleja en buena parte del Senado. Tenemos que sentarnos a escuchar. Creer que nada pasó es mentirnos y lo peor que puede pasar a un gobierno es mirarse al espejo y no ver su reflejo, sino cómo quiere verse. Es evidente que cualquier camino que le encontremos a la reforma debe pasar por la concertación.
El presidente Petro ha sido duro en sus trinos y dice que la reforma la hundieron unos pocos congresistas pagados por las EPS, ¿eso no sienta un mal precedente para conciliar y revivir la reforma?
Es un debate que la sociedad debe dar. No quiero meterme a opinar a fondo en esa declaración, pero hay un hecho objetivo claro y es que algunos congresistas individualmente han recibido aportes de las empresas y en mi concepto, como excongresista, debieron declararse impedidos. De hecho lo hicieron, pero la Comisión no aceptó el impedimento. Yo creo que el ambiente está es para debatir hacia adelante. Estamos de acuerdo en que debemos hacer una reforma que tenga giro directo, prevención y más. Cuando se comienza a pensar más allá de lo que no estamos de acuerdo y buscamos en lo que coincidimos, se comienza a llegar a conclusiones para concretar los acuerdos. Esa es la realidad de los ministros de Salud e Interior.
Los que creen que la reforma de la salud está muerta, se equivocan. Yo creo que el país tiene claridad de que se necesita una reforma de la salud y preservar algunos elementos del actual modelo. El tema es cómo tejer puentes para preservar lo que funciona y organizar hacia adelante lo que hay que cambiar.
Cada sector tiene sus líneas rojas en la reforma de la salud, ¿hasta dónde está dispuesto el gobierno a ceder para seguir el trámite?
El gobierno está abierto y el Presidente mandó unos mensajes, incluso poco antes de la votación de la Comisión Séptima. Nosotros incluso propusimos retirar las ponencias y hacer una conciliación. Esa actitud la mantiene el Gobierno. El Ejecutivo tiene unos mínimos que incluyen las EPS como gestoras, nada de integración vertical y otros elementos que han ido superando el debate. En esos puntos hay acuerdos, aunque quedan algunos temas por terminar de obtener un punto medio. Siento que el debate de la reforma de la salud terminó siendo un pulso de fuerza.
¿Cómo va a hacer con los sectores que ven las intervenciones de las EPS como una reforma de la salud forzada?
Aquí hubo gobiernos que no solo intervinieron EPS sino que las liquidaron. Cuando se entrega el papel de aseguradores financieros a estas entidades y comenzamos que no tienen reservas, muy seguramente algunos caerían en la tentación de decir que hay que liquidar, pero el Gobierno ha sido muy responsable. Comparen el número de EPS intervenidas en este gobierno y las liquidadas en otras istraciones, y verán que ha sido con menos intensidad. Lo más fácil habría sido dejar que se caigan, pero eso muy grave para la salud de los colombianos. En vez de quebrarlas, las estamos tratando de salvar. En medio de un debate nacional, queremos convertirlas en gestoras, pero eso necesita una ley. Por más que queramos hacerlo por decreto, no podemos. Necesitamos una ley. Por eso estamos metidos en el tema de la concertación nacional para llegar a esa ley. Eso sí, no es algo de una semana, las EPS que han sido intervenidas han sido por unos seguimientos y unos indicadores. Lo que tenemos que demostrar es que la intervención es para mejorar los indicadores y no acabar las EPS. Eso sería una torpeza.
Esta semana que pasó, el senador Name levantó la sesión en Senado en protesta por las declaraciones del presidente Petro. Esto afecta la pensional porque cada vez es menos tiempo para debatirla...
Yo no comparto que se levante una sesión en señal de protesta, pero no me voy a quedar en ese episodio. Me quedo más bien en el episodio de Name citando el lunes a las dos de la tarde para debatir la pensional. Yo tengo la impresión de que el presidente del Senado, que entiende sus responsabilidades, va a citar lunes, martes y miércoles este debate. Tengo la esperanza de que esta semana podamos entregarle al país la definición del Senado de la reforma pensional. Confío en que el Senado hará el debate a fondo y tomará las decisiones en la pensional.
¿No ven todo esto como una movida para entregarle a la Cámara la reforma pensional con poco tiempo y se hunda por falta de trámite?
Es evidente que se nos está acortando el tiempo, pero tenemos tres meses aún porque son leyes ordinarias. Yo quisiera no tener que llegar a extras, pero es una opción. Si sale la reforma de la forma en que creemos, esta semana pasaría en Senado y tendrá un tiempo, no muy holgado, pero sí suficiente, para que Cámara la debata.
Los liberales se reunieron la semana pasada y cuestionaron el proyecto pero a la vez llegaron a puntos de acuerdo, como el sistema de pilares, ¿Hay una puerta para negociar?
Hay un documento muy importante de la mayoría de la bancada liberal de Senado y esperaba que tuviese más difusión. Hace rato no hacíamos un acuerdo político y ese documento liberal es un acuerdo político conceptual sobre lo que tiene que ser la reforma. Cuando el Partido Liberal habla de dos salarios de umbral, en la carta abre la puerta a aumentarlo. Y pues cuando el gobierno habla de tres salarios de umbral es porque se tienen las cifras que lo soportan.
Usted habla de un ambiente conciliador con los partidos, pero al mismo tiempo se ve al presidente Petro y otros funcionarios con otra actitud. Usted dice una cosa y ellos otra. ¿Es un doble mensaje? ¿Con qué se queda el país y los congresistas?
Es un poco de tema de estilos. Mi talante ha sido siempre buscar acuerdos, incluso en los momentos de mayor dificultad política. Siempre veo una luz y un puente e intento ser ese puente. Entiendo las posiciones del señor Presidente porque está defendiendo un proyecto político que tiene mayorías y que lo llevó al poder. Gustavo Petro ha sido un luchador eterno y no se le puede pedir que deje de luchar. Dejaría de ser él. Pero es evidente que si yo planteo posibilidades de puentes es porque en el gobierno me dejan hacerlo. Si no fuera así, no estaría como ministro del Interior.
¿Una persona como Gustavo Bolívar, con sus trinos, no termina entorpeciendo su trabajo de conciliar y llegar acuerdos políticos?
Es un poco la misma historia del señor Presidente. La diferencia es que Gustavo Petro recibió un mandato electoral y Bolívar una responsabilidad istrativa. Yo sé que lo hará bien porque es inteligente y honesto. Me gustó ver videos de Gustavo Bolívar recorriendo algunos 'elefantes blancos' y explicando cómo los van a recuperar. La próxima vez que me tome un café con él, le diré que haga más de esos videos y no me meta tantos líos en el Congreso.
El gobierno de Gustavo Petro llegó con la bandera anticorrupción, pero en los últimos dos meses salieron los escándalos de RTVC y la UNGRD...
Se mantiene el discurso anticorrupción. El presidente no transige con la corrupción y buena parte de los elementos de las denuncias, además de lo hecho por la prensa, son las acciones de una secretaría de Transparencia que no se quedó quieta. El gobierno no trata de esconder la corrupción, sino que toma decisiones. Fueron situaciones dolorosas, pero esperamos que los órganos de control nos cuenten lo que está ocurriendo.
Primera vez en casi un año de que no hay rumores de remezón ministerial. ¿Se estabilizó el gobierno Petro después de casi dos años?
Los ministros tenemos que ratificar el contrato todos los días. Somos una representación política y tenemos unas responsabilidades políticas. Debo confesar que muchas veces sentó voces de satélites del gobierno que daban la sensación de que estaban bien informados sobre las salidas. Trataron de generar inestabilidad con los ministros. En mi caso, cuando un ministro del Interior está hablando con el Congreso y le sacan 80 titulares en menos de un año sobre su salida inminente, pues se dificulta un poco la labor. He sobrevivido a atentados, montajes y la cárcel, ya nada de eso me asusta. Ya estoy muy curtido. Lo que yo intento hacer es bien mi trabajo.
El presidente lanzó hace mes y medio el tema de la constituyente, pero parece que desde que Germán Vargas Lleras dijo estar interesado se le bajó el alcance a la propuesta...
No, lo que pasa es que el señor ex vicepresidente no entendió. A lo mejor no ha leído a Toni Negri y otros filósofos italianos que hablan de la revolución democrática permanente. Y eso implica involucrar a los ciudadanos todo el tiempo en las decisiones, pero eso no significa romper las instituciones. Solo estamos dándole protagonismo al ciudadano. Esto no es una confrontación de líderes, así sea muy importantes, sino que la sociedad se siente a hablar sobre las prioridades y cambios que se pueden hacer de forma más directa. Estamos empoderando al ciudadano. Abrimos más democracia. Yo creo que el Congreso va a terminar haciendo su tarea como constituyente delegado y pueden hacer esa revolución democrática a través del camino institucional.
¿Eso quiere decir que se aleja el temido escenario de la asamblea constituyente?
Es que una asamblea constituyente toma un tiempo largo. Darle el papel al ciudadano de constituyente primario es generar todos estos debates. Pero, cuando el presidente habló en Cali de una asamblea constituyente, nos quedamos con ese título, pero luego vinieron entrevistas donde deja claro que no es una cosa para enfrentarnos. Entre otras recordemos que las constituyentes con vocación de permanencia son las que nacen de acuerdos políticos y no de enfrentamientos. Las constituyentes en las que alguien quiere imponerse a otro pueden generar mayorías, pero en el tiempo no permanecen.
¿El presidente acabó del todo el gran acuerdo nacional o siguen trabajando en este?
En el Congreso aún puede hacerse un gran acuerdo y este puede comenzar en la semana sacando una buena reforma pensional en el Senado. Ya nos tocará hacer otros, el Presidente ya ha logrado algunos, como en el que sentó a dos grandes grupos económicos y los hizo llegar a un pacto de paz. Eso es parte del gran acuerdo. Hemos hablado con ciertos sectores sociales Lo ideal que nos metamos todos, pero aún no se ha madurado el escenario para que todos estemos en ese acuerdo.
¿Algún pronóstico de lo que viene en el Congreso esta semana?
Yo espero que haya tranquilidad. Espero que se dé un debate con mucho fondo y pocos adjetivos. Espero un debate que sea antecedido por calma en las redes, que ayuda a que el debate en el Congreso sea mucho más tranquilo. Yo confío en que el país va a ver que sí se pueden hacer acuerdos para sacar reforma tan serias como la reforma pensional. Espero que mi viejo compañero de Senado, mi buen amigo Iván Name, nos dé la posibilidad de debatir lunes, martes y miércoles la reforma que el país está esperando.
Hablando de Name, ¿ha mejorado la relación desde los duros intercambios que tuvieron en julio pasado?
Con el presidente Name hemos sido compañeros de Congreso. Nos hablamos mucho más de lo que la gente se imagina. En medio de nuestra disquisiciones sobre literatura e historia colombiana hablamos de estos temas de leyes. Espero que todos no seremos y nos olvidemos de los adjetivos para ir al fondo del debate nacional, que es lo que requiere este país. Estamos en un país con tantas posibilidades y me aterra que usamos lo mejor de la inteligencia colombiana para negarlas. Espero que esa inteligencia esté puesta en sacar las reformas adelante.
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